Los aciertos del Premier Palestino
Ana Jerozolimski

“Hasta el 2011, habrá un estado palestino de facto, independientemente de lo que suceda en las negociaciones con Israel”-declaró esta semana el Primer Ministro palestino Dr. Salam Fayyad. “Hemos decididos ser activos, acelerar el fin de la ocupación trabajando duro para concretar hechos positivos en el terreno, consistentes con el deseo de que nuestro Estado pueda emerger como un hecho imposible de ignorar”.

 

Pues bien, vayamos por partes.

 

El Dr. Fayyad, un tecnócrata exitoso al frente del gobierno palestino, una figura respetada en el Banco Mundial, que podría vivir tranquilamente en Estados UInidos pero optó por llegar a Ramallah para aportar a su pueblo, intenta sin duda infundir esperanzas en la gente. Tener la visión de un Estado que será creado pase lo que pase, desde el punto de vista palestino, es bueno. 

 

Claro que discrepamos con eso de “independientemente de lo que suceda en las negociaciones con Israel”, ya que fórmulas impuestas y no de común acuerdo, son , en el mejor de los casos, complicadas. Evidentemente, para que tengan éxito las negociaciones, se necesita comportamiento adecuado tanto del lado israelí como del lado palestino. Por ejemplo: que Israel cumpla sus compromisos y que los palestinos cumplan los suyos. Que el Premier israelí Benjamin Netanyahu no quede atado a extremistas renuentes a dar un paso hacia el estado palestino y que los palestinos no arruinen otra vez las negociaciones permitiendo que en el terreno continúe el terrorismo. (En los tiempos de Yasser Arafat era peor aún, porque él no sólo lo permitía, sino que lo alentaba).

 

El problema de fondo en relación a esa aclaración de que habrá un estado hasta el 2011 pase lo que pase en las negociaciones con Israel, es que hasta ahora, han sido los palestinos los que rehusaron volver a las conversaciones con Israel. Las condiciones puestas por el Premier israelí Netanyahu para un futuro estado palestino, no eran limitaciones para sentarse a hablar, mientras que los palestinos sí las han puesto.

Esta semana se hablaba de la posibilidad de un encuentro entre Netanyahu y el Presidente palestino Mahmud Abbas en la ONU el mes que viene, pero por ahora no está confirmado. No entendemos para qué necesitan verse en Nueva York si viven a 20 minutos de coche...pero eso es aparte.

 

A pesar de las reservas que hemos mencionado respecto a las declaraciones del Primer Ministro palestino, consideramos que sus palabras incluyen un punto importantísimo, que debe ser destacado, para bien. Es ese llamado a crear hechos positivos en el terreno, que en otra parte de sus palabras (fue una entrevista al periódico londinense “The Times” ) detalla , al hablar  de la construcción de instituciones democráticas y estables, de una economía ordenada , de estabilidad y prosperidad.

 

Probablemente en algún lugar, consciente o inconscientemente, lo haya tomado del ejemplo israelí.

 

Es que cuando se confirmó la creación del Estado de Israel,el 14 de mayo de 1948, ese fue el corolario de un impresionante esfuerzo de desarrollo del pueblo en su tierra. Cuando se creó Israel , mucho ya se había logrado. Funcionaban universidades, centros de investigación científica y de desarrollo agrícola, había una Orquesta Filarmónica , compañías de teatro y danza, una prensa pujante y una vida cultural enérgica.

 

El pueblo judío se había  abocado, en la tierra de sus antepasados, al desarrollo, a la creación. También , claro está, desarrolló sus Fuerzas de Defensa, por la realidad que le impusieron sus vecinos.

 

Cuando comenzó el proceso de paz en setiembre de 1993, en los tiempos de Itzjak Rabin y Yasser Arafat, la lógica con la que el Premier israelí y su entonces Canciller Shimon Peres refutaban las criticas de los escépticos opuestos a las negociaciones, era que al ir avanzando y controlando sus propias ciudades, al ir pasando etapas en el nuevo camino, los palestinos no querrían continuar con el terrorismo porque habrían comprendido todo lo que tienen para perder.

 

Lamentablemente, esa lógica no funcionó. No sólo para los extremistas de Hamas y otros radicales interesados en la continuación de la violencia, en el “todo o nada”, sino tampoco para el propio presidente palestino Yasser Arafat. Perdió tiempo, dinero y muchas vidas, alentando el doble discurso, el doble mensaje a su propio pueblo, dejando siempre abierta la opción del terrorismo. Quedó en la etapa de la  revolución.

 

No preparó a su pueblo para la soberanía, porque sus esfuerzos iban en otra dirección, no apuntaban al desarrollo de las instituciones necesarias para vivir en un estado independiente y digno.

 

Salam Fayyad está hace tiempo intentando introducir un nuevo sistema de gobierno, desarrollando una economía estable y segura, con transparencia y en forma ordenada. Hay mucho todavía por hacer. No todas las fuerzas en la arena palestina lo ayudan.

 

Ojalá que su énfasis sobre la necesidad de hechos consumados en el terreno puedan concretarse de forma positiva. Concentrándose en el esfuerzo de la sociedad palestina en pro de si misma , garantizando su propio desarrollo y su avance, y alienando totalmente los mensajes favorables al terrorismo (algo que aún está lejos de ocurrir), los palestinos estarán haciendo un servicio a su propio pueblo. Además, sólo eso asegurará que cuando se cree el estado palestino, sea en el 2011 o en otro momento, sea viable, duradero, y goce de paz.

Ana Jerozolimski
27 de agosto de 2009

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