Romance al gaucho de Asencio [1]

poema de Iris de López Crespo

"La Mañana de Asencio", óleo de Carlos María Herrera

 

Medio siglo y se levanta

desde la orilla de Asencio;

sobre su frente, la gloria;

sobre su párpado, el sueño...

Jinete en potro sonámbulo,

mitad greda y mitad cielo,

surge su estampa varona

desde los campos de Asencio

que para la eternidad

ni cuentan un siglo y medio!

 

¡En numerales de estrellas

late la estrella del pecho!

«Tres Marías» en su brazo

orientan rumbo certero;

un tintinear de coscojas

hilvana silbido y freno,

y dos luceros redondos

sobre la arruga del cuero

retoban dos luminarias

de sangre, sudor y fuego!

¡Sobre la costa de Asencio,

apenas un siglo y medio!

 

La media luna de estío,

media luna de febrero,

bajó al arroyo dormido

en cuna de junco y ceibo...

La media luna de estío

sobre tacuaras subiendo

fue cercenar de moharra,

molde de tajo y de cuello...

Filo de patria en Asencio,

¡Apenas un siglo y medio!

 

Centauro de la alborada,

grito y ademán al viento

relampagueando arco iris

su semi crin de matrero!

Cobre bruñido su torso;

alambre recio sus nervios;
sus muslos, como los tigres,

flotando casi del suelo...
¡Cruza de los vientres indios

está en Soriano creciendo!

 

Restallan en las colinas

tropeles de potros ebrios;

la misma intuición de: ¡libres!

rebota de cerro en cerro:

en las vihuelas se endulza,

se humedece en los esteros,

en la cruz de los horcones

la muerte le sopla un reto. . .
¡Es el parto de la Patria

que se desgarra en Asencio!

 

¡En un infierno de pechos

ruge el hervor montonero!
A media rienda los potros,

partido en dos los chambergos,

los ponchos como bandera,

las tercerolas ardiendo:

en la garganta el degüello

se aprieta con los pañuelos!

Escuadrón de alucinados,

audacia enfrentar un reino

con sólo alcohol de coraje

ahogando en el entrevero!

Escuadrón de alucinados...

Sombras que estamos reviendo!

Han encontrado sus huesos

y están al monte volviendo

sobre la arena de Asencio

en cita de siglo y medio!

 

Gauchos: Viera y Benavídez

en el desplante primero!
Gauchos de Artigas y Güemes.
Los que en Guayabos se irguieron:

Los de «Libertad o Muerte»

en un abril de cencerros!

¡Gauchos, abono de libres!

¡Gauchos, columna de fueros!
Los que hermanaron las Patrias,

los que a caudillos siguieron:
los que cambiaron el poncho

por el overol de obreros;

los que tornaron picana

la lanza de los pamperos,

y maduraron los trigos,

y crearon prez de troperos;

los que templaron guitarras

con dulce temblor de «cielos»

e hicieron del grito arisco

vidalitas de jilgueros!
Los que abolieron divisas;

fraternales en el tiempo!

 

En redondel de algarrobos

silba aleluyas el viento...

clarines de plata y agua

ungen los óleos de Asencio

y un escuadrón de fantasmas

sobre redomones negros

recortan contra el ocaso

lívidas lunas de hierro...

 

¡Son ellos! ¡los precursores!
¡son los Gauchos! ¡los de Asencio!

sin ayer ni calendario

cuando los cita el recuerdo;
Y están llegando por cifras

desde los rumbos abiertos

porque un clarín de patricios

les toca diana en Asencio

y nunca llamó la Patria

sin su «Presente» altanero!

 

Para sus fraguas de gloria

crispó sus soles febrero!
¡Bruñidos de eternidad

ni cuentan un siglo y medio!!                                  

[1] El 28 de febrero de 1811 un grupo revolucionario escondido en los montes de los Campos de Asencio, en el Departamento de Soriano, comenzó la lucha liderados por dos paisanos, Pedro Viera, más conocido como “Perico el Bailarín”, y Venancio Benavides. Siendo estos últimos, hombres de limitada formación militar, en cambio ofrecían su vida por una lucha que en principio era muy desigual.

Los primeros encuentros fueron auspiciosos a los patriotas, con la ocupación del principal centro de poder español en la zona, Mercedes y su extensión a las zonas vecinas. Comenzaba de esta forma lo que el propio Gral. José Artigas calificó como “Admirable Alarma”; es decir, hecho detonante del movimiento revolucionario en el cual partidas aisladas comenzaron a combatir en todo el territorio de la Banda Oriental contra el dominador español.

Fuente

poema de Iris de López Crespo

Montevideo 1961. 

            

Publicado, originalmente, en: Revista Nacional: literatura, arte, ciencia / Ministerio de Instrucción Pública Segando ciclo. Año VI • Montevideo, abril-junio de 1961 • Nº 208. Tomo VI
Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación

Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)

Link del texto: https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/65124

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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