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¡Gracias Celeste! 
por Ana Jerozolimski

Celebrando uno de los goles, en la pizzería uruguaya “Celeste” en la ciudad de Hertzlia.

El Seleccionado Nacional no vuelve a casa con la copa, pero sí con la cabeza bien alta, como uno de los mejores del mundo.

Arrancaron lagrimas y emociones a los compatriotas, dondequiera que estén. También a los uruguayos israelíes, que hincharon por la Celeste con emoción.

EL JUSTIFICADO ORGULLO DEL EMBAJADOR

(Ana Jerozolimski)

 

Al analizar situaciones políticas y comparar la dinámica diaria de Israel y Uruguay, solemos decir que afortunadamente Uruguay suele no tener motivos para ocupar las primeras páginas de los diarios. No le faltan problemas, pero son de índole totalmente distinta de los que acosan desde hace tanto a Israel. 

Pero estos días, los uruguayos radicados en Israel teníamos el enorme placer de ver a Uruguay a menudo en las páginas de los diarios y en la pantalla de televisión. La sangre no es agua, dice una sabia frase en idish, y esto quedaba clarísimo cada vez que veíamos el sol y las nueve franjas adornando algún medio de comunicación en Israel.

Quien nos manifestó un gran orgullo al respecto fue el Embajador de Uruguay en Israel Bernardo Greiver. “Es precioso la cantidad de llamadas que recibo de israelíes saludando a Uruguay y deseándonos que ganemos, especialmente después de lo que salió en el informativo de la tele ayer a la noche y en Yehediot Ahronot de hoy”, nos comentó en referencia a sendos reportajes dedicados tanto a la hinchada uruguaya muy especialmente a la alegría que vive Uruguay desde hace semanas- como a Uruguay como país, en general.

Luego del partido en el que ganamos a Ghana, el embajador Greiver nos contó que en una reunión en Jerusalem, se había encontrado con el Embajador de Ghana Henry Hanson Hall , con quien es amigo desde hace años y con quien se reencontró recientemente en Israel, al ser enviados ambos como representantes de sus respectivos países ante el gobierno de Israel. “Con él en el pasado trabajamos juntos hombro con hombro para ayudar a los países en desarrollo, y especialmente a los africanos, en temas muy importantes como pérdida del voto en las Naciones Unidas”-explicó Greiver. “Y entre los dos formulábamos las recomendaciones a la Asamblea General sobre el tema, o sea que además de colegas somos muy amigos, así que cuando nos vimos nos dimos un abrazo delante de otra gente que también llegaba a la misma reunión”.

A la izquierda, el embajador Bernardo Greiver, junto a su huésped especial para ver el partido, el Vice Ministro de Relaciones Exteriores de Israel Danny Ayalon (que es ahora el Canciller en Ejercicio), al Embajador de Israel en Uruguay Dori Goren (de vacaciones ahora en Israel) y otros familiares y amigos. De fondo, uno de los hijos del Embajador Greiver, con sus compañeros israelíes de escuela, todos ellos luciendo la Celeste

Y con la sonrisa y la inteligencia y sencillez que le caracterizan, nuestro embajador agregó: “Todos esperaban otra cosa, porque hacía poco había sido el partido en el que les ganamos, así que los testigos miraron asombrados nuestro primer encuentro luego del partido”.

Greiver revela algo interesante:

“Lo primero que me dijo mi colega de Ghana fue que ahora que ellos están fuera, quiere que gane Uruguay porque así por lo menos van a poder decir que les ganó el campeón”. Lo único en lo que no pudieron ponerse de acuerdo los dos embajadores, el uruguayo y el de Ghana, fue en la definición de la impactante intervención de Suárez en el minuto 120, como “la mano de Dios”. “Entre risas, él aclaró que para Ghana, esa había sido más que nada la mano del diablo”.

Uruguay se destacó estos días, y en forma merecida. Itai Vered, cronista de deportes del informativo central del Canal 1 de la televisión israelí, conversó sobre todo esto con el Embajador Greiver. “Fuera de la nota me dijo que le encantaría poder ser como Uruguay, un país con sólo tres millones de personas y que pudo ganar Mundiales y estar en las semifinales, y buscaba una explicación sobre cómo Israel podría hacerlo algún día”.

Pero más allá de comentarios populares y de cronistas deportivos, uno de los elementos más originales sin duda en la dinámica que echó a andar la participación uruguaya en el Mundial-por el espíritu especial que irradió la Celeste- es una combinación de fútbol y diplomacia, algo realmente sin precedentes: el partido contra Holanda, el embajador Greiver y su familia, acompañados de su par israelí en Montevideo Dori Goren-que se encuentra de vacaciones en Israel- lo vieron nada más ni nada menos que con el Canciller de Israel en ejercicio, el vice Ministro de Exteriores Danny Ayalon, que en ausencia de su jefe del Canciller Avigdor Liberman (que viajó al exterior), es el titular en funciones.

El jefe de Protocolo de la Cancillería israelí Ytzjak Eldan ya había llamado al embajador Greiver a felicitarlo por la victoria ante Ghana , al igual que Dorit Shavit, Directora General para América Latina.

Pero el viaje desde Jerusalem hasta Hertzlia, a la residencia particular del embajador de Uruguay, de parte del vice Ministro Danny Ayalon, ya fue algo diferente. El único partido del Mundial que Ayalon miró acompañando a un embajador cuando su país jugaba, fue en la casa del nuestro, al jugar Uruguay.

De fondo, una escenografía original, ya que uno de los elementos más emocionantes durante el Mundial, para la familia Greiver en pleno, fue que varios niños israelíes, compañeros de su hijo menor en la escuela, miran todos los partidos con él, vistiendo la Celeste y gritando como unos desaforados con cada gol.

“Ya se saben todas las canciones y las cantan en español, impresionante”, cuenta el Embajador. Preguntamos a qué canciones se refiere y el diplomático uruguayo ríe al detallar: “Soy Celeste, soy Celeste, Celeste soy yo” y “El que no salta es holandés...” y otras más.

Para el representante oficial de Uruguay en Israel, el elemento principal, más allá de la alegría que despierta el rol de la Celeste en el Mundial, es que “esos niños y todos los israelíes con los que nos topamos, desde el tintorero, médicos a los que uno va, porteros, personal en cafeterías, en cualquier lado, crecen con una imagen positiva de Uruguay”.

Cuando le comentamos que lamentábamos que en las encuestas , había más israelíes que creían que Holanda ganaría y llegaría a la final, Greiver aclaró: “El 8%, algo más, que creía que Uruguay sería el campeón, no es poco. Eso equivale a 700 mil personas y es muchísimo”.

“Además del fútbol estas noticias transmiten una gran imagen del país y hacen propaganda positiva , por lo que en estos momentos se llevan adelante numerosas acciones para aumentar las exportaciones y el número de turistas, así como la presencia cultural...todo ésto es lo mejor que nos podía pasar”, agrega el embajador.

Y como los análisis políticos sociológicos no son todo, Bernardo Greiver termina con una anécdota.

“Ayer a la noche en una esquina en Tel Aviv, había una persona vendiendo banderas, entre ellas la de Uruguay, la primera vez que yo veo algo así...Me quedé observándolo durante quince minutos... El vendió en ese lapso diez banderas nuestras y a mi el pecho no se me dejaba de hinchar...En una caja, al costado, tenía por lo menos cien banderas uruguayas más . Y cada una que vendía, la entrega con el soporte para poner en el auto. Es muy emocionante ver algo así en 18 de julio, pero mucho más a doce mil kilómetros de Montevideo...”

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

MONTEVIDEO - URUGUAY
Nº 2436 - Año XLIX
8 al 14 de Julio de 2010
26 de Tamuz de 5770

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