Después de un largo silencio .. Nerses Ounanian

Ensayo de  W. E. Laroche

Autorretrato
Autor: Nerses Ounanian (1924-1957)
Realizado: 1955
Técnica: Témpera
Medidas: 31 x 22,5 cm
Museo Nacional de Artes Visuales

 

Muchos años atrás, en la búsqueda de material para “ESTATUARIA EN EL URUGUAY" (730 páginas y 169 grabados) que publicamos en el año 1980, decíamos, con referencia al escultor Nerses Ounanian: pintor, dibujante, grabador, ceramista y escultor, de sangre armenia, nació en Samos, Grecia en 1924 y llegó a Montevideo en el año 1928.

Estudió escultura con los uruguayos Antonio Pena y Edmundo Prati en la Escuela Industrial (1938/39). Desde un comienzo demostró un verdadero deseo de definir un estilo y en esa búsqueda se dedicó a la fabricación de cerámicas, inspirándose en las famosas figulinas de Tanagra.

En Europa en 1954-55 realizó un viaje de estudios que abarcó diversas ciudades ricas en cultura artística. (Esparta, Italia, Holanda, Alemania, Bélgica, Grecia y Turquía). A su regreso la escultura salida de su quehacer plástico, se encuentra enriquecida. Renovados bríos señalan su labor. Se nota entonces el intento de una expresión monumental que alcanzará después en forma elocuente abandonando la concepción clásica recurriendo a una estructura más esquemática. Así logró algunas formas en las que el sentido de las mismas surge —entre el volumen y la superficie— en un equilibrio de planos llenos, y vacíos.

Sin embargo, en 1957 en una obra titulada “Maternidad", el artista vuelve a un sesgo decorativo que de tanto en tanto aparecerá en otras obras de su autoría como una constante muy personal. Con esta obra Ounanian consiguió el Primer Premio en el XXI Salón Nacional de Bellas Artes.

En otra modalidad de su producción escultórica están sus realizaciones con varillas de hierro y chapas de metal en las que realiza una síntesis del espacio exterior e interior y su arte es entonces el de la línea, más que el del volumen o de la superficie y logra audaces combinaciones de un sugestivo dinamismo. También, el escultor que comentamos, ejerció con solvencia el dibujo y el grabado: en éstos, realizados a punta seca, reúne una caligrafía muy personal y muy rica en variaciones tonales y con una temática muy similar a aquella que configura su producción de escultor.

Nerses Ounanian falleció en Montevideo en diciembre de 1957.

Tenia treinta y tres años de edad.

Para la finalidad informativa en aquel trabajo consideramos cumplido el capítulo, pero el artista era merecedor de un más extenso comentario, y nos prometimos hacerlo.

La oportunidad se ha presentado.

En la visita a la última Bienal de San Pablo (1987) tuvimos de compañero de viaje a un hermano del artista que comento y que es pintor de larga y meritoria actuación (Ohannes Ounanian) y las conversaciones que mantuvimos derivaron siempre a temas de arte y sobre todo al arte de Nerses Ounanian, y ahora, con mayor información podemos hacer un relato más completo del escultor motivo de esta nota.

En su trayectoria artística, aquí en Uruguay, Ounanian realizó muestras individuales en “Amigos del Arte" en tres oportunidades a partir de 1948.

En la Windsor Gallery en 1953, en Arte Bella en 1957, en la ciudad de San José en 1956.

Intervino en Salones Nacionales y Municipales de Artes Plásticas obteniendo premios.

En nueve oportunidades, Premio a artistas extranjeros (Medalla de Plata). Premio por ilustraciones para libros (Raíces en el tiempo del escritor uruguayo Ernesto Pinto) y por las ilustraciones para el libro de poemas de Pedro Salinas, “La voz a ti debida". Asimismo obtuvo Premio Banco República en el Salón Nacional de Bellas Artes de 1956 y en 1957 Medalla de Oro por su escultura en yeso, “Maternidad".

“Raíces en el tiempo” Nerses Ounanian Premio al mejor libro ilustrado. Medalla de Bronce (1950).

En Salones del Interior obtuvo premio en el “Primer Salón del Litoral de Artes Plásticas", 1950. Figuró en la Bienal de San Pablo de 1957. Está representado en los Museos Nacional y Municipal de Bellas Artes de Montevideo y en galerías particulares. Después de su muerte se han realizado exposiciones retrospectivas en la Galería Americana, en el Centro de Artes y Letras (1961), en el Museo Nacional de Artes Plásticas (1968) en Galería Moretti (1975) y en Galería Latina (1983).

Monumento a los mártires armenios ubicado en las avenidas Agraciada y Suárez, Montevideo.

Su nombre figura en el nomenclátor urbano. En la estatuaria capitalina, en la confluencia de las Avenidas Agraciada y Suárez se encuentra, de Nerses Ounanian, el monumento inaugurado en 1975 en memoria de los miles de MÁRTIRES ARMENIOS, del genocidio perpetrado por el gobierno turco en 1915. Lo constituye una figura simbólica de mujer que descansa el cuerpo en sus rodillas y eleva sus brazos en gesto de desesperación.

Nerses Ounanian fue un aprovechado discípulo de sus maestros Pena y Prati, de quienes asimiló una severa disciplina y sus enseñanzas supo orientarlas sin dejarse absorber por la poderosa influencia que la plástica de aquellos dos grandes artistas ejercía en ese momento, como tampoco, independizado ya de ellos, orientada su carrera artística, plasmó obras en las líneas de lo abstracto sin influencias foráneas.

En aquella primera etapa de su formación artística ahondó en las raíces de la cultura helénica en busca de un matiz clásico distinto.

Constituyó un punto alto en esa preocupación la serie de cerámicas inspiradas en las famosas figulinas, estatuillas de barro cocido que, con el nombre genérico de tanagras, habría de extenderse a todo trabajo hecho con esa materia prima proveniente de cualquier parte del mundo helénico antiguo, en formas de figuras o relieves no arquitectónicos.

Después volvió a los planteos escultóricos.

Los artistas uruguayos fueron de formación europea generalmente y Florencia, Nápoles, París, Bélgica los centros de aprendizaje. Se presentan, nacionales o extranjeros como exponentes de laboriosidad, de vocación y de sensibilidad artística imponiendo su propio estilo al arte nacional, expresado, por unos, en belleza ática, en bizarría del modelado, en dulzura florentina, en sentido humano de las figuras; otros, por lo vigoroso de la estructura o por un mesurado equilibrio entre lo clásico y las tendencias artísticas de nuestra hora. Después la ruptura con lo tradicional y en el caso de Nerses Ounanian corresponde decir que se une a sus predecesores Germán Cabrera y Eduardo Yepes para integrar en la década del cincuenta la trilogía que lleva a alto grado aquella ruptura para refundir hábilmente con caracteres inconfundibles las corrientes estéticas clásicas que surcaron en sus derroteros de aprendizaje, con las otras que. evadiéndose de las primeras, infundieron un nuevo acento a la escultura contemporánea en Uruguay.

Ounanian entró muy joven en la órbita dinámica y es uno de los pocos escultores nacionales que tomaron una posición con franqueza porque tuvo seguridad de estar en el camino que tenía que recorrer.

Hizo simultáneamente cerámica, pintura, dibujo, escultura.

Las primeras tallas en piedra arenisca evidenciaron sus condiciones de escultor, la forma se intuye aunque no está expresada, lo que está expresada sí, es la potencia del volumen.

Sus primeras obras carecen de dinamismo apegado demasiado a lo figurativo. Después emancipado de ello la estructura de sus trabajos es más geométrica para culminar en la vertiente de la abstracción, pero todas las obras de los periodos señalados fueron testimonio de una actitud creadora que formaron la personalidad del artista.

Tal vez la exhibición de estos primeros trabajos fueron los que motivaron ya en 1953 el juicio de Fernando García Esteban calificando a Ounanian como un apasionado de la escultura que se lanzó en la abstracción después de una no muy completa formación académica, intentando en ello la pesquisa de una formalidad de tendencia abstracta, logrando la afirmación personal de un lenguaje, con aporte positivo y destacado.

No se satisfizo con ninguna materia, el yeso, el barro vidriado, la madera, la piedra, el hierro, las tintas, los colores, todo fue manipulado por el artista en la búsqueda de una personal plástica.

Síntesis del espacio son sus construcciones con varilla de hierro y chapa de metal y constituyen un ejemplo del arte de la línea con audaces combinaciones muy dinámicas pasando a segundo plano los valores, volumen y plano.

De tal manera. Ounanian consigue que el espacio no sea el lugar donde reposa una forma, sino que el espacio penetra la forma, se vuelve forma y se integra a la forma resultante de la convivencia de ios planos y los vacíos.

Nerses Ounanian marcó senderos que son un alto campo de observación para las figuras que se inicien en esta disciplina artística en nuestro país.

No recurrió a recursos efectistas y fue un sincero buscador de una auténtica expresión plástica.

Dijimos anteriormente que hizo cerámica, pintura, dibujo, grabado, escultura.

En sus dibujos, de una caligrafía muy personal se intuye, a primera vista que son realizados por un escultor, porque si bien usa el lápiz, la tinta china, el lápiz de color, la acuarela, muy pocos aparecen como auténticas realizaciones de la disciplina, dibujo. No aparece éste, como arte independiente.

Pero aún así, los dibujos se valen por si mismos como obra a tenerse en cuenta, ya que dan la pauta de un artista imaginativo, presuroso por trasladar la fantasía de las imágenes que anidan en los espíritus jóvenes. Y si es evidente que sus dibujos constituyen estudios de futuras formas escultóricas, es con esas consideraciones que entendemos que debe hacerse la evaluación de esos trabajos, señalando por otra parte, que los dibujos que alcanzan un nivel muy particular son aquellos que corresponden a los períodos de emancipación de la forma tradicional.

Hay en sus dibujos una constante: la armonía y campea en ellos, ya se trate de una simple línea, del perfil de una figura, de la arquitectura de un plano, la pujanza del trazo puro.

El espíritu que vivifica su labor de ceramista está afirmado por convicciones concretas. Con respecto a esa labor nos parece oportuno recordar la opinión del propio Nerses Ounanian. “La cerámica constituye un vehículo expresivo ideal que colma las aspiraciones del arte contemporáneo. La cerámica puede vincularse cómodamente a todo pequeño espacio y dejar allí su signo. El artista de nuestro tiempo está en una constante indagación de expresiones inéditas y en ese sentido la cerámica significa la enorme posibilidad de ese campo ideal a que me refiero.

Figura volante, 1956. Bronce, 30,5 x 39 x 24 cm. Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay

La cerámica debe perder su carácter de obra fabricada, producto de una artesanía más o menos hábil para llegar a ser explotada en todas las posibilidades que su materia ofrece a la creación".

“No es una simple manufactura, es un verdadero arte: eso sí, no es un arte independiente que pueda manifestarse haciendo toda una experiencia en sí mismo, sino un arte que se adapta a las necesidades de alguien que ya tiene un camino. Más claramente, es imposible que se dé un artista ceramista creador sin el antecedente, en él, de un pintor o escultor ya formado."

"Puede hacerse cerámica pictórica cuando es trabajada en planos de color y escultórica cuando el artista busca la expresividad por el volumen. El ideal es el equilibrio entre las dos intencionalidades: crearla original como forma, para más tarde conquistar el color que la ilustra. Esto es difícil, por ello mi pensamiento anterior de la necesidad del antecedente, en el ejercicio de la plástica del artista que intente la cerámica."

Cuando pinta retratos se mantiene apegado al parecido del modelo característica que se percibe también en los dibujos y en los grabados.

Después evoluciona y es un plástico de su tiempo.

La síntesis de la forma es lo que caracteriza sus retratos entonces. Presentados en superficies claramente estructuradas sin detalles rebuscados para descubrir, dentro de las particularidades de cada rostro, lo intrínseco del retrato; la afirmación de una figura con individualidad. En ese planteamiento sintético de las formas hay señalados ejemplos de la puesta en práctica de las dos dimensiones de que hablaban los teóricos del cubismo.

En la escultura de base figurativa o de matiz renovador es donde están sus mejores realizaciones y todas están abonadas por indisimulado afán de síntesis y con la preocupación de convertir lo estático de la escultura en signos constructivos que le den un vuelo dinámico.

No fue un inventor de formas; pudo haberlo sido en el proceso evolutivo de su accionar artístico, pero la vida le fue adversa. Pienso que hubiera sido, porque en los ejemplos que de sus obras hemos mencionado se movió con gran soltura y convicción. Es evidente que tuvo una seria visión contemporánea del equilibrio de las formas. Y al respecto es oportuno recordar su posición frente al arte abstracto con sus reservas al partir aquella de una base intelectualizada que limita la expresividad de las sensaciones que son capaz de conducir al hombre a través de una tela o de una estatua.

De ahí su permanente preocupación para ensayar con nuevos materiales, nuevos planteamientos plásticos con nuevos vuelos, para lograr estructuras que anulen aquellas limitaciones.

A manera de síntesis.

Nerses Ounanian hizo arte representativo y arte abstracto.

Realizó cerámica, afrontó el hierro como material escultórico, dibujó e hizo grabados con apasionamiento y fue pintor y escribió serios juicios sobre arte.

Al respecto cabe señalar sus opiniones vertidas en cuanto a la enseñanza escolar por cuanto entiende que tiene un papel importante en la integración intelectual del niño. La enseñanza escolar debe comprender exposiciones didácticas, visitas a Museos de obras de arte en un meditado programa planteado y realizado eficazmente por técnicos especialistas para llevar poco a poco a crear una conciencia estética que trascenderá al público con consecuencias muy felices.

En todas estas disciplinas aflora la infatigable búsqueda de perseguir el logro de una perfección plástica.

Trabajó con profunda seriedad, sin apresuramiento, diríase que hacía un balance diario de sus conceptos y de sus logros.

Y así se fue, quizá en eso si, se apresuró demasiado... dijo Manuel Espíndola en el Prólogo de un Catálogo de una exposición de Ounanian. Así se fue... para quedarse. Para quedar cuajado en ejemplos, de esos ejemplos del camino secular que algunas veces hace pensar y hasta obrar y otras se olvidan muy pronto, o no son distinguidos claramente.

 

ensayo de  W. E. Laroche (Especial para "EL DIA")
 

Publicado, originalmente, en: Crónicas Culturales Suplemento Dominical "El Día" N° 2835 Montevideo, 22 de mayo de 1988

Link del texto: https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/54440

Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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