Todos venimos del campo
Juan de Marsilio

Yo no soy hombre del campo, 
yo he nacido en la ciudad 
pero si voy por las rutas 
mirando la inmensidad 
se me pone verde el alma
y a los ojos la humedad 
sube de los manantiales 
y a la garganta un cantar 
que no es de asfalto ni de humo, 
más antiguo que mi edad.

Todos venimos del campo 
y hay una necesidad 
de volver a las raíces 
que no se debe negar.

Nunca seré “de a caballo”, 
jamás sabré cabalgar, 
nunca tropearé ganado, 
jamás sembraré un trigal 
ni recogerán mis manos 
los soles del naranjal. 
Esas no son mis labores, 
mi lugar es la ciudad, 
pero sufro la nostalgia 
de lo que no es mi lugar.

Todo ha empezado en el campo 
y hay una necesidad 
de regresar al origen: 
volver es resucitar.

Mi campo de vez en cuando, 
belleza vacacional.
Para otros son sus rigores: 
doblar el lomo, cinchar. 
Trabajar como los bueyes 
y apenas ganarse el pan.
Ver como aumentan su haber 
parásitos de ciudad.
No es para los estancieros 
que construyo este cantar.

Todo depende del campo. 
No vayas nunca a olvidar 
que tu alma también es tierra, 
aunque seas de ciudad.

Canciones y romances
Juan de Marsilio

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