Entre el bloqueo de Gaza y la independencia palestina
Ana Jerozolimski

Los palestinos de la Franja de Gaza, no tienen una vida fácil. Eso está claro. Por más inventadas que sean las imágenes de los niños estudiando a la luz de las velas (no sólo porque las escuelas no funcionan de noche, sino porque no es cierto que no había electricidad), su situación general, no es buena. Eso está claro.

Pero la pregunta clave, al finalizar casi una semana en la que numerosas imágenes recorrieron el mundo, dejando en mucha gente la convicción de que Israel es responsable de una “crisis humanitaria en la Franja de Gaza” (recomendamos leer la entrevista de la página 7), es oportuno preguntarnos si alguien realmente hace algo concreto y verdadero para ayudar a los palestinos. Y eso sería, ante todo, enseñarles a ayudarse a si mismos, en lugar de vivir esperando ayuda de afuera, donaciones (que durante años fueron utilizadas, por decirlo delicadamente, de forma indebida , en lugar de pasarse la vida culpando a los demás por su situación.

La intención de las organizaciones internacionales, que prestan ayuda humanitaria, cabe suponer que es buena. Las Naciones Unidas abastece los alimentos de 1.100.000 de los 1.400.000 habitantes de la Franja,. Repartiéndoles arroz, azúcar, harina, aceite y otros elementos como pañales para los bebés. UNICEF se hace cargo de todas las vacunas y pago los tratamientos médicos de los niños. 

Hace pocas semanas, se aprobó en una reunión internacional en París, nuevas donaciones por un monto total de 7 mil millones de dólares. Sumas millonarias llegaron desde la creación de la Autoridad Palestina ,pero no llegaron todos, en absoluto, a los lugares indicados. La corrupción y el terrorismo comieron gran parte. 

Con las sumas donadas en la última década y media, no habría razón para que el agua corra por las calles –aumentando así la sensación y hasta la auto percepción de los palestinos como pobres desgraciados a los que hay que asistir- ni para que la basura se acumule en algunas esquinas, tampoco en los campamentos de refugiados.

La palestina es de las sociedades más preparadas en el mundo árabe. El nivel de sus académicos es alto y tienen sin duda el material humano necesario para salir adelante, para florecer, desarrollarse y convertirse en una sociedad ejemplar.

Lo que los traba, ante todo, es esa auto percepción de la que hablamos, la costumbre de derivar todas las culpas a Israel y, por supuesto, el terrorismo.

En una nueva conversación que mantuvimos con Shlomo Dror, portavoz del Ministerio de Defensa de Israel , ya después de la entrevista que publicamos hoy en estas páginas, hizo unas referencias interesantes al respecto.

“El terrorismo arruina el presente y futuro de los palestinos. Fue por los atentados que Israel dejó de permitir el ingreso de trabajadores palestinos al país, lo cual constituyó una gran pérdida para ellos”- sostiene. 

Cuando entraban diariamente de Gaza a Israel más de 100.000 trabajadores (además de todos aquellos que pasaban y trabajaban en Israel aún sin licencia oficial), la ganancia de la población local palestina era en varios niveles. 

“Ganaban , promedio, seis veces más que en Gaza y podían mantener así inclusive a más familias que la suya propia, la nuclear” – dice Dror.” Recibían derechos sociales y seguro de salud pública y además, el impuesto que todo empleador en Israel pagaba por cada uno de sus obreros palestinos, no quedaba en las arcas de Israel sino que era transferido a la Autoridad Palestina”. 

“Hoy, debido a la situación creada por la segunda intifada palestina, todas aquellas empresas israelíes que compraban grandes cantidades de variada mercadería de Gaza, que tenían sus fábricas en la Franja, ya encontraron alternativas. Ya no volverán a Gaza. Se cansaron de Gaza”-resume. “Los palestinos salieron perdiendo. Pero no es tarde para que cambien de enfoque y comprendan que con un acuerdo, sin violencia, serán los primeros beneficiados”.

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

Ir a índice de Periodismo

Ir a índice de Jerozolimski, Ana

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio