"Después de la guerra, por primera vez, los chicos querían volver a la escuela"
Una uruguaya-israelí, directora de escuela en Haifa, 

trata de devolver a sus alumnos a la normalidad, después de la guerra.
Ana Jerozolimski

Paula Waiter de Sadkowski, radicada en Israel desde 1972, tiene una gran responsabilidad. Esta uruguaya , hija de  Mauricio Waiter (Z"L) y Eugenia Mitelman, dirige desde hace siete años escuelas en Haifa.En los dos últimos años, está al frente de la escuela "David Yelin", que cuenta con 500 alumnos y está situada en el Monte Carmel de esta ciudad en la costa norte de Israel.

  "Esto es lo mio, sin duda, hago lo que me gusta"- dice Paula a "Semanario Hebreo". Pero no por el amor que pone en lo que hace, el trabajo resulta fácil.La responsabilidad, con 500 alumnos a su cargo, en una ciudad recién atacada por misiles, es mucha. Más que nada, cuando no hay certeza alguna de que tras la guerra finalizada hace algo más de un mes, no vengan otras. "Tenemos que prepararnos por si nos atacan por sorpresa"- explica.

Paula Waiter de Sadkowski

P: Paula, el 3 de setiembre, dos días después de lo que se acostumbra, los niños y jóvenes de Israel volvieron a las aulas.¿Cómo notaste a los alumnos de la escuela que diriges, "David Yelin", de Haifa?

R: Las dos semanas de vacaciones que separaron la guerra de las clases hicieron lo suyo y afortunadamente en Haifa la situación fue bastante mejor de lo que habíamos pensado que sería.. Antes de que empiecen las clases, algunos padres se dirigieron a nosotros con miedo de que sus hijos no logren volver tan rápidamente a la normalidad. Contaban de algunos que no podían dormir bien de noche, de otros que habían vuelto a orinarse durante las noches, nos pidieron ayuda, hablaron con la asesora que da apoyo sicológico.Pero todas éstas eran situaciones normales que según decían los sicólogos, iban a pasar .Y así fue. La vuelta a la normalidad, el reencontrarse con los demás chicos, el apoyo mutuo que se pudieron dar y la legitimidad que da el ver que a otros les había pasado lo mismo, que las experiencias habían sido parecidas y que los miedos habían sido compartidos, todo ésto les dio fuerza rápidamente y les hizo posible volver a la rutina.

P: Pero ésto no se arregla así nomás. Requiere por cierto de trabajo de vuestra parte.

R: Sin duda. Hablamos mucho en las clases, a todo nivel, del miedo.Al principio, según me contaron las maestras, los chiquilines se sentían un poco incómodos y no sabían cuánto ni qué contar, si compartir sus sentimientos sobre lo que habían vivido, temían demostrar debilidades, pero rápidamente les dimos la seguridad de que la escuela es un marco seguro para ayudarnos unos a otros, donde nos escuchamos y comprendemos, que pueden abiertamente contar lo que quieran, que todo queda entre nosotros y que el objetivo, claramente, es ayudarlos.

P: Y así se sintieron más seguros..

R: Así es. Realmente  hablaron de sus miedos, de las experiencias que vivieron. También los chicos que estuvieron fuera de Haifa durante la guerra al principio estaban muy calladitos, no sabían qué hacer, como si al no haber vivido la experiencia de los misiles que les caían sobre la cabeza, estaban fuera de onda.Pero rápidamente se dieron cuenta de que también ellos pasaron su cuota de problema, al estar lejos de su casa, de no saber si le pasaría algo a su casa mientras no estaban. Hay también casos de chicos que al estar fuera se enteraron de que en su casa había habido un impacto de cohete , que le habían caído misiles. Toda esta forma de tratar el tema, dio un gran apoyo a los niños.

P: ¿Estudiaron normalmente desde el principio o hicieron algo diferente, porque en Haifa se vivió algo que en Jerusalem , por ejemplo, no era necesario tratar de la misma forma?

R: No, no estudiamos normalmente al comienzo. Lo que ayudó muchísimo a pasar todo más rápido y mejor,fue la parte recreativa que hicimos los primeros días, ya que la primera semana casi no hubo estudios. Fuera de las charlas hubo muchos juegos. Recibimos donaciones del Joint que llegaron a través del Ministerio de Educación y la Municipalidad y que se organizaron de modo tal que se usó para programas recrativos en las escuelas.Se trajo música, payasos, bailes, magos, espectáculos con gente profesional para distraer un poco a los chicos, traerles alegría y un poco de diversión.

P: ¿Dirías que los chicos llegaron cambiados? ¿La guerra dejó secuelas en su mundo interno?

R: Primero de todo, los chicos estaban felices de volver a clase.Algunos dijeron que estaban deseando volver a clase, algo que nunca habíamos oído años anteriores. Cualquier cosa era mejor que lo que estaban pasando. La escuela por cierto era mejor que lo que habían vivido. Ya querían volver, estudiar y ver a los amigos.

P: O sea que la tensión se sentía, supongo, ya al comienzo..

R: Se siente en los padres, en las reuniones que ya tuvimos, que están un poco perdidos, que se preguntan qué va a pasar, cuándo vendrá la próxima vuelta.Están intranquilos y presentan preguntas muy claras a la escuela acerca de si estamos preparados para el próximo round, si va a venir. Quieren saber que la escuela está organizada, que los refugios están en orden, si los chicos van a llegar a tiempo al refugio si hay sirena y si no, dónde van a estar momentáneamente. Por supuesto ofrecen toda la ayuda posible que en caso de emergencia están dispuestos a venir y dar una mano porque se dan cuenta de que sólo con el plantel docente no alcanza, si pasa algo. Hicimos una lista de emergencia , sobre todo con los que viven más cerca o que no trabajan, están de voluntarios para venir inmediatamente.

P: O sea que no es lidiar sólo con lo que pasó sino con lo que puede volver a pasar...

R: Exactamente. Si llega a volver a haber una guerra, es imposible mantener las escuelas abiertas. Los chicos van a estar en sus casas.El único día de la guerra que las escuelas funcionarán, será el primero, cuando nos tomen por sorpresa. Porque todos sabemos que una cosa son los ejercicios de entrenamiento sobre cómo bajar al refugio, pero si hay , en el mejor de los casos, un minuto de alarma hasta que cae el misil, es imposible trasldar a 500 alumnos de todos los puntos de la escuela a un refugio.Podría ser un caos total

P: Pero entonces ¿qué harían?

R: . El Comando civil dio ordenes muy precisas sobre cómo proceder si nos llegan a atacar por sorpresa, qué hacemos en la escuela. Están las instrucciones generales, pero en cada escuela todo depende de su estructura, si es de varios pisos o propiedad horizontal, si hay muchos corredores, cuál es la distancia de los refugios y demás. Hay un equipo de emergencia, compuesto por delegados del equipo docente, el maestro encargado de la seguridad de la escuela, el encargado de la seguridad a nivel municipal, delegados de la comisión de padres, la enfermera de la escuela, el sicólogo, la directora y la vice directora. Ese grupo se reúne en la escuela y en base a las condiciones físicas de la escuela, arma el plan que le sirve a la escuela.Eso ya lo hicimos hace varias semanas, para saber cómo proceder si nos atacan de sorpresa.Teníamos que tener eso pronto antes del comienzo de las clases. Estamos haciendo muchos ejercicios con los chicos de evacuar la escuela o buscar refugio y lo hacen muy tranquilos.Creo que tratamos de inspirarles confianza, de que sepan que está todo bajo control.Cuando cada uno sabe que todo está organizado, puede cumplir su propia función mejor y más tranquilo.

P: Muchas gracias Paula y mucha suerte.

R: Gracias a ti.

Los alumnos se expresan

- "Los días que estuve en casa en Haifa, me sentí muy insegura porque no tenemos refugio en casa. Cuando me fui a casa de mi abuela me sentía segura en su refugio, pero estaba muy preocupada por mi mama que tenia que andar por las calles para llegar a su trabajo en el hospital"  (Dina, 10 años).

- "Nasarala nos arruinó las vacaciones. Ya prefiero volver a la escuela, con tal de salir por fin de este encierro en casa!" (Roni, 7 años).

- "Mi deseo es que no haya más guerras, que Israel tenga buenos  vecinos y que todas las personas que murieron en la guerra mañana vuelvan a la vida"   (Meital, 6 años)

- "Sentí mucho enojo, porque Nasarala bombardeo Haifa , mi Haifa" (Shely, 9 años)

- "Yo vivo en un edificio de muchos pisos. Mama dijo que cuando suene la sirena bajemos inmediatamente al refugio, pero que no nos olvidemos de golpear a la puerta de la vecina del piso de abajo, porque ella es minusválida y hay que ayudarle a salir a refugiarse también" (Dafna, 8 años)

- " La mañana que empezó la guerra nos estábamos preparando con mi hermanita y con mi mama para hacer bolitas de chocolate. Yo entre al baño y en eso, de repente hubo un gran BUM! Y otro y otro… No entendía que pasaba, y en eso mi mama me tiro del brazo y de mi hermana, y nos llevo rápidamente al refugio. Cuando se calmo un poco, vino mi papa, preparamos rápido un bolso y nos fuimos a Jerusalén. Todo el camino tuve pensamientos espantosos acerca de mi casa y de nuestros parientes que quedaron en Haifa"  ( Gal,  11 años)

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

21 de setiembre de 2006

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