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José Mujica asumió como nuevo Presidente de la Republica
Su visión de futuro incluye mensajes claros para todos, también a oídos de la izquierda.

“Comprometidos con un país que vaya a más”.

“Es inútil querer igualar de arriba hacia abajo”.

“Necesitamos la colaboración de ricos, pobres y los del medio”.

“Tenemos que dar garantías a las inversiones”.

“El progreso sale del trabajo, del compromiso, de la ciencia, de la seriedad, del levantarse todos los días y volver a empezar”.

“DERROTADOS SON SOLO LOS QUE DEJAN DE LUCHAR”- AFIRMO.

DE FONDO, EL GRITO MAS OPORTUNO POSIBLE: “¡URUGUAY, URUGUAY!”.

Con el Senador Eleuterio Fernández Huidobro
“La asunción de Mujica no es la victoria de lo de antes. Es el milagro de la democracia”.
Ana Jerozolimski

Eleuterio Fernández Huidobro (casi 68), Senador de la República, parlamentario desde 1999, escritor y columnista en medios de comunicación nacionales, es una de las figuras más cercanas al nuevo Presidente de Uruguay. Como uno de los fundadores y líderes de los Tupamaros, conoció a José Mujica cuando ambos eran jóvenes. Ya presos, los dos se contaron entre los once “rehenes” de la dictadura, que vivieron condiciones de encarcelamiento mucho peores que el resto. La liberación de la cárcel no les condujo por caminos separados, sino que ambos llegaron a la política , creando el MPP dentro del Frente Amplio.

El lunes último, al asumir Mujica como nuevo Presidente de la República, Fernández Huidobro sentía la fuerza de la historia, seguro de que estaba presenciando una revolución. Sobre el significado de este desenlace en la política nacional, sobre los recuerdos y el futuro del país, hablamos extensamente con el Senador. Le agradecemos el tiempo que nos ha concedido.

Al finalizar nuestra conversación telefónica de larga distancia, al día siguiente de la asunción, le comentamos “vamos a tener que resumir”.Estaba claro que una hora y media de entrevista, no podrían entrar en el número de hoy. El lo daba por sentado. Finalmente, decidimos publicar la entrevista en dos partes, para no tener que resumir tanto....
Esta es la primera entrega.

P: ¿Cómo vivió usted la jornada del 1º de marzo?
R: Con mucha emoción, a pesar de ser para todos nosotros un día totalmente previsto...Siempre pasa que cuando el acontecimiento se produce en forma concreta, aquella preparación sicológica se derrumba ante las emociones. Para nosotros fue un día muy emocionante...El discurso de Mujica me parece que fue muy bueno. 

P: Hay muchos simbolismos de por medio en todo esto ¿verdad?
R: Si, fundamentalmente de la madurez del pueblo.

P: Del pueblo...¿y también de Mujica? Es que está claro que el pueblo eligió-Mujica lo explicó muy bien en su discurso, por ejemplo al referirse al título de “mandatario” como reflejo de que es mandado al cargo por el pueblo-pero también hay que recordar que cuando ese mismo Mujica se levantó en armas en los años 60, eso fue un voto de desconfianza en la democracia uruguaya. Pero ahora, llegó al poder a través de las urnas. Por eso le preguntaba si la madurez también es de Mujica...
R: Si, eso es así, efectivamente. Creo que estamos ante un cambio sustantivo. Un amigo me mandó ayer un mensaje de voz diciendo “hoy es el día más utópico de la revolución intelectual y política”. Y creo que en esa frase condensó muchas cosas. Ayer se vio la utopía hecha realidad. Contra los escépticos, los materialistas, contra los que siempre dicen que no se puede, ayer hubo un mensaje de esperanza para los que sufren, porque se demostró de modo irrefutable que las utopías, cuando se corporizan, pueden llegar a superarse. Lo que pasó fue un mensaje de aliento por los que en todos los órdenes de la vida, pueden estar por rendirse, ante un infortunio o ante lo que sea.

P: Y por el hecho que Mujica se convirtió en Presidente precisamente a través de las urnas ¿pensó usted en algún momento que en aquel entonces, al levantarse en armas, ustedes se equivocaron al haber tomado aquel camino?
R: No, me parece a mi que son dos cosas incomparables, porque era un mundo totalmente distinto, un país totalmente distinto y una región totalmente distinta. Fíjese que paradojalmente este mes se conmemoran 25 años desde que fuimos liberados. Un cuarto de siglo. Cuando nosotros salimos de la cárcel tras 15 años de cautiverio, quedamos sorprendidos por los relojes a cuarzo, las calculadoras que no tenían manija ni hacían ruido, la televisión a colores...por lo que había pasado en el mundo en esos años. Como soy un aficionado de la historia, me doy cuenta que en otros siglos no se cambiaba a tanta velocidad. Entonces, todo es muy distinto. Las personas también lo somos, a menos que tengamos un problema en el cerebro. Es que como los cambios son grandes, impactan sobre el alma y sobre el corazón, seguramente.
 

P: ¿Y piensa sobre simbolismos relacionados a la guerrilla de entonces y el poder de hoy?
R: Aclaro: tampoco creemos que lo de ayer, la asunción de Mujica como Presidente de la República, fue el triunfo de lo de antes. No, de ninguna manera. La utopía esencial de ayer es la democracia, el milagro que puede producir. Y el milagro de un pueblo unido , no digo totalmente reconciliado porque todavía falta, pero que convive en paz, sin abandonar la lucha de ideas, de intereses y todas las demás, sin que nadie arriesgue sus banderas, pero conviviendo pacíficamente, como debe ser.

P: Por eso, era más que emocionante, junto a los gritos por Mujca y por Tabaré, oír a la gente gritando “¡ Uruguay, Uruguay!”..
R: Y ese era, además, el grito más común..Además, estaban los ex Presidentes y estaba toda la oposición que nos vino a felicitar a todos nosotros....Creo que hay sueños que pueden hacerse realidad. Y éste es un sueño que camina por la calle hecho realidad. Tal vez Mujica es una síntesis encarnada de ese sueño, pero que fue obra de multitudes. Porque aquí lo que hay que destacar es la madurez del pueblo uruguayo, de ese pueblo que votó aquel plebiscito del 80 y le dijo “no” a la dictadura bajo amenaza que si no le votaba lo que quería, seguía la dictadura. Es una maravilla.
Y luego, todo este proceso, que dio mucho trabajo. Costó mucho a todos nosotros llegar adonde llegamos- Y cuando digo “nosotros” digo “todos”.Y creo que tiene razón mi amigo con su mensaje, al hablar de revolución “intelectual y política” de los uruguayos. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que inteligimos los uruguayos? Que la mitad del país, sea cual sea esa mitad, no está compuesta por monstruos, sino por gente.

Fernández Huidobro: "No me arrepiento, pero eso no significa que hoy lo volvería a hacer".


P: Que puede pensar diferente, pero no deja de ser gente...
R: Claro....Es una revolución intelectual, porque este país estuvo muy lastimado, sin cicatrizar totalmente, muy acérrimamente dividido..y creo que unos y otros inteligimos-salvo algunos recalcitrantes-una cosa aparentemente novedosa, tan simple, como que podemos convivir y como que podemos plantearnos algunas empresas en busca de algunos objetivos vitales para este pequeño país, todos juntos. Ese fue el mensaje central de Mujica en su discurso en la Asamblea General.

P: Sin duda, la unidad, una unidad que no tiene por qué desdibujar diferencias, pero que sí recuerda lo que se puede hacer en común...
R: Así es. No pudo haber dicho eso él si antes no hubiera habido una obra que logró crear estas condiciones. Yo no podía imaginarme un discurso así en el 2005, cuando Tabaré asumió. Es que “nos íbamos a llevar los niños a Rusia”, íbamos a espantar inversiones extranjeras...

P: Senador, es que era también el miedo a lo desconocido....era la primera vez que asumía la izquierda..¿Cree que es comprensible cierta aprensión?
R: Si, pero creo que también había un cierto manejo de una esterotipación de un mundo que ya se había ido , porque la guerra fría había terminado ya...pero acá siguió la guerra fría, hasta hace poco....

P: Durante la campaña electoral misma hubo..no sé si se puede decir mutua demonización, pero sí picos bravos...
R: Fue espantoso, sí...fueron los últimos coletazos de la guerra fría. Y que justamente quienes más apelaron, erróneamente, a ese pasado, perdieron. El pueblo no los acompañó porque no le gustó al pueblo esa forma de discutir. La gente está cansada, y además la juventud no tiene ya absolutamente ningún interés en esas cosas.

P: ¿No cree que fueron compartidos? Me parece captar que usted piensa que la actual oposición cometió esos errores. 
R: No, no , de todos. Pero no se olvidé usted que cuando apareció determinado arsenal , se reaccionó como que tenía que ser de nosotros...

P: Bueno, es que en la casa de Feldman también hallaron determinado tipo de material....
R: Si, pero como si no hubiera grupos neonazis y fascistas acá...por suerte de poquísima significación, pero que en principio podían ser capaces de tener una cosa como esa. Pero ya está, pasó todo eso...Y ahora sí creo que la oposición, con la que estoy muy cercanamente en el Palacio Legislativo, también hizo la revolución intelectual de la que hablamos. Digamos que todos nos dimos cuenta.

P: No es poca cosa que sienta eso...
R: Es que también nos dimos cuenta del futuro. Una Tierra que protesta duro y fuerte por toda las agresiones que los seres humanos les hemos hecho, que amenaza la vida, una muerte tan presente en un mundo donde vemos tanta miseria y gente muriéndose de hambre , es para un país pequeño como Uruguay una amenaza en el futuro.Y si encima, en la interna, tenemos la desintegración, la segregación brutal de gente que todavía viene en la indigencia, ese insulto, y en la pobreza, la utopía es muy sencilla: si están dadas las condiciones, como yo creo que están dadas, podemos todos, entre todos, por lo menos elegir unos puntos vitales para un futuro de 20-30 años, de los cuales pende el destino del país. Y creo que lo vamos a lograr. Y cuando digo “vamos”, creo que la oposición integra ese “vamos”. 
Y como bien lo dijo Pepe su labor es llegar hasta el escaloncito de los cinco años, en ese proyecto que es mucho más largo.

COMPARTIENDO AÑOS DUROS

P: Usted compartió mucho con el nuevo Presidente...lo conoció en circunstancias en las que generalmente no se ve a los amigos...
R: Yo lo conozco muy bien. He convivido con él más que con mi esposa. Tal vez más que con mi madre...y en condiciones de una intimidad suprema, en la soledad total y absoluta. Entonces, nos conocemos como si nos hubiéramos parido.

P: ¿Cómo era en aquel entonces? 
R: Pepe se caracterizaba por una indoblegable resistencia. Terminaba muchas veces peleado con la propia guardia, cuando ya no tenía ni con qué pelear. Lo que le voy a contar ahora, lo demuestra. Me acuerdo que en Rocha, en el Batallón de Infantería n|o 12, había un Museo del Indio y nosotros hasta escuchábamos a los liceales y las escuelas que venían a visitarlo. Nosotros escuchábamos las conversaciones de los guardias, que si bien tenían prohibido hablar, como eso es algo imposible de prohibir a nadie en Uruguay y menos a gente que está aburrida y como ellos estaban tan aburridos como nosotros , cuando estaban de noche, un guardia frente a cada calabozo, hablaban hasta por los codos. Generalmente, de mujeres y de capinchos, de cacerías y de tarariras, de misterios, casas asombradas y cosas raras que pasaban en el cementerio del pueblo. Pero a veces hablaban también de las cosas que pasaban en el cuartel y ahí oímos reiteradamente cómo un señor comandante se estaba robando todo el museo.
Tiempo después, cuando nos trasladaron al Batallón de infantería 10 en Treinta y Tres, a Pepe lo vino a ver el Juez militar. Nosotros eramos tan peligrosos que los jueces nos venían a atender en el lugar donde estábamos. Era una parodia total aquello...De esto que le voy a contar me enteré por las conversaciones entre los soldados y porque después el propio Pepe me lo pudo comunicar. Le dijo el consabido “¿tiene algo más para agregar?”. Y Pepe dijo : “Si, tengo que hacer una denuncia contra el comandante del Batallón de infantería no 12”. “¿Cómo? ¿Por qué? ¿Por tortura?”, preguntó el hombre. “No, por hurto”, respondió Pepe. Y empezó a contar todo lo del Museo del Indio. Lo trajeron “alto del piso”, decían los soldados, de a tres, y a alta velocidad lo tiraron adentro de su calabozo, que estaba al lado del mío. Y al rato le vinieron a pegar reprochándole por qué los había mandado presos. Y Pepe lo invitaba también a pelear dentro del calabozo, desarmado, flaco, esquelético, pero denunció el hurto de una parte del patrimonio nacional. No podía con su genio. La habría pasado mejor si se hubiera quedado callado.

P: Evidentemente, no pudo aguantarse. Había una dinámica muy singular seguramente con sus propios carceleros ¿verdad?
R: Nosotros le conocíamos la vida a muchos soldados porque muchos entraban en un cuartel como aspirantes, se recibieron de soldados de segunda, volvíamos unos años después al cuartel y aquella novia que había tenido ya era su esposa y con ella ya había tenido un hijo, y ya era soldado de primera..Así conocíamos la vida a muchos. Había uno, también en Rocha, al que le decían “sapito”, que contaba sus propios latrocinios en el cuartel, en la cantina especialmente, y lo de sus compañeros y sus oficiales. Le gustaba mucho contar las tecnologías del hurto, aplicadas para llevarse cosas del cuartel. 
Ese “sapito” también era un hombre que nos mortificaba cuando entraba. Por ejemplo nos golpeaba la puerta para no dejarnos dormir. Una vez el Pepe , en la soledad de una noche, dice: “Sapito..vení que te quiero contar una cosa”. Le habló, a través de la puerta. “Si vos me seguís jodiendo Sapito, yo voy a contar que hiciste ésto, ésto, ésto..”, cosas de las que Sapito ya no se acordaba. Y desde ese día ya no nos molestó mal, porque quedó convencido de que Pepe tenía poderes sobrenaturales , que adivinaba las cosas que ellos hacían. Eso era genio y figura de Pepe.

P: Lo aprovechó bien....
R: En otro cuartel, Santa Clara de Olimar, teníamos algunas pertenencias, como la yerba y la ropa limpia. Poquita cosa. En otro calabozo no nos dejaban tener las cosas con nosotros. Entonces todas las noches sentíamos cómo el nylon hace ruido, cómo hurgaban en nuestras bolsas y nos robaban la yerba. Un kilo de yerba que había traído la familia, se iba en cuatro o cinco días. Una noche, muy silenciosa, como a las 3 de la mañana, empezamos a oír el ruido de las bolsas de nylon. Y Pepe gritó, en medio de la noche, fortísimo: “¡No toque eso!”. Y los milicos retrocedieron -nos dimos cuenta por el ruido de las botas de caballería- medio espantados. Y se quedaron en silencio profundo.

P: Como si él hubiera tenido algo que hacer para evitar que les roben...
R: (risa) Y , sí...Al otro día, nos hicimos los dormidos cuando nos miraban por la mirilla. Pero cuando fuimos al baño-como nos llevaban de a uno- cuando le tocó a Pepe, yo pude ver cómo ellos buscaban en la puerta de Pepe el periscopio o los espejitos que le permitían a Pepe ver para el costado, desde dentro de la celda. No lo podían creer..Esas resistencias a esas cosas , eran propias de Pepe. Además, eran muy bien pensado, porque no podían hacerle nada. Les hacía saber que era como un cómplice. Ese silencio era importante para ellos, porque los amenazaba. Si Pepe denunciaba esos casos, esos soldados iban a ser sancionados, obviamente, especialmente los que estaban en cuartel.

P: ¿Qué aristas del carácter de Mujica usted , que lo conoce tan bien, puede decir “eso es por aquello que vivió”, “eso viene de aquel entonces”?
R: Yo lo conocía de antes a Mujica y creo que todo viene de antes y permaneció cuando estuvimos presos. En la prisión, a todos nosotros se nos afilaron las aristas de nuestro carácter. Había casos de presos que yo me daba cuenta que la iban a pasar mucho peor todavía que nosotros. A los tipos extrovertidos, a los que les gusta hablar y hacer sociabilidad, excelentes para las relaciones públicas, la soledad les causa un gran sufrimiento. Los más introvertidos, que mascullan pensamientos y sueños, la pasan un poquito mejor. Quiero decirle con esto que las aristas más bien se agudizan y se ponen filosas en el transcurrir de tantos años de soledad total y absoluta.

P: Hubo situaciones en las que sí podían comunicarse entre ustedes ¿verdad?
R: Si, en los sitios en los que en lugar de puertas enteras había rejas. Por ejemplo, en el sótano siniestro del cuartel de Paso de los Toros, convivíamos con las ratas, pero también con las ranitas y las hormigas. El Pepe estudiaba una chacra que él iba a hacer. Tan meticulosamente la estudiaba que nos empezaba a describir cómo era posible que con muy poco terreno una persona pudiera vivir todo el año. Decía dónde iba a estar instaladas las papas, los choclos para los chanchos, las gallinas..Y nosotros, lo que teníamos, era un hambre feroz. Y lo que estaba planificando Mujica era un puchero. Le tuvimos que decir “pará de contar esa chacra maldita , con el hambre que tenemos, no seas masoquista, lo que plantaste vos es un puchero”. Cuando podíamos hablar, descubrimos que siempre nuestras conversaciones terminaban en la comida. Por cualquier lado que iniciábamos una conversación , siempre llegábamos a eso, pero de todos modos, eran pocas las oportunidades que teníamos, de hablar. Y Pepe, que siempre estuvo estudiando cosas del agro, dice que eso también lo salvó de no volverse definitivamente loco, porque se planteaba problemas teóricos difíciles de resolver y pasaba días estudiando eso y este ejercicio, que no era más que un sueño de un hambriento, le llevó días de cálculo y trabajo. Era muy científica esa chacra. 

P: Tener la mente ocupada en algo que le interesaba...Supongo que también desarrollaban costumbres que en el mejor de los casos podemos llamar de “extrañas”..
R: Criaba ratas y provocaba la ira de Rosencof. Nosotros las corríamos a las ratas. Nos comían al jabón, que teníamos que tener colgado a la pared. Se subían a los camastros y entonces inventábamos mil maneras, una de ellos incluso el dibujo de un gato furioso, con la boca abierta, porque alguien nos dijo que eso espantaba. Pero no espantaba nada. Pero Pepe guardaba pancito y cuando venía la hora de las ratas, que vivían en el techo, les tiraba mendrugos y las fue criando. Y lo mismo hizo con una ranita, que tenía guardada en la taza. Era una de esas chicas que hacen un ruido cuando cantan que parece que fueran gigantescas. Pepe la tuvo un montón de tiempo a esa ranita. En realidad, era el mismo Pepe de antes, pero totalmente exacerbado...

“NO ME ARREPIENTO”

Y ALGUNOS RECUERDOS HISTÓRICOS


P: Llegaron al final al poder, por las urnas. Pero en ningún lado oímos que eso haya llevado a alguien de los ex-Tupamaros a decir “nos arrepentimos”. Una cosa es , también ahora, criticar lo que sucedía en Uruguay en aquellos años y recordar, por ejemplo, que morían estudiantes en manifestaciones. ¿Pero alguien dice hoy que levantarse en armas fue un error? ¿Cree que alguien hoy, entre ustedes, se arrepiente?
R: Hay, sí, pero yo no. Yo he hecho un análisis muy desinteresado de mi vida pasada. Y creo que dadas las mismas circunstancias lo volvería a hacer. Pero eso no quiere decir que yo ahora lo volvería a hacer. De ninguna manera, porque el mundo cambió tanto que ya no es la misma realidad. Yo aprendí mucho, cuando estaba estudiando para guerrillero, de la lucha del ghetto de Varsovia que se levantó en armas, porque yo tenía que estudiar luchas, no guerrillas rurales. Claro que ahí había una ocupación militar de un país y una persecución racial espeluznante..

P: Claro, sin minimizar en nada vuestro sufrimiento, ambas cosas son incomparables...
R: Está totalmente justificado ese levantamiento desde el punto de vista de la ley, del derecho a la vida que las personas tienen. En aquellas circunstancias, nosotros al principio no teníamos la intención de generar un aparato armado para la lucha armada clásica , para la toma del poder, etc., etc...No teníamos esa intención porque nosotros comenzamos contribuyendo a matar al criminal de guerra nazi Kukurs, acá, en 1964.

P: El que apareció muerto en Shangrilá..
R: Así es. Bueno, nosotros colaboramos en eso, con quienes ejecutaron esa justiciera ejecución.

P: Cuénteme un poco más de eso Senador...
R: En 1964 nosotros fuimos quienes dimos la información. En aquel entonces no éramos todavía MLN sino grupos provenientes de todos los partidos de la izquierda. Hubo en ese momento, por el 62, un raro resurgimiento de bandas fascistas que tatuaban la svástica en los muslos a las muchachas con gillette, que atacaban las sinagogas, que cortaban barbas a los rabinos, que atacaban a las sedes del partido comunista -en uno de los ataques mataron a un bebé que estaba en su cuna- y nosotros formamos parte de las primeras agrupaciones de autodefensa que los sindicatos y partidos políticos formaron para su autodefensa. Yo participé, con mi organización, con organizaciones judías de izquierda que participaban ciertos barrios y ciertos lugares. Y estaban armadas. No puedo dar sus nombres porque hoy son grandes personalidades del mundo científico, académico, político, y no sólo de izquierda...son de mi edad..

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo - pág. 8

Montevideo - Uruguay
Nº 2419 - Año XLIX
4 al 10 de Marzo de 2010 
18 de Adar de 5770

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