Nosotros no estamos sorprendidos
Ana Jerozolimski

Durante años lo presentaron, a pesar de las discrepancias, como “líder de la resistencia”. Rehusaron llamarlo de “terrorista” , como siempre lo llamó Israel. Pero ahora, también Egipto admite oficialmente lo que en Israel se sabe hace mucho: la organización chiita libanesa Hizbala, el brazo armado de Irán en Líbano, encabezada por Hassan Nasrallah, es una organización terrorista .Como tal no respeta límites, ni soberanías, ni reglas. Todo sirve, en aras de la desestabilización de regímenes que considera opuestos a su ideología y a sus objetivos extremistas.

Lo que cambió ahora no fue Hizbalá sino la definición egipcia de la misma, al revelarse los planes de la organización en suelo egipcio (ver recuadro).

Es que las definiciones ordenadas son a menudo difíciles de lograr, pero no por problemas de lenguaje sino de contenido e intenciones. Esta es la razón por la que hasta ahora no hay una definición ordenada que comprometa a la comunidad internacional toda de lo que es “terrorismo”, lo cual complica tanto el manejo del Derecho internacional en la materia como la adopción de resoluciones que permitan combatir el flagelo en forma eficaz.

Por eso-y por la hostilidad de muchos elementos en la arena internacional, de la tendenciosidad anti israelí y de las malas intenciones, lo cual en definitiva se relaciona a lo mismo- las décadas de atentados árabes contra la población civil israelí nunca fueron definidas oficialmente como “terrorismo”. Para los agresores y quienes les apoyaban, detonar bombas en ómnibus, restaurantes y en plena calle, era “liberación nacional”.Para Israel y los verdaderos demócratas (no los de pose, sino los reales, los que se oponen a ataques contra civiles sea cual sea su identidad), la única forma de llamar a todo eso es “terrorismo”.

Por eso, las informaciones sobre la red terrorista de Hizbala descubierta en Egipto no nos sorprendió. Porque atacar con misiles las localidades fronterizas del norte de Israel que lindan con Líbano, sin previa provocación alguna de parte israelí, es terrorismo. Infiltrarse a territorio de Israel , detonar cargas explosivas hacia una patrulla, matar y secuestrar a dos de sus soldados que cuidaban la frontera, es terrorismo, aunque Ehud (Udi) Goldwasser (Z”L) y Eldad Regev (Z”L) vestían uniforme en ese momento. También fue terrorismo secuestrar en mayo del 2000 a los soldados Omar Sawaed, Adi Avitan y Beni Abraham cuando patrullaban su lado de la frontera , sin provocar a nadie, matarlos , no decir durante años qué había pasado, si estaban vivos o muertos, antes de devolver sus cuerpos sin vida a cambio de terroristas que habían sido capturados en choques con Israel.

También es terrorismo matar a sus propios connacionales, libaneses musulmanes -sunitas, no chiitas como Hizbalá- en los disturbios de mayo en territorio libanés. 

No nos alegra que Egipto lidie con dificultades. Fue el primer país árabe en firmar la paz con Israel y aunque ésta sigue siendo una paz fría, siempre es mejor que la guerra. El Presidente Mubarak recalca repetidamente que la guerra ya no es una opción para su país. Y eso ajustó la mirilla de Hizbalá que quería combinar atentados contra blancos israelíes en suelo egipcio con la desestabilización de un régimen que considera hostil, anti musulmán, peligroso….porque no se alía con Irán.

No nos alegra que Egipto se sienta amenazado, pero sí nos parece importante que algo haya abierto los ojos, a través de Egipto, de más ciudadanos del mundo árabe que puedan comprender el peligro . El objetivo no es que amen a Israel porque ahora están furiosos con Hizbala, sino que comprendan que el terrorismo jamás los llevará por buen camino y que en definitiva, quien lo practica, aunque sea “contra los sionistas”, está dispuesto a practicarlo contra todo aquel que se les opone. .

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo (16 abril 2009)

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