Adagio
Soledad López

Volaba un bello calandrio
cuando a una calandria vio
sobre una rama, posada
y de ella se enamoró.
Revoloteando muy ágil
su bello pecho inflamó
y con el pico afinado
su gorjeo desgranó
Ven aquí bella calandria
vámonos a retozar
que han madurado los frutos
contigo quiero volar.
Mas la calandria orgullosa
ni siquiera lo miró
y esponjando su plumaje
a otro árbol voló.
Tal vez por eso, en la tarde
antes del anochecer
canta y gime el pajarito
para luego enmudecer.
No desesperes calandrio
mitiga ya tu dolor
que los amores son hojas
del árbol del corazón
tal vez mañana descubras
otra calandria mejor.

Soledad López

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