No hay porque los matan
Ana Jerozolimski

"En Irán no hay homosexuales como entre ustedes". Así lo afirmó el Presidente de Irán Mahmud Ahmadinejad ante aquellos estudiantes y curiosos que se reunieron a escucharle en la Universidad de Columbia. Y uno se pregunta, como diríamos popularmente: ¿es o se hace?

Quizás sea cuestión de semántica, eso de que "no hay homosexuales". Al parecer Ahmadinejad se refería a otra cosa, que podría ser presentada así: De hecho, es como si no hubiera, porque cuando nos enteramos dónde están, los matamos.

Según activistas iraníes de derechos humanos, más de 4000 homosexuales y lesbianas han sido ejecutados en Irán desde que los Ayatollas tomaron el poder en 1979. Esto, como parte de un total de por lo menos 100.000 ciudadanos iraníes muertos por las autoridades desde el comienzo de la revolución islámica.

Según informó la organización "Human Rights Watch", Irán suele llevar a cabo arrestos de miles de hombres y mujeres acusados de "actuar de modo inmoral". La organización ha exhortado a la liberación de los detenidos, varios de ellos tomados inclusive de reuniones privadas, como en la ciudad de Esfahan, el 10 de mayo de este año.

"En Irán, las paredes de las casas particulares son transparentes y las salas de justicia, opacas"- declara Joe Stork, Vice Director de la División de Oriente Medio en el "Human Rights Watch". "Esta campaña de `moralidad´ demuestra cuán frágil es el respecto por la privacidad y la dignidad personal hoy en Irán".

El término "corrupto" tiene en Irán un significado muy especial: quien no respeta las estrictas leyes de conducta y hasta de vestimenta, impuestas por el régimen. El 14 de abril del 2007, la Suprema Corte de Irán canceló sentencias de muerte dictadas contra seis "basiji" (milicias especiales) por matar a cinco civiles en el 2002, al haber considerado a esos ciudadanos como "corruptos moralmente". La impunidad quedó clara.

Irán es un ejemplo extremo, pero por cierto, no el único problemático en el mundo islámico.

El 2 de marzo del 2006, el sitio Libertad Digital publicó los siguientes datos, sobre el castigo islámico a la homosexualidad.

La ley islámica que se aplica de facto en gran parte de los países musulmanes castiga la homosexualidad con penas que van de los 100 latigazos a la muerte por lapidación. El informe de Amnistía Internacional de 1999 recogía violaciones de los Derechos Humanos de los homosexuales en los 24 países de la Liga Árabe, que comparten la religión islámica. 

Según la organización Outrage! más de 4.000 homosexuales han sido ejecutados en Irán desde 1980. En Afganistán el 25 de febrero de 1998, cinco hombres acusados de ser homosexuales fueron aplastados por un tanque durante más de 30 minutos, ante el júbilo de cientos de individuos. El día de año nuevo de 2002 tres hombres fueron decapitados en Arabia Saudí acusados de ser homosexuales.

Países como Yemen, Mauritana, Irán, Sudán, Arabia Saudí, Nigeria (en los estados islámicos) y Qatar han aplicado durante años la ley islámica, que contempla la muerte por lapidación como pena para la homosexualidad. El artículo 377 del código penal de Malasia impone penas de hasta 10 años de cárcel por "ofensas antinaturales". Este mismo artículo castiga con 20 años de cárcel las relaciones homosexuales con penetración. Además el gobierno ha creado unos organismos locales llamados Badar Islámico que se encarga en cada barrio de denunciar "las actividades inmorales".

La homosexualidad está penada con de tres a diez años de prisión en: Brunei, Túnez, Marruecos, Libia, Siria, Jordania, Argelia, Kuwait, entre otros. En Pakistán se equipara con la zoofilia. Está prohibida en todo el mundo musulmán. Evidentemente, no se permiten ningún tipo de asociaciones de gays y lesbianas".

El tema, por cierto, no es si se está de acuerdo o no con la homosexualidad. Tampoco el judaísmo la aplaude sino que la condena y a menudo se ha oído a diputados ultraortodoxos manifestándose en términos duros contra el fenómeno. Pero una cosa es la opinión sobre la homosexualidad y otra es la forma en la que el Estado reacciona ante el mismo.

Por eso, como decía Ahmadinejad, "en Irán no hay". Porque los matan.

Ana Jerozolimski
Editorial Semanario Hebreo

Set/ oct de

Ir a índice de Periodismo

Ir a índice de Jerozolimski, Ana

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio