“Los judíos son aborígenes en su tierra, Israel”.
Entrevista especial con el profesor Irwin Cotler, ex-Ministro de Justicia de Canadá 
y conocido luchador por los derechos humanos.

Ana Jerozolimski

Hace pocos meses tuvimos el honor de conocer personalmente al Profesor Irwin Cotler, jurista de renombre internacional, diputado en el Parlamento de Canadá y hasta hace pocos años, Ministro de Justicia y Procurador General en su país. Es catedrático de Leyes y de Derecho internacional en la Universidad McGill de Canadá, abogado en temas de DDHH a nivel internacional, activista por la paz, consejero en DDHH----y un judío creyente.

El encuentro nos resultó apasionante, porque el Profesor Cotler irradia sabiduría, inteligencia, sensibilidad humana y auténtica sencillez, todo en perfecta armonía.

Si bien sus conceptos nos resultaron de inmediato de interés general, esperamos la oportunidad exacta para publicar la entrevista que nos concedió , combinada con los sucesos noticiosos en el mundo. Es por ello que ahora, pocos días antes de la conferencia de Durban, publicamos la  entrevista.

P: Profesor Cotler, realizamos esta entrevista en inglés, pero hemos estado conversando largo rato en hebreo. ¿De dónde sabe usted tan buen hebreo?
R: Fui diariamente a una escuela judía, al campamento Masad en el que se hablaba hebreo, estuve en Israel como estudiante durante un año-me tocó justo durante la Guerra de los Seis Días- y luego vine en dos ocasiones como Profesor invitado a universidades israelíes. Durante la Guerra en el Golfo, por ejemplo, yo estaba acá enseñando. Pero debo agregar que probablemente lo central sea que mi esposa es israelí, por lo cual tengo un “ulpan” en casa en forma regular.

P: Esa explicación sí que suena lógica....Y es interesante lo que cuenta porque parecería que le sale a menudo estar en Israel cuando estalla una guerra...
R: Realmente se dio así muchas veces. Estaba estudiando en Israel cuando fue la guerra de los Seis Días en 1967. En la guerra de Iom Kipur en 1967,estaba enseñando en Israel. Cuando fue la operación Paz para Galilea en 1982 yo también estaba en Israel, al igual que luego, en la guerra en el Golfo en 1991. Y unos amigos ya me dijeron: “avísanos cuando vengas de nuevo, así no estamos acá”.

P: ¡Muy inteligentes sus amigos!
R: En realidad, siempre que venía a Israel pasaba algo grande. Si no era una guerra, era un gran atentado. Es que Israel vive en constante estado de alerta. Quizás la gente no siempre se percate de ello porque no es que hay atentados terroristas todo el tiempo, pero sí hay alerta todo el tiempo porque se sabe que cuando los terroristas logren pasar y violar los obstáculos, el atentado llegará. Yo recuerdo el año previo a los ataques contra las torres gemelas en Estados Unidos, el 11 de setiembre. En ese año la cantidad de gente que murió en Israel en atentados en ómnibus, restaurantes, sinagogas, en distintos sitios, fue- en términos proporcionales al tamaño de la población- siete veces mayor que los muertos en las torres. Pero fuera de Israel se oía muy poco relativamente sobre esos atentados. Lo que me parece muy preocupante es que la sensación es que eso pasaba porque las víctimas eran judías.

ALTERANDO LA HISTORIA

P: Y cuando se habla de injusticia e inequidad en el trato a Israel, lo notamos claramente también en organismos internacionales. Usted se dedica hace mucho tiempo al tema de Derechos humanos, no sólo como Profesor de Derecho sino también desde el punto de vista moral, motivado por su propia conciencia. ¿ Cree que hay alguna explicación lógica para lo que vemos, por ejemplo, en la actitud de las Naciones Unidas respecto a Israel?
R: Creo que ha habido una dinámica que comenzó a desarrollarse inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días. Recordemos que entre 1948 y 1967 se hablaba del conflicto árabe israelí y que fue recién después del 67 que empezó a usarse más y más el término conflicto israelo-palestino. En esa configuración Israel apareció como el ocupante y los palestinos como víctimas.. Hay una tendencia en la cultura de DDHH, de identificarse con las víctimas y se invirtió el tema de David y Goliat, presentándose a Israel como el nuevo Goliat y a los palestinos como David. 

Esto llevó a desarrollar una nueva concepción respecto a Oriente Medio, según la cual el conflicto israelo palestino es la raíz de todos los conflictos en la zona, la ocupación israelí es la causa del conflicto israelo palestino y el Israel “del apartheid”, es la raíz de dicha ocupación. El resultado de este pensamiento fue introducir al movimiento mundial por los derechos humanos en el tema, porque estaba dedicado en gran medida a combatir el apartheid. 

Y creo que no fue casualidad que se comenzó a usar el término “apartheid” contra Israel. Se trató así de colocar el tema palestino en el centro de la lucha por los derechos humanos. Y si se quiere desligitimizar a Israel , se le presenta como “Estado racista de apartheid”, usando un término que no requiere pruebas, que ya es juicio en si mismo. ¿Qué se hace con un Estado apartheid? Se les desmantela, como a Sudáfrica, porque un estado apartheid no tiene derecho de seguir existiendo. Y se amplía el marco diciendo que también los que apoyan al estado supuestamente apartheid se convierten en racistas. Y nadie quiere que se les considere racistas, por lo cual la dinámica de acusación que se fue dando, crea un efecto psicológico por el cual otros se alejan, no quieren que se les vincule con Israel. 

EL PELIGRO DE DURBAN

P: Y hay un esfuerzo “concentrado” al respecto en foros internacionales. Justamente dentro de poco es la nueva confernencia de Durban, aunque se lleva a cabo en Suiza..
R: Esta dinámica se convirtió en una verdadera estrategia en la Conferencia de Durban. Yo estuve allí como miembro de la delegación canadiense, lo vi personalmente. Era la estrategia del boycot, sanciones, aislamiento. Se vio el proceso de la gradual desligitimación de Israel que comenzó ya después de 1967 pero que se fue intensificando y que en Durban tomó la forma definitiva, presentando a Israel como “estado apartheid”.

En Durban hubo una marcha en la que el lema era que así como la lucha contra el apartheid en el siglo pasado había requerido el desmantelamiento de Sudáfrica tal cual existía, esa misma lucha en el siglo XXI requiere del desmantelamiento de Israel. 

P: ¿ Cree que Israel comete un error al boycotear la reunión de Durban-aunque será en Ginebra- este año?
R: Debo decirle ante todo que el primer país que decidió no asistir a esta conferencia fue Canadá . Nuestro país dijo oficialmente que no aceptaremos participar en un evento que todo indica será una repetición de lo que se vio en Durban, quizás en forma más sofisticada, un nuevo festival de desligitimación de Israel. Cuando a fines de los 90 se anunció que habría una conferencia contra el racismo en Durban en el 2001, el tema me entusiasmó mucho . Me entusiasmaba la idea que la primera reunión sobre derechos humanos del siglo estaría dedicada a la lucha contra el racismo, además del hecho que se llevaría a cabo en Sudáfrica, lo cual permitiría destacar el simbolismo del desmantelamiento del estado apartheid que allí había funcionado. Lo que yo no estimé ni anticipé , pero vi luego personalmente, fue que una conferencia contra el racismo se convertiría en una conferencia racista contra Israel, llamando a su desmantelamiento.

AJUSTAR LA NARRATIVA A LA VERDAD 

P: Y para repeler esos ataques, no es suficiente explicar que Israel conquistó los territorios en cuestión en una guerra de autodefensa que le fue impuesta, que no habría llegado nunca a Gaza y Cisjordania de no haber sido atacado por Egipto y Jordania en 1967.¿Qué sugiere usted?
R: Creo que hay varias cosas que tenemos que hacer. Lo primero se refiere a las negociaciones de paz, pero el problema con ello es que el paradigma, el enfoque del propio Israel, es negociar como si aquí hubiera sólo un tema israelo palestino. Cuando se aborda el tema de los asuntos a tratar en el acuerdo definitivo, se habla de la creación del estado palestino, de los refugiados palestinos, de los asentamientos, pero yo digo que la narrativa debe ser más incluyente. 

Me parece perfecto que surjan estos temas, como exigencias del lado palestino. Pero si los palestinos hablan de la creación del estado palestino, Israel tiene que hablar de la legitimidad de Israel como estado judío. Cuando se habla de los refugiados palestinos, Israel debe hablar también de los refugiados judíos que tuvieron que dejar los países árabes. Cuando los palestinos hablan de los asentamientos, Israel debe hablar también de la cultura de incitación y odio que emana más que nada de Hamas pero no sólo de allí sino también de la propia Autoridad Palestina. 

Así se presenta distinto la narrativa, se explican todos los elementos que componen la situación. Y es clave porque con una narrativa limitada, lo que se logra es una presentación deformada del conflicto y se llega a lo que mencioné antes, que concentra todo en Israel y su ocupación. Debemos invertir ese paradigma y decir: el núcleo del problema que amenaza a Oriente Medio es el Islam radical , lo que quiere el Islam radical es un Medio Oriente sin Israel, pero un Medio Oriente sin Israel es el verdadero apartheid. Y con eso explicamos que la raíz del conflicto árabe israelí ha sido durante 60 años, la incapacidad o falta de voluntad de la mayor parte de los líderes árabes de aceptar la legitimidad de Israel como estado judío en Oriente Medio. 

P: Se presenta tan a menudo todo en otros términos, que sin duda hay gente que simplemente no conoce la verdad, el origen de todo ésto..
R: Eso es indudable. Le daré un ejemplo de cómo yo me topé personalmente con esta dinámica hace poco. Estaba dictando una conferencia en un encuentro anual de abogados en Quebec. Mi ponencia era sobre el sexagésimo aniversario de la Convención contra el Genocidio y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Una mujer se levantó y me dijo: “Profesor Cotler, yo soy abogada y trabajaba como tal en el Departamento de Justicia cuando usted era Ministro de Justicia. Al hablar usted sobre las lecciones de estos 60 años, no hizo ninguna referencia al sufrimiento palestino. No hizo ninguna mención de la “nakba” palestina (catástrofe) que sufrieron hace 60 años. ¿Puede usted decirme por qué no lo incluyó?”.

P: Sabía que usted es judío...
R: Por cierto. Pues yo le contesté lo siguiente: “Es cierto que los palestinos han sufrido y continúan sufriendo. Tiene razón. Sufrieron una catástrofe hace 60 años. Pero no por las razones que usted cree. Lo que pasó fue que las Naciones Unidas adoptaron una resolución que recomendaba la creación de un estado judío y otro árabe. El liderazgo judío aceptó la resolución y el liderazgo árabe palestino la rechazó. Tenían derecho a no aceptarla, pero no tenían derecho a declarar guerra contra el estado judío naciente, que ellos mismos presentaron como guerra de exterminio contra el pueblo judío. Y lo que no tenían derecho a hacer era responder dirigiéndose a sus propios ciudadanos judíos en los países árabes, quitarles sus derechos, sacarle sus propiedades, arrestarlos arbitrariamente y torturarlos en prisión. Como consecuencia de esa reacción, surgieron dos problemas de refugiados: el de los palestinos y el de los judíos de los países árabes. Pero el tema central es que la responsabilidad por ambos problemas fue del liderazgo árabe, ya que si hubiera aceptado la fórmula de dos estados en ese momento, hoy estaríamos celebrando 60 años de independencia tanto del estado de Israel como del estado palestino, en lugar de estar todavía atrapados en la situación actual”.

Cuando terminé mi respuesta, ella se paró, me agradeció y me dijo que esa era la primera vez que oía hablar de los refugiados judíos, que siempre había pensado que la partición había resultado en una limpieza étnica de los árabes y que no sabía que los árabes eran los que habían declarado la guerra al estado judío. 

P: Pero es totalmente increíble..Esa mujer no era una ignorante de la calle, sino una abogada en el Departamento de Justicia de Canadá....
R: Y no una persona prejuiciosa, pero había internalizado la diaria caracterización del conflicto en los términos que conocemos, sin exponerse realmente al marco más amplio del mismo, por el simple hecho que se habla poco de ello. Y eso es un error. No hay que permitir que se presente sólo una agenda limitada ni que se saque cosas de contexto.

LOS JUDÍOS, ABORÍGENES EN SU TIERRA

P: ¿Qué más sugiere?
R: Creo que debemos tener una apreciación de lo que significa que haya un Estado judío. Es importante que se sepa que Israel no es una realidad virtual o un “clip” de CNN. Israel es, de fondo, la patria del pueblo aborigen judío. Si usamos ese término, tan conocido en el lenguaje de los derechos humanos , se puede llegar, explicar, de otra forma. Debemos explicar que el pueblo judío es prácticamente el único del mundo de hoy que habita la misma tierra, abraza la misma religión, estudia la misma Torá aborigen, cree en los mismos profetas aborígenes, habla el mismo idioma aborigen-hebreo- y lleva el mismo nombre aborigen-Israel- que hace 3500 años. Esto no es un poder ocupante que llegó después de 1967 sino la misma nación judía-prácticamente la primera nación de la humanidad-que vive en su misma tierra aborigen.

Con esto no estoy diciendo que los palestinos no tienen causa ni que los árabes no son también aborígenes en la tierra, sino que cuando dos pueblos del lugar se disputan la tierra, se la reparte. Es lo que se intentó hacer en 1947. El problema es que se presenta todo como si los únicos “aborígenes” aquí fueran los árabes y eso no es así. Eso lleva al racismo y las acusaciones de apartheid contra Israel.

LA GRAN CULPA DE LA ONU

P: Y uno de los culpables de esta concepción equivocada es justamente el organismo que debe representar a las naciones del mundo todo, la ONU.
R: Indudablemente, las Naciones Unidas no sólo que no son parte de la solución sino que son parte del problema. El propio Presidente de la Asamblea General se refirió dos veces en pocos días a Israel como “estado aparheida”.

P: Se refiere a Miguel D´Escoto..Y justamente él trató de impedir que la representante de Israel hable en la Asamblea ..
R: Claro, porque supuestamente “estados apartheid” no deben tener tribuna. Ese es el concepto que trata de introducir...Luego está también Richard Falk, el Rapporteur especial de la ONU sobre DDHH en los territorios ocupados, que dice que Israel comete crímenes contra la humanidad. Y si él dice que Israel es un estado apartheid que hace lo mismo que los nazis, da a entender que no tiene derecho a estar allí, que existe la responsabilidad moral de desmantelarlo. Y además de esas escandalosas opiniones, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU dijo también que Israel estaba cometiendo un genocidio en Gaza. O sea que instancias de la ONU presentan a Israel como un estado apartheid, racista, nazi, genocida. ¡Ese lenguaje es usado por funcionarios de las Naciones Unidas!.

P: La ONU no sale beneficiada con todo esto, que es vergonzoso...
R: Yo crecí con las Naciones Unidas, con la Declaración Universal de DDHH .La ONU ha influido mucho en la política exterior canadiense. Judíos jugaron un rol importante en la fundación original de las Naciones Unidas. O sea que yo he crecido muy conectado a todo esto. Y creo que lo que se está haciendo es lavar, limpiar, todo el proceso de desligitimación de Israel bajo la aureola de las Naciones Unidas, invocando el Derecho internacional y los estandartes de los derechos humanos, como se hizo en Durban. Y por eso creo que lo que debemos decir también es que si a uno le importa de las Naciones Unidas y de la lucha verdadera por los derechos humanos, debe poner fin a este fenómeno de intento de aislamiento de Israel y de marcarle como racista, ya que eso permite que los verdaderos violadores de los derechos humanos queden impunes. Lo que está en juego no es sólo que se sea justo con Israel sino también la integridad de las Naciones Unidas y de la lucha internacional por los derechos humanos. 

P: Es que el problema, realmente, va más allá de Israel y muestra una seria falla en la propia ONU. La mayor parte de los países miembros de la Comisión de Derechos Humanos no son democráticos pero no se hace nada contra ellos.
R: Es cierto. Yo hice un estudio al respecto y mostré que desde la formación de la Comisión de DDHH de la ONU en el 2007, aproximadamente el 35% de todas las resoluciones allí aprobadas, eran de condena a un solo estado miembro del organismo, Israel, mientras que casi nada se aprobaba contra los principales países violadores de los derechos humanos. Se tornó tan evidente que todo era tan prejuicioso, que se resolvió finalmente formar un Consejo de DDHH que sustituiría a la Comisión, que seria revisto internacionalmente en forma periódica y que ordenaría el tema. Pero lo que sucedió fue que en los primeros 18 meses de trabajo de ese Consejo, fueron aprobadas 12 resoluciones de condena y todas fueron contra Israel. O sea que del 35% se pasó a un 100%. Y los temas principales como Darfur, Irán, China, ni aparecieron en ninguna resolución. Eso socava todo el sistema de leyes de derechos humanos a nivel internacional. El tema no es sólo Israel. Queda totalmente perjudicada la credibilidad de las Naciones Unidas.

UNA CONOCIDA INEQUIDAD

P: Se conoce el tema por cierto, lo sabemos, pero aún así, lo oigo a usted explicarlo y vuelvo a sorprenderme..
R: No es para menos. Le voy a dar un ejemplo concreto en el que yo mismo estuve involucrado. Recibí hace dos años un llamado de la Comisionada de DDHH. Me dijo que “a raíz del incidente en el cual un proyectil de artillería israelí mató a 18 palestinos en Bet Hanun en Gaza, estamos formando una comisión de investigación para que vea los hechos y quisiera que usted sea uno de los dos miembros”, a lo cual agregó que el otro sería el conocido obispo Desmond Tutu. Pregunté si la comisión iría también a Sderot y me respondió que no, sólo a Bet Hanun. Insistí y pregunté por qué no a Sderot, que fue durante años el constante blanco de ataques lanzados desde Bet Hanun y otros sitios en Gaza, por los cuales Israel ha tenido que responder, ocurriendo que trágicamente, uno de sus proyectiles se desvió de su camino y 18 palestinos murieron. Ella dijo que no, que se va sólo a Bet Hanun y que “si usted es parte de la comisión puede ayudar a que las cosas sean justas, ecuánimes”. Respondí que no, que no me parece que logre hacerlo porque leí la resolución que establecía esa comisión investigadora y allí mismo ya determinaban que Israel había matado deliberadamente mujeres y niños palestinos.

P: Antes de llegar siquiera al terreno..
R: ¡Exactamente! Le dije a Louise Harbour que estaban decidiendo el resultado de antemano, asegurando antes de averiguar y que yo no iría de adorno. El serio problema es cómo se enfoca el tema de Israel pero también lo que ésto significa respecto a la naturaleza, hoy, de las Naciones Unidas.

“LOS GENOCIDIOS COMIENZAN CON PALABRAS”-ADVIERTE EL PROFESOR IRWIN COTLER, JURISTA Y PARLAMENTARIO CANADIENSE.

“POR ESO, HAY QUE DETENER A IRAN, QUE YA VIOLO LA CONVENCIÓN INTERNACIONAL CONTRA EL GENOCIDIO, AL EXHORTAR A DESTRUIR A ISRAEL”.

P: Profesor Cotler, hace un tiempo se celebró el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la Convención conocida como “del nunca más”. ¿Qué significa, a su criterio, esta fecha, analizando la situación actual?
R: Si analizamos ahora esos aniversarios, creo que hay dos grandes lecciones de estos 60 años. La primera es que el holocausto y los genocidios que le sucedieron, en los Balcanes, en Rwanda, en Darfur en Sudán, no ocurrieron por una maquinaria de la muerte sino por la incitación al odio y al genocidio. Tal cual reconoció la Suprema Corte de Canadá y reconocieron los propios tribunales internacionales para la ex-Yugoslavia y para Rwanda, el Holocausto no comenzó con las cámaras de gas sino con las palabras. La segunda gran lección de la historia es que los genocidios ocurrieron debido a la indiferencia y falta de acción ante ellos. No podemos hacer nada respecto a las tragedias del holocausto, de los Balcanes, de Rwanda, porque ya pasaron. Algo que hizo más horrorifico todavía lo ocurrido en Rwanda fue que el genocidio era evitable. Nadie puede decir “no sabíamos”. Sabíamos, pero no hicimos nada. Lo mismo en Darfur. 

P: Y ese pensamiento lo lleva a usted al Irán de Ahmadinejad, contra quien ha presentado una petición internacional.
R: Así es. Sólo respecto a él estamos en una situación en la que no sólo tenemos la oportunidad sino también la responsabilidad de impedir un genocidio anunciado. En el Irán de Ahmadinejad somos testigos de la defensa del peor de los crímenes, o sea genocidio, en medio del más virulento de los odios, antisemitismo, desfilando por las calles de Teherán, no una vez, sino en varias oportunidades. Presentaron el misil Shihab envuelto en la leyenda “Borrar a Israel del mapa”, acompañados de palabras que no todos conocen, como “de acuerdo a lo dicho por el Imam”, o sea que se presenta como precepto religioso. Todo esto, va en el marco de una política destinada a adquirir poderío nuclear para concretar ese designio. 

P: Por eso usted presentó una petición internacional..
R: Justamente. En la primera parte de la petición, hay documentos muy detallados que presentan las acciones del Estado, la incitación a genocidio. Es que contrariamente a lo que suele decirse, no se trata sólo de Ahmadinejad. Ni sólo el ex presidente Rafsanjani ni únicamente el líder supremo Khamenai. En esa documentación dejamos en claro que aquí la incitación al genocidio viene del régimen todo. Y lo que convierte todo esto en algo tan peligroso, es que la amenaza genocida se combina con lo nuclear.

P: Porque eso le daría los instrumentos...
R: Exactamente. La ironía es que el mundo se concentra sólo en el tema nuclear y deja de lado el del genocidio. Si hablan sólo de lo nuclear, los iraníes dicen que están buscando únicamente energía para objetivos civiles , que todos los pueblos tienen derecho a tenerlo....La nueva ironía es que cuando el liderazgo iraní habla de la búsqueda de armas nucleares, lo hacen únicamente al mencionar el tema genocida, llamando a borrar a Israel del mapa. Y han dicho cosas como “con una bomba alcanzará”. O sea que tenemos la convergencia tóxica del tema genocida con lo nuclear, una combinación letal. Pero uno lo ve sólo si se fija en lo genocida y no aparece si se concentra sólo en lo nuclear. Por eso queremos exponer el tema genocida de Irán ya que de lo contrario no se comprender el peligro de lo nuclear. 

P: Pero además, su petición no se limita a advertir respecto a Irán y a condenarle, sino que llama también a acciones concretas..
R: Así es. La segunda parte de la petición llama a los estados que suscribieron la Convención de Genocidio, como Uruguay, como otros países latinoamericanos, países europeos. Estados Unidos, mi país-Canadá-, a comprender que tienen la responsabilidad , la obligación de exigir que el Irán de Ahmadinejad tenga que dar explicaciones y cambiar de actitud. No es una opción de política sino una obligación legal internacional. Es la máxima obligación legal existente, que supera todas las demás. Por eso decimos a los firmantes de la Convención de Genocidio que tienen una obligación que cumplir y que lo mínimo que deben hacer es referir a Ahmadinejad y sus asociados al Consejo de Seguridad. Pero es increíble que hasta ahora, ni siquiera un miembro de la comunidad internacional ha ejercitado ninguno de los remedios que aparecen en la Convención del Genocidio aunque están obligados a hacerlo.

P: La convención contra el genocidio fue aprobada por la propia ONU, pero eso hoy parece increíble..
R: Sin duda. Es que es más impresionante todavía que absolutamente ninguna de las agencias de las Naciones Unidas, que tan obsesivamente marcan a Israel acusándole de ser discriminatorio, ha tratado siquiera el tema de las intenciones genocidas del Irán de Ahmadinejad, que incita al odio.

Lo que decimos pues es que acá están las evidencias, que acá está la responsabilidad, y la comunidad internacional debe actuar ya que de lo contrario se está nutriendo una cultura de impunidad y alentando a Ahmadinejad a continuar tanto con la incitación genocida como con el desarrollo de armas nucleares y por ende con la combinación letal entre ambos elementos. Es pues la responsabilidad del mundo, de los firmantes de la convención contra el genocidio, de decirle: “¡ Basta!. Frene el desarrollo de poderío nuclear”. No basta con adoptar sanciones por el enriquecimiento de uranio ya que Irán dirá que no lo hace para tener armas sino energía y los países europeos, que quieren negociar con Irán-como Alemania- alegarán que no están seguros que sea para armas nucleares...Yo creo que un país como Alemania puede que no entienda el peligro nuclear, pero sí lo entenderá si lo conectamos, tal cual debe ser, con el tema genocida. Eso es lo que hay que hacer. 

P: ¿Cómo funciona todo esto? O sea, ante todo, ¿quiénes presentaron la petición elaborada por su iniciativa?
R: Somos un grupo que va en crecimiento, que incluye a los principales juristas internacionales y expertos en genocidio, derechos humanos, sobrevivientes de genocidio. La petición es presentada por las partes en la convención, cada una por su lado. Y yo les digo a todos, a Uruguay, Argentina, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Canadá, a todos: Tienen que concretar vuestra obligación de frenar lo que está pasando. Si no lo hacen, Irán-que ya ha cometido el crimen de incitación a genocidio y que ya ha comenzado a marchar por la senda que le conduce a ello- puede que se convierta en una potencia nuclear motivada por un objetivo genocida y una ideología antisemita. Eso es letal, no sólo una amenaza a Israel y el pueblo judío sino a la paz internacional y a la seguridad.

Cuando algunos responden diciendo que Israel viola normas del Derecho internacional yo digo que no considero que los judíos, por el holocausto o su sufrimiento durante la historia, tengan derecho a privilegios. Pero el problema no es que nadie esté exigiendo que Israel esté sobre la ley o que no tenga que ajustarse a la ley . En absoluto. El problema es que se ha negado sistemáticamente a Israel igualdad en los organismos internacionales, mientras que grandes violadores de los derecho humanos, como Irán, han gozado de inmunidad.

El tema por el que nos quejamos no es que se apliquen los standars internacionales a Israel. Tampoco Israel dice eso. El problema es que no se los aplica a nadie más, como Irán. Claro que Israel debe respetar los derechos humanos, pero no se pide a los otros, que la atacan , que los respete.

Si queremos que haya igualdad ante la ley, paz y seguridad, debemos tomar las medidas que mencioné ante Ahmadinejad. Y creo que éste es el gran desafío internacional con el que debemos lidiar, 60 años después de adoptarse la convención del “nunca más”, contra el genocidio.

LAS LUCHAS POR LOS DERECHOS HUMANOS

P: Profesor Cotler, usted ha estado en contacto e inclusive representado, como abogado, a diferentes figuras identificadas con la lucha por los derechos humanos, como Nelson Mandela. ¿Qué lecciones le dejaron esos contactos? 
R: Todos tenían cosas en común. Ante todo, luchaban por una causa mayor que ellos mismos. Mandela luchaba contra el apartheid en Sudáfrica. Natan Sharansky luchaba por la judeidad soviética. Jacobo Timerman, por los desaparecidos en Argentina. Otro elemento en común eran que todos eran seres humanos sumamente valientes, que no se preocupaban ante todo por su destino personal. La causa , mayor que ellos, siempre venía primero que su situación personal. Creo que ni pensaban en su propia seguridad. Además, todos tenían una especie de optimismo especial que los motivaba, y todos habían sido acusados con cargos ficticios y evidencias inventadas. Pero todos creían-y cada uno me lo dijo en otras circunstancias, en otro momento-que los que luchan por los derechos humanos saldrán victoriosos por sobre los que los reprimen. No sólo creían en lo justo de su causa sino que ésta ganaría, que finalmente, la verdad y la justicia prevalecerían . Todos creían en ello.

P: Seguramente por eso se convirtieron en símbolos...y en muchos casos realmente ganaron.
R: Así es. Y por lo tanto, no me sorprende que cada vez que yo me encontraba con alguno de estos líderes, sea en Rusia, en África, donde fuera, yo volvía con más energías, como inspirado por ellos, con más fuerza para trabajar por los derechos humanos. Todos ellos eran modelos ejemplares para mi y por eso esas experiencias viven conmigo y en mi interior, porque eso enseña cómo hay que vivir la vida, comprometido con una causa digna, convencido de que ésta triunfará.

P: ¿Cómo fue su relación con Jacobo Timerman, el periodista judío argentino?
R: Lo vi por primera vez en Israel. No lo habia visto en Argentina porque no me dejaban entrar. Mi hijo siempre bromea recordándome que había muchos lugares en el mundo a los que no me dejaban entrar. No podía ir a ningún lado en el mundo comunista, a varios sitios en América Latina . Fue a tal punto que cuando me nombraron Ministro de Justicia de Canadá, salió una información muy destacada en la primera página del periódico de mayor difusión en el país, el Toronto Star, bajo el titulo: “La vida y los crímenes de Irwin Cotler”. Los “crímenes” eran que me habían arrestado en la Unión Soviética, en Sudáfrica, que me habían arrestado en relación a la guerra en Vietnam y que no me permitían entrar a Argentina...

P: Una digna lista de crímenes pues..
R: (risa) Asi es. Pues volviendo a Jacobo Timerman, lo conocí personalmente en Tel Aviv, cuando él trabajaba en el diario Maariv. Recuerdo su libro..”Prisionero sin nombre, celda sin número” y el fenómeno era el mismo, en Argentina o la Unión Soviética: llevarse la identidad del preso, convertirlo en una no persona, hacer que el mundo se olvide de él. A Sharansky lo pusieron en la prisión de Chestopol. A Timerman en una celda sin número. A Mandela en la Isla Robin. Pero lo grandioso es que todos lograron sobrevivir esa experiencia terrible, dejando un legado heroico en lo relativo a la lucha por los derechos humanos. 

LOS JUDÍOS SOVIÉTICOS 

P: ¿Qué experiencias en su vida atesora usted en especial? Se lo pregunto porque ha llegado al máximo cargo en la jerarquía jurídica en su país, ha defendido causas de derechos humanos que requieren pasión para ser defendidas, ha sido encarcelado por ello....y la combinación de todo esto es muy interesante.
R: Creo que el verdadero legado serán mis hijos y por lo tanto , creo que lo más importante es saber transmitirles a ellos algunas de las cosas que yo he aprendido al estar involucrado en estas luchas. El año pasado tuvimos en Israel una noche conmemorativa de los 40 años de la lucha por los judíos soviéticos. Mi hija estaba presente. Yo hablé del impacto que esa lucha tuvo, no sólo sobre los judíos . Creo hasta ahora que esa lucha influyó también en el proceso que llevó a la disolución de la URSS. 

Y luego hice un comentario personal y dije: “Creo que mi hija Guila, que está aquí en la audiencia, llegó a radicarse en Israel por la lucha por los judíos soviéticos, porque participó en manifestaciones, comprendió el significado de esa lucha y vio que había gente que estaba dispuesta a arriesgar su propia vida por esa causa”. Y ella me lo confirmó. O sea que hay experiencias que pasan de generación en generación.

P: Es que son experiencias de vida fuertes, no vivencias pasajeras, sino temas de fondo, que tocan los principios humanos más básicos...
R: Claro que si, exactamente. Yo recuerdo que Natan Sharansky parecía que se apagaría en una prisión soviética, su esposa Avital era su portavoz , y ahora -dado que lo principal es que nuestras dos familias son ahora muy amigos- estamos invitados al casamiento de su hija. La justicia lleva las de ganar. También la eternidad de Israel. Y Nelson Mandela, lo mismo . Estuvo 28 años en una prisión sudafricana. Y luego ,no sólo salió sino que presidió el desmantelamiento del estado de apartheid y la creación de un estado democrático. 

P: Pero para usted, todo eso no quedó solamente en el pasado ...
R: Claro que no. En el Parlamento canadiense, se nombró a Mandela como ciudadano de honor de Canadá. Hay en la universidad McGill en la que yo enseño Derecho, conferencias sobre estos temas, a partir de la experiencia de Sharansky, de Mandela, de Timerman. Es que el desafío es que esto enseñe a las nuevas generaciones, que se traduzca en algo concreto y educativo que lleve a acciones. Esto es lo que estas figuras inspiradoras hacen ...y han hecho por mi.

SU JUDAÍSMO Y LOS DERECHOS HUMANOS

P: ¿Considera que su condición judía ha tenido mucho que ver en el hecho que se ha dedicado a la lucha por los derechos humanos y la libertad?
R: Sin duda. Esto tiene mucho que ver con mi trabajo y con mi identidad. Y aquí, debo mencionar a mis padres. Mi padre me lo dijo muy temprano, en hebreo: “Tzedek, tzedek tirdóf”, o sea “justicia, justicia perseguirás”. Me dijo que eso es igual que todos los demás mandamientos combinados. Me decía por ejemplo que una escuela en la que no tienen una alcancía para poner monedas de caridad, es un lugar en el que no hay que estudiar, porque le falta alma. Me explicaba que hay tres conceptos dentro de la palabra justicia, sin los cuales no se la puede entender: la justicia misma, la caridad y la aspiración a actuar bien. Y cuando yo presté juramente como Ministro de Justicia de Canadá y me entrevistaron, dije, antes de comenzar con las preguntas, que lo que me guiará en mi trabajo será la convicción clara de lo que había que hacer, que había aprendido en mi hogar. Y lo dije en hebreo “Tzedek, tzedek tirdóf”.

P: Hermoso legado de su padre..
R: Sin duda. Y de mi madre jamás oí una palabra fea contra nadie, nunca hablaba mal de la gente. De ella aprendí que uno puede herir mucho a una persona ,con palabras, con lo que le dice a la gente o sobre ella, a otros, que no se debe andar con chismes por todos lados. Mi madre me decía que con una palabra amable, uno puede hacerle el día a una persona y con una desagradable, puede arruinárselo. Por eso, de ella aprendí que si uno no tiene algo bueno para decir, mejor que no lo diga. Y mis hijos lo aprendieron. Hasta hoy dicen: “Nuestra Babi nos enseñó que siempre hay que hablar bien de los amigos, de la gente con la que uno está”. De mi madre, pasó a mis hijos.

P: A mi me parece que en el camino, hizo una buena parada, en usted.
R: Espero que si.

P Y volvemos a la importancia de la palabra, de la que hablamos en relación a Irán...
R: Por supuesto. Es que con las palabras empieza todo. Así empieza el genocidio: con palabras que llaman a cometerlo.

Ana Jerozolimski

Semanario Hebreo - 16 abril 2009

Ir a índice de Periodismo

Ir a índice de Jerozolimski, Ana

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio