Un difícil resumen de los cuatro años de intifada

Hace casi dos años, un terrorista palestino de los Batallones “Mártires de Al-Aksa” de Al -Fataj, entró al kibutz Metzer, una comunidad colectiva en el norte de Israel, y mató a cinco civiles, entre ellos una joven madre y sus dos pequeños hijos,  cuando estaban en la cama, dispuestos a ir a dormir. El kibutz no cambió su convicción respecto a la necesidad de la convivencia pacífica, como su única opción. Pero el resumen que sale de allí, respecto al cuarto aniversario de la intifada, que acaba de cumplirse, es sombrío.

Pedimos ese resumen a Dov Avital -el uruguayo Eduardo Wachtel, que adoptó ese nombre al llegar a Israel en 1975. Dov (50) es el “mazkir” de Metzer.  Se desempeña además como Director Económico de la Federación de Kibutzim. Es padre de tres hijos, el mayor -nacido en Uruguay- de 18 años y los siguientes de 16 y 12 años de edad. 

Dov ve serios errores cometidos por los palestinos, pero también por Israel. A pesar de todo, cree que él llegará a ver la paz.

 

P: ¿Cómo resumirías estos cuatro años de intifada?

R: Son a os en los que lo único bueno que podría mencionar es que llevaron a la conclusión que no hay soluciones de fuerza. Vemos, especialmente del lado de Israel, ese proceso. Hace cuatro años, nadie esperaba que el gobierno de Sharon adopte la posición en la que está ahora, de que palestinos e israelíes tenemos que separarnos. La intifada empezó luego del estancamiento del proceso de Oslo, que se basaba en la cooperación de las dos partes para llegar a un acuerdo de paz. Creo que especialmente la parte palestina tiene la culpa de que ese proceso de diálogo no haya avanzado, producto de factores internos y de una ideología, casi una teología de liberación, que supone que la liberación se hace sólo por la fuerza. Hay muchos paralelos ilustrativos, no reales, entre el sionismo y el asunto palestino. Si nosotros en 1947 hubiéramos seguido la línea de aquellos que decían “sólo por la fuerza, sólo por el fusil”, quizás ahora estaríamos como los palestinos.  Lo que especialmente le falta al pueblo palestino es un Ben Gurion, un liderazgo pragmático que pueda tomar decisiones difíciles y de decir que no se puede actuar sólo en base a los sueños, que diga que ahora se puede conseguir lo que se puede y que hay que ser realista. Ese coraje histórico le falta a Arafat. El no es la figura necesaria en estos momentos y yo creo que si hubiera habido una figura de otra dimensión, ya estarían en otra parte, en otra situación.

 

P: En cuanto a la vida diaria de israelíes y palestinos, la pregunta es si ahora se puede cambiar algo. Inclusive si eventualmente se llega a un acuerdo político en un futuro cercano -lo cual no parece muy factible ahora- ¿crees que los pueblos están en una situación en la que es posible vivir en paz, en el pleno sentido de la palabra, o sea no paz porque hay acuerdo decidido por los gobiernos, sino paz que la gente misma sienta en la calle?

R: No. Hoy en día no creo que se puede llegar a la paz en el sentido pleno de la palabra. No estamos preparados para eso. Yo quizás hablaría de por lo menos una generación. Creo que podemos llegar a algo similar a lo que tenemos con Egipto, que tampoco es una paz, pero que lo podemos desarrollar. Al menos, no nos matamos. Podemos llegar a dejar de matarnos, lo cual no sería un logro pequeño. Cuando yo hablo de paz hablo de cooperación, de buena vecindad, amistad, como mi kibutz ha hecho en la realidad con sus vecinos árabes. No veo eso entre la sociedad israelí y la sociedad palestina. Entre otras cosas, porque no lo veo entre el mundo occidental al que Israel pertenece, y el mundo árabe.

P: Hay aquí algo más amplio.....

R: Así es. Nosotros estamos en una línea de choque de muchos conflictos, no solamente el israelí -palestino en particular. Y no importa si hoy en día es por Irak y mañana es Irán. Ese conflicto cultural, de civilizaciones, entre Occidente y el Islam, estará mucho tiempo entre nosotros. Y no veo que los palestinos crucen la línea. En cierto momento, en vísperas de Oslo, se tenía el sueño que se retrotrae a nuestras consignas de jóvenes de 1967 y 70, de que la paz revolucionaría el Medio Oriente, que los palestinos, una vez que se solucione el conflicto con Israel, pasarían a ser parte de ese campo que quiere cambiar las estructuras sociales del mundo árabe, como factor revolucionario en el sentido de promoción del desarrollo social, tecnológico, comercial, cultural y demás. Pero no lo veo.

P: Las tendencias son otras..

R: Creo que hay un gran riesgo de que Hamas tome el liderazgo palestino y si no, de haya un choque prolongado entre la OLP y Hamas. Pero de todas maneras hay que recordar que este conflicto, no sólo en la intifada pero especialmente en estos cuatro años, ha llevado a una situación en la que no hay prácticamente nadie en Israel que no haya sido dañado o afectado por la violencia. Y no hay prácticamente ningún hogar en la calle palestina que no haya sido afectado por las acciones militares de Israel. En ningún momento hay que decir que sean similares o comparables, pero está claro que para aquel que perdió a sus seres queridos, el dolor es absoluto. Poco le importa a la madre si vino alguien a matar al hijo o a poner una bomba o si una bala perdida lo mató. El dolor es absoluto. Y ese río de sangre que nos separa, necesita tiempo. Esas heridas tienen que cicatrizar. Y esa es una de las razones por las cuales yo estoy a favor del cerco de separación, no de la ubicación actual, sino del concepto. Primero tenemos que dejar que las heridas sanen, tenemos que calmarnos un poco. En segundo lugar, la sociedad palestina no se ha desarrollado.

P: En el plano interno, te refieres..

R: Si. En la primera intifada hubo un intento de desarrollo social, que acompañó lo que se llamó en aquel momento la “guerra de las piedras”, un conflicto controlado, pero que también tenía una dimensión social muy importante. Sectores como los profesionales, académicos, la juventud, la mujer, salieron y reemplazaron a la sociedad patriarcal agrícola muy antigua. Eso no se da en la segunda intifada. Hay especialmente una gran cantidad de bandas armadas locales que no reciben ninguna autoridad central. Por otro lado, un factor como Hamas, islámico, que responde a la autoridad de Irán. No hay una estructura política, ni que controle ni que se desarrolle a nivel de base, como tenemos nosotros, de  actividades comerciales, actividades sociales, educativas y demás. Cuando, después de la primera intifada, empezó eso, vino el proceso de Oslo, el liderazgo de Túnez, de afuera, se impuso por sobre el liderazgo local, lo destrozó, no me cabe duda que con la cooperación pasiva o activa del gobierno de Israel y destrozaron así todas las estructuras sociales.  Los palestinos necesitan tiempo para desarrollar sus estructuras sociales. Eso es algo que lleva tiempo, sin que nadie interfiera en eso. Y vemos en Irak que es imposible imponer eso desde afuera. Esos dos factores, además del factor global, creo que nos llevan a una situación en la que lo único que se puede esperar en este momento es separarnos, dejar de matarnos y empezar a ver si luego algo puede cambiar.

 

P: ¿Ves una solución en el horizonte? ¿Qué tiene que suceder para que algo cambie?

R: Primero tenemos que separarnos. No hay duda. Tenemos que hacerlo de tal manera que los palestinos puedan decidir cuál es su futuro, lo cual no es nada sencillo. Yo soy muy pesimista. Pienso que va a haber una guerra civil abierta, de una manera u otra. Además, la separación no es total. No hay forma de que los palestinos y nosotros nos podamos separar totalmente, porque las infraestructuras no están separadas, agua, electricidad, inclusive el mercado laboral. Por ejemplo, en cuanto a la Franja de Gaza: Egipto no acepta de ninguna manera incorporar un millón de trabajadores de Gaza a su mercado laboral, porque es un mercado pobre donde no tiene trabajo. La gente de Egipto emigra a buscar trabajo. No puede absorber a los palestinos. O sea que económicamente, de alguna manera, eso tiene que tener una solución. Por lo tanto, en primer lugar hay que separarse, ver si esto va a un caos total o va a haber cierta forma de control.

 

P: ¿El plan de Sharon al respecto, la separación de Gaza, puede funcionar?

R: No soy optimista respecto al plan de Sharon. Yo pienso que lo que va a hacer el Likud, sea Sharon o Netaniahu después de él, después de la separación, es anexar partes importantes de Cisjordania, lo cual va a dejar el conflicto abierto. No es una separación de volver a fronteras más o menos del 67, que se podrían aceptar. Además, la sociedad  palestina todavía no se enfrentó al problema de los refugiados en forma honesta o sea que nadie, de la estatura de un Ben Gurion palestino, les dijo que no se vuelve a la Palestina histórica, no se vuelve a Jaffa, a Acre, a Ramle. Nadie les dijo que eso está terminado y que hay que integrarse aquí. Hasta que no se haga eso, va a haber inestabilidad. Y tienen que ver además qué tipo de sociedad quieren, transparente y abierta como muchos sectores la piden o como el resto del mundo árabe, de corte más o menos islamista o de corte más laico, son cosas que ellos tienen que decidir.

 

P: De todos modos ¿te parece que el rol de Arafat es negativo?

R: Si, yo creo que Arafat sobrepasó su momento histórico. En este momento es un obstáculo. No hay ninguna posibilidad de hacer nada mientras Arafat vive, no hay ninguna posibilidad de hacer nada sin Arafat obviamente. No tiene toda la culpa pero sí gran parte de la culpa. No tiene la dimensión histórica necesaria. El problema trágico es que después de Arafat, no hay ningún líder visible que pueda tomar ese lugar. Estamos hablando de muchos años de luchas internas, hasta que surja una figura respetada que pueda tomar esas decisiones difíciles. El único que les puede decir a los refugiados que no se vuelve a la Palestina histórica, es Arafat. No lo hace. Y en estos momentos no soy optimista de que lo pueda hacer.

 

P: ¿Cuál es a tu criterio su mayor error, su mayor pecado?

R: No ser realista. Está desconectado de la realidad. Vive en un mundo de fantasía. Como se dice en hebreo, juega solo al ajedrez, sin tomar en cuenta que aquí hay otra parte. Históricamente, no tenemos la perspectiva. Puede ser que después del asesinato de Itzjak Rabin, Arafat realmente se haya decepcionado del lado israelí. Creo que con Rabin él sí creyó que se podía llegar a un acuerdo, pero me parece que  hoy está, mentalmente, no piensa siquiera en un acuerdo. Por supuesto cabe la posibilidad de que también en la época de Rabin, Arafat haya estado soñando con la teoría de las etapas, o sea de un Estado palestino por un lado y un Estado israelí por otro, con una minoría árabe palestina, confiando en llegar a una mayoría palestina por crecimiento demográfico. El tema demográfico, está claro, juega muy en contra de Israel, y eso lo ha entendido ya inclusive el liderazgo del Likud.

 

P: Israel acusa a Arafat de haber creado una atmósfera de legitimidad del terrorismo suicida contra la población civil, o inclusive de haberlo organizado en forma directa o indirecta. ..

R: No me cabe duda que Arafat es parte del enamoramiento de la violencia. En sus últimos años vuelve a sus primeros años de revolucionarismo a ultranza en el que el camino es más importante que el objetivo y Arafat transmite lo que quiere. El tiene no un doble sino un múltiple discurso, dependiendo de quiénes son sus oyentes. Hace poco tiempo cuando Arafat condenó un atentado de las Brigadas de Al-Aksa, en una entrevista se dijo a un miembro de esas brigadas que él había condenado y él respondió “nosotros sabemos lo que Arafat dice hacia afuera y lo que dice hacia adentro y lo que él quiere realmente, es que nosotros sigamos”. En el momento que Arafat desaparezca, todos los grupos y todas las armas que no responden a ninguna autoridad local, cada feudo por su lado, será un serio problema y cada uno estará por su lado. Imponer una autoridad central, lleva muchos años.

 

P: Otro tema sobre el que quería preguntarte, porque lo conoces muy de cerca, es el de la valla separatoria que Israel construye y que de hecho completó, ante todo, justamente en la zona aleda a tu kibutz. ¿Qué sucede en el terreno? Entiendo que desde allí no ves todo como parecería ser en los informes televisivos.

R: En mi zona la cerca fue hecha muy rápido, apurado y muy mal, separando a gran parte de la población palestina de sus tierras, inclusive anexando aldeas palestinas. Cuando los palestinos explican su posición ante los medios y acusan a Israel de adoptar una estrategia en su contra, les dijo que están exagerando y que lamentablemente, de nuestro lado, no hay ninguna estrategia ordenada. Es simplemente mala planificación, falta de estrategia. Ese es el problema. La cerca trató de acercarse lo más posible a las zonas bajo control palestino, o sea no dar más tierras, porque eso es una carta en cualquier futura negociación, aunque todo el mundo, menos los planificadores de la cerca, consideraron que ésta no es un hecho fácilmente movible. Es cierto que en nuestra zona, donde aldeas enteras fueron absorbidas por la cerca, que la cerca fue movida de vuelta a la posición anterior, sobre la línea internacional. Y lo que se está haciendo ahora está muy cerca de la línea internacional, de la así llamada “línea verde”. Creo que por 400 ó 500 metros, aunque sea doloroso para los dueños de las tierras, no es algo imposible de arreglar. También aquí se podrá mover y arreglar, aunque sea un desperdicio de tiempo y de dinero.

 

P: Actualmente, en la zona norte, pasa muy cerca del límite con Cisjordania, la así llamada línea verde?

R: Así es. Hay lugares en los que está a un kilómetro o 1.5 km de esa línea. Pero hay que recordemos que esa zona al norte de Cisjordania, es una zona en la que hay muy pocos asentamientos judíos. Y cuando, como parte del plan de separación de Gaza, se retire Israel también del norte de Samaria, de Cisjordania, esa zona pasa a ser frontera. Israel va a estar adentro y no afuera. Y con eso, no sabemos qué va a pasar. Nadie habla con los pobladores. Toda la planificación se hace respecto a los pobladores de la Franja de Gaza y nadie dice nada respecto al norte de Cisjordania. Mi posición contra los asentamientos es muy clara, pero aún así debo decir que hay cosas que están haciendo ahora, que son realmente criminales. Retirar bases militares y dejar asentamientos aislados, es condenar a esa gente a degüello. Es más honesto decir que en vez de tres puntos van a retirar cinco y no dejar gente aislada, a la que simplemente van a matar.

Ya se ha anunciado qué bases se mueven y hay poblaciones, como Mevó Dotán, en la que quedarán 20 ó 30 familias. Eso, de todas maneras, es una irresponsabilidad. Yo no tengo ningún punto en común con la gente de los asentamientos, pero eso no tiene nada que ver. No estoy a favor de solucionar un conflicto político matando gente, independientemente de su postura política.

 

P: Más allá de esta polémica acerca de qué sucederá por allí, en cuanto a la cerca misma, parece estar claro que ayuda.

R: La cerca misma es muy efectiva. No hay forma de pasarla. Eso no quiere decir que no traten. No están tratando ahora, porque el ejército de Israel está adentro, pero cuando esté sólo del otro lado, van a tratar primero de acercarse a la cerca, de atacar las patrullas, así como en Gaza disparan morteros, cohetes, por sobre la cerca. Eso es muy peligroso. Además la cerca fue trazada de manera tal que donde se aleja de la frontera del 67, está en un sitio en el que no da control a las alturas.  La frontera del 67, que fue hecha de común acuerdo con Jordania, tiene siempre la línea alta, controla las colinas de enfrente. Pero cuando la cerca está en el valle, no controla quién dispara un mortero del otro lado. O sea que van a matar a los soldados de las patrullas .

 

P: O sea que se hizo el trazado sin pensar.

R: Exactamente, sin pensar. ¿Para qué? Para decir que no estamos haciendo una frontera, sino solamente una valla para los que vienen a pie. ¿Y lo que viene por encima? Eso se hizo muy rápido y mal. Cualquier cabo que haya pasado una instrucción básica, sabe que si no se controla las alturas, es terrible. Pero esa frontera la planearon burócratas. A diferencia de la frontera que se fijó aquí en 1949, con la instrucción de que pueda ser mantenida para la convivencia, aquí la orden fue sólo no estar en la línea verde, lo cual obligó a estar en un terreno menos valioso desde el punto de vista militar, con todo tipo de errores, sin tomar en cuenta la demografía. Si hay aldeas y su gente ni puede cultivar sus tierras ni trabajar en Israel, o sea no puede sustentarse de ninguna manera, es obvio que ese es el mejor caldo de cultivo para el terrorismo. No es que falten terroristas del otro lado, pero no hay por qué alentarlos. La frontera en la zona entre el cruce Meguido y el kibutz Metzer , o Magal, entre 1949 y 1967 fue modificada de común acuerdo 22 veces. Fueron modificaciones de metros, sin ningún drama, hasta que se llegó al mejor equilibro. Hasta el camino de patrullas, era conjunto. Un día nosotros patrullábamos y otro, los jordanos. Es realmente una frontera de acuerdo. Vimos ya que es difícil llegar a un acuerdo con los palestinos, peor no hay por qué imposibilitar cualquier acuerdo. Son dos cosas totalmente distintas. Muchas partes de la cerca están diseñadas de forma que impidan cualquier acuerdo, más que nada por presiones de gente de los asentamientos.

 

P: Entiendo que en el terreno mismo, has visto también errores del lado palestino.

R: Está claro que del lado palestino hay sectores que están activamente actuando para impedir cualquier tipo de acuerdo. Yo diría que eso pasa más de la parte palestina que de la parte israelí. Para muchos sectores del espectro político militar palestino, no existe el concepto de coexistencia. Ya mencionamos la posibilidad de que de entrada se haya concebido la posibilidad del acercamiento como una táctica para destruir a Israel más lentamente, algo que recién la perspectiva histórica lo aclarará algún día. Cuando uno no está en favor de un acuerdo, cualquier cosa que ayude a un acuerdo duradero, es un peligro y cualquier cosa que favorece el bienestar de la población en lugar de agitarla, es visto como un peligro. El que el kibutz Metzer haya sido atacado, como símbolo de paz y no como símbolo de ocupación, en forma intencional contra gente de paz, para entorpecer el diálogo, como el hecho que cualquier solución que se haya buscado para aliviar el sufrimiento de la población palestina por la cerca, se ha impedido. Los palestinos no pueden obtener indemnización de Israel no porque Israel no les pague por cultivos perdidos, sino porque quien acepte la indemnización, está condenado a muerte por Hamas. En un rapto de sinceridad, en una entrevista a un diario canadiense, el intendente de Keffin, la aldea palestina cercana a nosotros, lo dijo claramente. Cómo ha quedado vivo después de eso, es un misterio. Admiro su honestidad y también veo que siente un gran dolor porque en definitiva, lo que quiere es ayudar a su gente. Se habló por ejemplo de empresas económicas de cultivo, a lo largo de la línea verde, que podrían generar puestos de trabajo para los palestinos, pero fue imposible hacerlo.

 

P: Los palestinos ponen obstáculos...

R: También Israel pone no pocos obstáculos. Pero hay que ser honestos y admitir que hay razones de seguridad. El ejemplo más obvio es el de la zona industrial de Erez, que fue construida para aliviar a los palestinos. Pero fue objeto de tantos atentados, hasta que fue cerrada, con lo cual decenas de miles de hogares palestinos quedaron sin sustento. No es que Israel fue dañado, porque esas fábricas israelíes pueden pasar a otro lado, pero numerosas familias en Gaza quedaron sin sustento, por la acción intencional de grupos palestinos, contra todo lo que sea normalización de relaciones entre las partes. Esto es lo que me lleva a decir que hoy no hay con quién hablar y que hay que separarse. Pero Israel tampoco puede pretender que haya una cerca y que se quede de ambos lados de la misma. Eso es absolutamente imposible. Nadie en el mundo lo acepta, ni siquiera el Presidente Bush.

 

P: Y aprovechando esta situación, problemática para Israel, ¿hay palestinos que acusan a Israel de dañarles con la cerca, falsificando hechos en el terreno?

R: Hay mucho sufrimiento, pero también hay mucho sufrimiento manipuleado. Siempre me pone furioso un documental que hizo la BBC sobre la cerca. Hay suficiente sufrimiento como para tener que inventar cosas que son realmente mentiras. Se transmitió algo sobre una chica joven que estaba separada de su madre, de su marido, que estaba embarazada y tenía que saltar por encima de las piedras para visitar a su madre, pero nada de eso era cierto. Simplemente tenía que elegir de qué lado vivir, lo que quisiera, y de acuerdo a su decisión, tendría que vivir libremente. O el hecho que se haya dicho que habían sido robados árboles de olivo, sin que sea cierto. Cuando oí que se había robado árboles a los aldeanos árabes, dije que esto ya es demasiado inclusive para el Medio Oriente, sino porque el olivo no es sólo la fuente de sustento sino también las raíces de la familia y eso no se roba. Dije a los palestinos que yo, como israelí, voy a la Suprema Corte de Justicia y hago una demanda judicial, pero que me digan quién es el dueño. La respuesta fue silencio. Y de a poco vimos que diciendo que los olivos habían sido robados, podrían recibir el dinero de las compensaciones, sin que nadie pueda acusarlos  de haberlos vendido a Israel. Y también hay casos de gente que la cerca los dejó del lado palestino, para no anexarlos, y se queja de por qué no los dejaron del lado de Israel. Nos dicen que cuando llegó allí la Autoridad Palestina, les empezaron a robar todo, a expropiar todo. “Todo lo que tenemos y lo que no tenemos nos sacan, no nos dejan trabajar”, así nos dicen. O sea que fuera de todo el problema de la violencia y el terrorismo, socialmente y políticamente la Autoridad Palestina es una cosa corrupta, inepta, un desastre. Los palestinos no tienen que elegir entre un horror y ser ciudadanos de segunda clase o estar ocupados por Israel. Creo que tienen derecho a vivir libremente un buen futuro. Por lo visto, no lo van a poder vivir mientras nosotros estemos allí, pero es muy probable que tampoco mientras Arafat y su gente estén allí lo puedan elegir. Como el resto del mundo árabe.

 

P: ¿Qué contactos hay en tu zona, a nivel humano, con los vecinos palestinos?

R: La aldea palestina más cercana es Keffin, de 9.000 personas, de la cual nunca salió un acto terrorista. Yo sé por ellos que fueron hostigados por sectores palestinos que les decían que no participan del “esfuerzo nacional”. Les decían “porque ustedes tengan buenos vecinos, no significa que tienen que vivir bien”, aunque su posición era que “queremos vivir tranquilos, no tener problemas y que empiece a entrar el ejército”. Cuando entran en juego las “causas nacionales”, es peligroso para todos. Tenemos contactos a nivel humano. Dentro de poco empieza la cosecha de la oliva y si el ejército permite pasar a los palestinos la cerca para venir a recoger su cultivo, les permite pasar a pie, lo cual es un absurdo, porque nadie va a caminar cinco kilómetros para venir a cosechar sus olivos, llevarse los olivos al hombro otros cinco kilómetros a pie. Por eso, en el kibutz, ya dijimos que estamos dispuestos a poner camiones, tractores, agua, lo que sea, para que esa gente pueda hacer la cosecha y volver al punto donde nosotros ya no podemos pasar. Es una cuestión de vecindad.

 

P: ¿Ya hay tratativas para hacerlo?

R. Si. El año pasado el ejército lo permitió, pero solamente al final de la época en la que prácticamente no se podía salvar la cosecha. Espero que este a o sean más conscientes de lo que está en juego y comprendan que esa oliva, que se transforma en aceite de oliva, es la forma de permitir cierto beneficio económico que haga posible pasar el invierno.

 

P: ¿Hay intentos similares de ayuda en otros ámbitos?

R: Hay algunos. Pero en realidad, la convivencia entre nosotros y los palestinos ha sido cortada...

P: Por el atentado de hace casi dos años?

R: No, por la cerca. Nosotros nos empeñamos en que lo del atentado, no cortara nada, por una cuestión filosófica, porque nuestra convivencia con nuestros vecinos, para nosotros, no es una cuestión política, sino un modo de vida, de concepción de mundo y no vamos a permitir que nada ni nadie, menos por la fuerza, nos haga cambiar este enfoque. Si nos equivocamos, lo cambiaremos nosotros. No a balazos. De ninguna manera. Hay muchas cosas que quedan en el tintero, de intentos de actividad económica, o por lo menos de que más palestinos puedan entrar a trabajar en Israel, al menos a Metzer, a la cosecha.

 

P: Después del atentado ¿fue a Metzer alguien de Keffin, a expresar su pésame o su condena?

R: No, cuando pidieron permiso para enviar una delegación, no los dejaron. Acordamos que nos encontraríamos en la frontera -en ese momento todavía no había cerca- pero no les permitieron salir de la aldea. Uno puede decir que había un ambiente tenso. No quiero juzgar a la gente que tiene responsabilidad de seguridad después de un atentado tan grave. Nosotros tampoco visitamos Keffin, porque hay una cuestión de reciprocidad. Yo visito a alguien en su casa, cuando lo puedo invitar a la mía. Si no, soy un ocupador más. Pero contactos telefónicos hay, aunque pocos, cada vez menos. 

P: Fea sensación, ¿no?

R: Si, es una sensación de futilidad, de que todo el esfuerzo que se había hecho para poder llegar a una solución acordada, que fuera ejemplo para la región, entre el atentado y la construcción de la cerca, fue aplastado del todo. Es cierto que para nosotros la cerca ha traído una seguridad y tranquilidad claras, pero son casi alarmantes y parece casi tranquilidad de cementerio. Es una zona entera en la que no se ve a nadie, no se escucha ninguna actividad humana.

P: Y la convicción de la gente de Metzer de que la única forma de vivir allí es convivir en muto respeto, no cambia.

R: Claro que no cambia. Te doy otro ejemplo. Sabemos que el valle no respeta fronteras. Si los palestinos no pueden llegar a su parte del valle agrícola y éste se llena de malezas en el invierno israelí y se secan en el verano, eso se prende fuego. Destruye las plantaciones de ellos y las nuestras. Para quitar las malezas que están de nuestro lado, pedimos permiso. No vamos a pisar tierra de ellos sin permiso. Ningún árbol ni nada será anexado. De ninguna manera. Los mojones están, todo está en su lugar, no importa el tiempo que pase. Ellos saben, que aunque ahora no puedan llegar, está salvaguardado. Ahora es un momento malo, con pocas relaciones, pero esperamos que pase.

P: Y del lado palestino ¿son conscientes de la altura de esta actitud vuestra?

R: Si, sin duda, claro que lo son, a pesar de todas las dificultades que tienen para expresarse públicamente. Y creo que llegará el momento en que podamos volver a hablar, pero para eso, también ellos tienen que tener sus instituciones, su sociedad organizada, para poder dialogar de igual a igual. Por eso digo, además, que hay que separarse: no sólo para sanar las heridas, sino también para construir el futuro. No importa a qué acuerdo lleguen eventualmente los políticos. Para que ese acuerdo tenga la posibilidad de mantenerse en el futuro, la gente que vive una al lado de la otra, es la que tiene que hacer la bisagra, la unión. Nosotros tratamos de mantener todas las opciones abiertas, para que cuando sea posible, podamos volver a unirnos.

 

P: ¿Crees que verás llegar ese momento?

R: Si, espero verlo.

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

24 de setiembre de 2004

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