La pobreza es derrotable”-

afirma el Dr. Bernardo Kliksberg, al analizar la situación en América Latina.  

"Pese a la crisis económica atróz que pasó, Uruguay tiene cifras por encima del promedio latinoamericano".

Ana Jerozolimski - Jerusalem

El Dr. Bernardo Kliksberg es asesor del BID y la ONU sobre Política social y consultor especial de varios gobiernos latinoamericanos en la lucha contra la pobreza. En esta entrevista con “Semanario Hebreo” analiza  los duros desafíos con los que hay que lidiar  nivel continental. Hoy publicamos la segunda y última parte del reportaje.  

P: El desafío, en la lucha contra la pobreza en América Latina, es muy serio. Y realmente el desafío a nivel continental es muy serio, más allá de las comunidades latinoamericanas. Los índices que muestran el rostro humano de la pobreza, son terribles en algunos países, especialmente en Bolivia y Guatemala. Afortunadamente, en eso, Uruguay está en las mejores posiciones de todo el continente. La base del problema, según su análisis, es que América Latina es el continente más desigual del planeta ¿no es así?

 

R: Todos los días hay una noticia que no se publica en los periódicos, no por mala intención, sino que simplemente se ha convertido en algo muy común, muy trivial. Es la noticia de cuántos niños murieron el día anterior por pobreza en América Latina. La cifra es muy significativa: 190.000 niños al año según la Organización Panamericana de la Salud mueren en América Latina por causas absolutamente evitables, debidas en su inmensa mayoría a la pobreza.  

P: La pobreza mata...

 

R: Claro que mata. Y son muertos absolutamente evitables.Es un continente de riquezas excepcionales, de materias primas estratégicas en gran cantidad, con posibilidades de energía barata, con posibilidades de producción agropecuaria enorme, con una inserción geográfica excelente, con posibilidades turísticas enormes. No hay ninguna justificación. Carlos Fuentes escribió hace poco: “Algo se ha agotado en América Latina: los pretextos para justificar la pobreza”. ¿Por qué esta pobreza? Una de las razones centrales es que es el continente más polarizado socialmente, el más desigual.

 Esto no fue así siempre. La América Latina de los años 60, antes de las dictaduras militares, tenía   mucho más acceso a oportunidades. Había desigualdad pero era menor. Las dictaduras militares y las políticas neo-liberales ortodoxas produjeron este efecto de polarización social feroz. Y hoy el 10% más rico tiene 50 veces lo que el 10% más pobre. En Noruega la relación es 3 a 1. En Corea 8 a 1, en Italia 14 a 1. En América Latina 50 a 1. La desigualdad es nefasta para el desarrollo de una sociedad. Ya la Biblia lo había planteado. Reduce el número de consumidores, reduce la posibilidad de pequeña y mediana empresa, provoca deserción escolar porque los niños tienen que salir a trabajar. Y crea una gran tensión social. Y explota en ascenso de la criminalidad en muchos lugares del continente o -gracias a Dios- por vía democrática. Hoy toda América Latina apoya el sistema democrático fervientemente con protestas sociales que han cambiado totalmente el liderazgo político de muchos países y que lo siguen cambiando permanentemente, en la dirección de modelos económicos -sociales que den más oportunidades al conjunto de la población.

 

P: ¿Hay una solución para ésto? ¿Tienen estos nuevos gobiernos de izquierda o centro-izquierda  instrumentos claros con los que trabajar para revertir esta situación?

 

R: No importan las etiquetas, si son de izquierda o centro izquierda, sino que la nueva generación de liderazgos políticos tiene un mandato de las grandes mayorías de la población. En Uruguay por primera vez en la historia el Frente Amplio ganó las elecciones. En Bolivia por primera vez los indígenas ganaron las elecciones. Esto es un   mandato de cambio económico y social   a favor de la igualdad de oportunidades, a favor del desarrollo productivo desde las bases de la sociedad, de la pequeña y mediana empresa, de crédito para todos.Ya no es una cuestión de teoría.Los gobiernos que llevan adelante este mandato, han mejorado la situación.

El gobierno de la democracia chilena heredó de Pinochet una sociedad que tuvo logros económicos, pero duplicó la pobreza. Del 20% de la población cuando empezó Pinochet, pasó a ser el 40%. El gobierno de Aylwin, el primero de la democracia, redujo la pobreza al 25%. Eso fue seguido por Frei, por Lagos con mucha eficiencia y con mucha calidad y está entregado a Chile un país donde la pobreza es el 18%. Michel Bachelet ha dicho que eso es mucho y que ella se propone construir una sociedad donde todos los habitantes, desde que nacen hasta mayores, sean protegidos por la red de protección social de la sociedad, como sucede hoy en Noruega, Finlandia, como se construyó la matriz del Estado de Israel.  En Argentina, Kirchner, tomó un país donde el porcentaje de pobres heredado de la época de Menem, de la absoluta insensibilidad de las políticas económicas y de corrupción acentuada, era del 56%, cifra inédita en todo el siglo pasado en Argentina. En dos  años lo redujo al 35%. Sigue siendo mucho, pero la mejora es notable, gracias a inversiones en educación, en salud, políticas públicas totalmente activas.

Esto muestra muy claramente que la pobreza es derrotable. Tiene que haber un mandato popular, una población movilizada y un liderazgo político consecuente con el mandato que se la ha entregado. Hoy hay ciertas garantías de que América Latina puede seguir avanzando en esta dirección. Yo estoy lleno de esperanza   porque el continente se ha democratizado. La gente no acepta otra cosa que un modelo que cree oportunidades de vivir en dignidad, para todos los habitantes.

 

P: América Latina está cansada...

 

R: Felipe González dijo recientemente que América Latina está harta. Efectivamente, lo están mostrando las elecciones, lo están mostrando las protestas sociales que sacaron a ocho presidentes antes del término de su mandato en los últimos diez años, por vía democrática. ¿De qué está harta América Latina? No es una  sensación sicológica. Está harta de que el año pasado hayan muerto 23.000 madres durante el embarazo, en el momento de dar a luz, que significa 28 veces la tasa de mortalidad materna de los países desarrollados.Está harta de que la tasa de mortalidad infantil de América Latina sea seis veces mayor que la del Canadá.  Está harta de que un cuarto de la población joven esté fuera del mercado de trabajo y fuera del sistema educativo porque no tiene ningún tipo de oportunidades en la sociedad. Está harta de que no se respeten los derechos humanos   más elementales porque  en definitiva, la pobreza es una violación feroz de los derechos humanos.

 

P: Y usted  asesora a diferentes gobiernos latinoamericanos. Al gobierno de Guatemala, por ejemplo, que lidia con los más duros índices de pobreza y lo que deriva de ella, en todo el continente. Les ha dicho que no basta con combatir la corrupción y que es imperioso luchar contra la desnutrición.

 

R: Guatemala, un país lleno de riqueza histórica, la cuna de la civilización maya, una cultura poderosísima, ha sido tierra de mucho sufrimiento, de una serie de dictaduras militares que hace no tanto tiempo, sólo diez, quince años, asesinaron a 250.000 indígeneas, y de mucho sufrimiento social. Es una sociedad polarizada. El resultado de todo ésto es que el 48% de los niños menores de 5 años del país, están desnutridos.Es una cifra fenomenal.

El Presidente Berger me ha convocado para asesorarlos en su gestión de gobierno.Me ha pedido en la semana inicial de su mandato que exponga ante el Consejo de ministros en pleno mis ideas sobre una economía con rostro humano. LA sensibilidad ha sido muy alta. Nos ha ayudado a crear un ministerio dedicado exclusivamente  a la lucha contra la desnutrición.  Ese ministerio, encabezado por un joven empresario que ha dejado sus empresas para dedicarse únicamente a ésto, con alma y vida, está logrando resultados muy significativos y todo el gobierno está comprometido con ello. Hoy la lucha contra la desnutrición es uno de los elementos centrales junto con los esfuerzos que se está haciendo en tratar de mejorar las condiciones básicas en todos los planos de la población indígena. Pero el sufrimiento ha sido mucho, la polarización es muy fuerte y sigue habiendo intereses muy importantes que se oponen a devolver la dignidad a la población.

 

P: Usted destaca los problemas pero suele destacar también que hay motivos para abrigar esperanzas ¿no es así?

 

R: Es verdad. Me refiero a esperanza tanto a nivel micro como a nivel macro.A nivel micro hay experiencias en  América Latina de  comunidades que se han organizado y han logrado salir airosas. Una de ellas, que menciono con frecuencia en mis trabajos, es Villa El Salvador en el Perú. Es un municipio de 400.000 pobres que cumple 34 años de existencia. Esos pobres, indígenas que  bajaron de los Andes, no tenían dónde estar y finalmente se los envió a un arenal lejos de Lima donde no crecía nada. Ellos construyeron con sus manos el municipio.Ante todo construyeron las escuelas, los caminos, las casas, la farmacia, los hospitales.Todo.Es un municipio auto-gestional. No tenían nada, pero tenían lo que yo llamo en mis libros “un capital social” gigantesco. Tenían la cultura de los Andes peruanox,una cultura  de solidaridad, de respeto mutuo, de trabajo en común, tenían valores éticos muy importantes.Y construyeron un municipio modelo. Villa El Salvador ganó el Premio Asturias del Rey de España, ganó el premio de la UNESCO a la mejor experiencia de educación popular del planeta, ganó el premio de las Naciones Unidas a Ciudad mensajera de la Paz.Hace diez años, el Papa Juan Pablo II , al visitar América Latina, hizo su misa más importante en Villa El Salvador, ante tres millones de personas y dijo que lo que sentía ahí era que allí había hambre de Dios. Es una comunidad notable. Hace poco tuve el honor para mi excepcional, de que Villa El Salvador me nombró ciudadano honorario y me dio la Medalla de la paz.Este lugar es una muestra de cómo los pobres de América Latina pueden producir una forma de vida que les devuelve la esperanza. Lo mismo ha sucedido con los campesinos indígenas que crearon en El Salvador las escuelas EDUCO, escuelas autogestionadas por los mismos campesinos, que es experiencia modelo para el Banco Mundial. Lo mismo con la ciudad de Porto Alegre que organizó el presupuesto municipal participativo, toda la población participó y se mejoró totalmente la cifra de pobreza de la ciudad, al reordenar el gasto en función de las prioridades de la población.

La comunidad organizada puede producir grandes resultados, pero sola, no va a cambiar la realidad.Para cambiar la realidad se necesita al mismo tiempo que haya cambios macro. Los cambios micro son importantísimos porque devuelven la esperanza, porque demuestran que otra sociedad es posible y muestran que en el continente hay todas las energías sociales para hacer eso.Pero tiene que haber también cambio de políticas y ahí es donde yo confío profundamente en el proceso de democratización. Yo sólo creo en la democracia.Estoy contra toda forma de violencia.

El proceso de democratización de América Latina, está exigiendo un cambio en las políticas. Y los cambios se están generando. Es la nueva generación de líderes políticos que están apareciendo.Pero el camino no será simple, será largo. Hay intereses opuestos a estos cambios porque se han beneficiado durante centenares de años  de discriminación, donde pocos acumularon todo. Pero por vía de la democracia se ha demostrado en los últimos años cada vez en forma más concreta, cómo es posible que los pueblos expresen su voluntad y realmente tengan líderes que los representente.

 

P: O sea que es demasiado simplista y superficial analizar los cambios en América Latina,comentando sobre el estilo de Hugo Chávez contra Bush y sobre si Evo Morales usa o no corbata...

 

R: Ese tipo de señalamientos nos pone en el plano de discutir la realidad desde una perspectiva muy superficial. Lo que hay en América Latina son grandes movimientos sociales, de base en la sociedad. No es la personalidad de un líder u otro lo que determinó que hubiera estras transformaciones políticas profundas, sino el reclamo de grandes sectores de la sociedad que exigieron un cambio profundo respecto a los liderazgos políticos tradicionales en América Latina.Si se pone el análisis en esta otra perspectiva, es posible entender mucho mejor lo que está sucediendo y es posible también actuar mucho más inteligentemente respecto a lo que está sucediendo.

 

El caso singular de Uruguay

 

P:¿Cómo ve a Uruguay en todo este mosaico ?

 

R: Yo amo el Uruguay por muchísimos motivos.Primero, me parece que tiene seres humanos de una calidez, una generosidad, una cultura e inteligencia enormes.Y después, porque fue la primera sociedad construida  bajo un modelo de un Estado que se hacía responsable de la dignidad, al comienzo del siglo anterior, con el apoyo de toda la sociedad civil. Ese Estado que se hizo cargo de la dignidad es el que hace que hasta el día de hoy, pese a haber sufrido una crisis económica  atroz que precipitó al 40% de la población bajo de la línea de pobreza, tenga las cifras que tiene, que son mucho mejores que los promedios de América Latina y tenga una inequidad mucho menor que la promedio en el continente.Uruguay ha tenido un modelo admirable que ha sido interrumpido brutalmente por la horrorosa dictadura que padeció como todos los países del sur, pero que ha retomado el camino democrática con toda fuerza.El desafío que tiene planteado hacia adelante es muy fuerte porque la población uruguaya está acostumbrada a vivir en una sociedad modesta pero en la que todo el mundo tiene posibilidad de vivir en dignidad. Los desarrollos económicos han quitado esa posibilidad para una buena parte de la población, o sea que el desafío  es restituir la plenitud y avanzarla todavía más.Yo lo veo con absoluta esperanza. Es un pueblo que tiene una base cultural tan rica y una base de valores tan importante, que va a forjar un destino como Uruguay se lo merece.

 

P: ¿Conoce personalmente al Presidente Tabaré Vázquez?

 

R: Conozco al Presidente poco, pero conozco bastante a algunos de sus principales colaboradores.He tenido el gusto de colaborar estrechamente con el actual Ministro del Medio Ambiente, antiguo Alcalde de Montevideo  (A.J: Mariano Arana)  y con otros de sus colaboradores.Creo que hay un excelente equipo de gobierno que la sociedad está apoyando fuertemente. La situación es muy compleja, es un país chico, vulneerable, en medio de dos grandes.Por otra parte, yo confío mucho en el Mercosur.Creo que esta integración difícil pese a las dificultades de todo orden, de avanzar , es un camino muy importante para América Latina. Yo estoy asesorando personalmente al presidente del Mercosur, Carlos Alvarez, y creo que la voluntad política es muy importante en los grandes, de que los pequeños se integren realmente en condiciones que puedan ser favorables para ellos.Y un Mercosur integrado va a permitir que América Latina en su conjunto pueda estar en muchas mejores condiciones de negociar en el mundo de la globalización.

 

La importancia del voluntarismo

 

P: El caso que antes mencionó, de Villa El Salvador, está relacionado entre otras cosas, al fenómeno del trabajo voluntario, algo que en Israel está sumamente desarrollado. ¿Es un área en la que Israel puede compartir su experiencia con Latinoamérica?

 

R: Sin duda. El trabajo voluntario, por esta perspectiva economicista que ha primado en América Latina, es mirado con un cierto desdén.Cuando todo se apuesta a la economía dura y no se tiene en cuenta el impacto de la misma sobre las personas, el trabajo voluntario es visto como si fuera un tema de amas de casa ociosas.Es un error garrafal.En los países desarrollados, el trabajo voluntario produce entre el 5 y el 10% del producto bruto.Es una  parte central del producto bruto.  En América Latina hay un potencial gigantesco de trabajo voluntario que avanza a pesar de que no hay políticas públicas que lo apoyen.

Israel es un ejemplo de lo que el trabajo voluntario puede lograr. Es probablemente el país número uno del mundo en producto bruto generado por trabajadores voluntarios, más del 10% del producto bruto nacional. Hay una inmensa red de trabajadores voluntarios que no tiene nada que ver con el Estado, que cubre puestos de enfermería, paraeducativos, que colabora con todas las redes sociales yque ha generado su propia red social. Israel tiene organizaciones tan originales como la que llama todos los días a los mayores de 70 años de edad que no tienen ningún familiar vivo, a la mañana por teléfono, para preguntarles cómo amanecieron, para que sientan que alguien se preocupa por ellos, hasta una organización como Yad Sarah, un gigantesco clearing donde  todos aquellos que tuvieron un problema de salud y utilizaron algún aparato para apoyarse, lo entregan después a  Yad Sara-una silla de ruedas, una muleta. Se ha convertido en una de las organizaciones más activas de Israel, con galpones y galpones enteros porque el pueblo respondió con solidaridad total, y hoy es una experiencia internacional que se está replicando en cantidad de países.

 

P: ¿También en América Latina?

 

R: Vamos a iniciar ahora un proyecto para replicar Yad Sarah en El Salvador, pedido por las autoridades salvadoreñas. Israel tiene una calidad y seriedad de trabajo voluntario excepcional, algo muy poco conocido.Se conoce a Israel por el conflicto permanente, por su desarrollo científico tecnológico, pero muy poco por  su trabajo voluntario. Israel puede ayudar mucho a América Latina en ésto porque tiene una experiencia notable.Y no es sólo mi opinión. Hemos desarrollado hace pocos días un proyecto que se materializó recientemente  acá en Israel, en conjunto con la Universidad de Ben Gurion, con el Ministerio de RREE, con el apoyo del BID, donde dirijo la Iniciativa  Interamericana de Capital Social, Etica y Desarrollo. Trajimos a Israel a quince líderes voluntarios de América Latina de países diferentes, del más alto nivel, para que conocieran a fondo las experiencias de Israel, entre otras la de la mencionada universidad, que tiene a la tercera parte de su estudiantado haciendo trabajo voluntario. Los líderes volvieron absolutamente impresionados. Constituyeron una red permanente y están reclamándonos que hagamos un seminario similar en América Latina, ampliado. Varios de los países que intervinieron están pidiendo transferencias de experiencias israelíes. Ya hemos hecho una tarea para que el programa PERAJ, en cuyo marco estudiantes avanzados de primero y segundo año de univesidad o último de secundaria, ayuden a niños pobres de zonas relegadas de Israel, tutoriándolos en sus estudios, un programa que ha tenido un éxito notable. Con el apoyo del Ministro de Educación de Argentina, se está aplicando masivamente en Buenos Aires.Las experiencias de trabajo voluntario ayudan a crear producto bruto, acrear uns sociedad mejor, aocuparse de los más débiles y para mi lo más importante es que el que hace trabajo voluntario, se transforma en lo que en idish llamamos un “mentsh”, una persona de bien. Es que el trabajo voluntario es como señala el texto bíblico, al ayudar a otro, se ayuda uno a si mismo. El que ayuda al otro recupera salud. Está comprobado.Y recupera plenamente el sentido fundamental de la vida, que está en el amor, en la solidaridad, en “tikun olam”, en hacer el proyecto de la Torá materializándolo todos los días en la vida cotidiana.

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

11 de mayo de 2006

Ir a índice de Periodismo

Ir a índice de Jerozolimski, Ana

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio