Ricardo

A Ricardo Prieto

Cuando tensamos el hilo

Sabemos que tiramos del mismo hilo.

Dos en el centro de uno. Con nuestros copetines toronjeros

y el pataleo del verso a ras del toro.

 

Tuerca de ojo voraz. Galope

masticando el espacio. Adiestrados

en la sabiduría de volar.

 

Lo diferente es la referencia de la perfección.

Decimos: “Padre Nuestro que estas en mi socorro

y en el socorro de mi hermano”

 

Estoy atrapada en un medallón de peluche.

Inexistida. Pero mi hermano es mi flotador.

Teje en mis ojos. Flota

sobre los jopos de sal de mis instintos.

 

Mi hermano se conmueve con los prismas secretos

de mis versos. Dice

que amaso las palabras como migas de sangre.

 

Del puño de la fruta

miel pluviosa chorrea por sus ojos de polen,

donde pierdo mi tiempo de vejez.

Cristina Landó

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