Cuatro

En el hoyo de los hechizos
se conmueve la moneda del esclarecido.
Mico de loza sementalizada.

Dios Padre busca sosiego.
Pero ha desmontado en el infierno
donde los negocios son menos arzobispales.

El reposo me da languidez.

Un afiebramiento en el aire
hace sonar ángeles como cadenas.

Cierro el oido y la razón
sobre el Monte de los Olivos.
Pero el Monte no está en su sitio.
En la nueva acrópolis,
una araña de hierro vende navajas y vendajes.

Me atrapan los astutos.

Cristina Landó
de Recuerdo de Guerra 

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