“En Israel han pasado cosas malas y cosas buenas. Pero siempre se ha ido hacia adelante”.

Así lo afirma el famoso cantante israelí David Broza, en entrevista especial con “Semanario Hebreo”.

“Aquí hay mucha energía. Es alucinante”.

Ana Jerozolimski

David Broza, indudablmente una estrella de la canción hebrea, de los cantautores israelíes más conocidos  fuera de las fronteras de su propio país, tiene ideas claras no sólo sobre su música y las que lo han inspirado. Es un israelí de ojo crítico y mente activa, que exhorta a aportar a la sociedad para ser digno de vivir en ella. Afirma que Israel tiene una energía especial. Sin duda, él también.

P: ¿Cómo se presenta a David Broza?

 

R: No sé, mi música es lo que representa mi trabajo, mi vida. Entonces hay que dejar a la gente que escuche mi música. No creo que haya otra historia más clara que eso de quién soy y qué soy.

 

P: En tu hacer música hay varios elementos, ya que compones, escribes, tocas la guitarra de una forma muy singular, cantas. ¿Se pueden dividir todas estas cosas o realmente todas confluyen en  una misma expresión artística? ¿O dirías que uno de esos elementos te gusta más que otro?

 

R: No, es eso. Digamos que soy un tipo de cantautor. Soy más un compositor de música. Normalmente suelo adaptar a mi música letras de poetas o distintos escritores, de Israel, Estados Unidos y España, en los tres idiomas. Siempre ha sido así. Pero en realidad, aparte de que voy compartiendo mi trabajo con escritores, la canción normalmente suele ser muy mia, la interpretación es mia. Y da igual si hago canciones adaptadas al hebreo de Serrat o de Paco Ibañez o voy componiendo con Javier Ruibal o Jorge Drexler. Son mezclas.. La música da un toque muy personal mio y la interpretación mia a las historias, son super íntimas mias.

 

P: Y realmente la sensación cuando uno te oye cantar, es que tienes un estilo muy propio. Aparte de los Cds tuyos  que tengo ahora en mi auto- “Ze hakol o klum”(Todo o Nada)  y el nuevo, “Parking completo”- te escuché personalmente cuando estuvo de visita el entonces Presidente de Perú Alejandro Toledo y fue recibido por el Presidente de Israel Moshe Katsav en una recepción oficial en Jerusalem. Tú cantabas y yo miraba las caras de la gente. Parecía que algo electrificaba...

 

R: ¿Sí? Bueno, no sé. Aquella noche, enfrente de dos presidentes, era algo muy divertido. No fue una gran presentación artística, sino más como un homenaje a ellos. Pero qué bonito lo que me dices..

 

P: Me imagino que tú elegiste la canción, “Ihié Tov”, que cantaste con un estilo muy especial, cerrando los ojos y metiéndote muy adentro de la letra y del ritmo. ¿Quedará por siempre como “la canción” de David Broza, por lo que significó? La escribiste el día que el Presidente Sadat, de Egipto, llegó a Israel...

 

R: Si, la escribí con el poeta israelí Iehonatan Geffen.Fue mi primera canción, mi primera composición. Es la más fuerte. He tenido mucha suerte con esta canción. Voy a celebrar en un año 30 años de cantarla. La canto casi todas las noches y nunca me canso. Una buena canción es algo que te sirve toda la vida.

 

P: El título, además, tiene un mensaje. ¿Cómo lo traducirías tú al español?

 

R: Todo irá bien, mejorará, no sé. Es una frase “ihié tov”, que casi no se puede traducir, porque suena tan bien en hebreo que no hay que buscar otro idioma para decirlo. Es una canción que como es tan real y tan políticamente actual-desgraciadamente, porque las cosas no han cambiado tanto-que sigue siendo muy potente hoy, treinta años después.

 

P: Justamente te iba a preguntar en qué medida sientes que ese mensaje de esperanza de “ihié tov” sigue siendo válido y necesario, porque mucha agua ha corrido bajo el puente desde entonces, pero en gran medida, se sigue en la misma...

 

R: En realidad el país ha cambiado. Aquí han pasado cosas muy buenas y también muy malas, pero siempre ha ido hacia adelante. Y siempre hay esperanza de que las cosas cambiarán y la vida aquí mejorará. Mientras tanto, en realidad, lo que queda es discutir, hablar, cantar y tener una visión de tiempos mejores. Pero eso siempre se puede.

 

P: Eso encierra por supuesto un mensaje de esperanza porque sin eso no se puede seguir ¿no?

 

R: Es la tendencia del humano. Las cosas están quebradas, se rompe todo, y sigues. Sales de una experiencia traumática, de una catástrofe, y los que quedan siguen luchando para reconstruir y mejorar su vida. Siempre es así. O sea que si te quedas sin esperanza, desapareces.

 

P: El poder cantar y expresar las cosas a través de la música ¿te ayuda a lidiar con esas catástrofes, que pueden a veces ser en lo personal y otras en lo nacional? Creo que a ti, el asesinato de Itzjak Rabin (Z”L), te agarró justo cuando ibas a presentarte en un concierto en Estados Unidos..

 

R: Yo estaba en Nueva York. Aterricé aquel día allí para un concierto. De mi experiencia siempre, cuando los tiempos se ponen mal, encuentro la fuerza para sobrevivirlos y seguir porque soy un músico.La música no para cuando no hay energía o cuando no hay dinero o no hay esperanza. Siempre sigue.El arte siempre sigue. Es algo muy del alma. En realidad no hay remedio. No puedes parar y decidir no subir al escenario solamente porque ha pasado una tragedia. Tenemos que asumir, tenemos que apoyar. Y creer mucho. Y querer. Querer a la vida y a la gente. Yo, por mi parte, lo que hago es que me siento mucho más cómodo y bien cuando estoy en el escenario o simplemente tocando a la gente, entreteniendo a la gente en momentos especiales. Tengo mucha experiencia en dar conciertos privados en hospitales, a gente que está muy herida, muy enferma, a organizaciones de soldados heridos, cojos, y todo eso. Es duro pero me parece que es muy importante seguir cantando, siempre. Pero aquí las cosas no están tan mal hoy. Hoy no hay que quejarse. Aunque el conflicto israelo-palestino sigue siendo muy grave, las cosas en general están mucho mejor. Israel está en un momento divino, en realidad. Parte de la comunidad internacional, económica, industrial, artísticamente, todo. En la mente del mundo occidental, Israel es parte inseparable.En realidad, es alucinante. Hay muy buena energía aquí.

 

P: En una entrevista contigo publicada hace unos pocos años en el exterior, decías que hacer un espectáculo en Israel, con el público israelí, es como un evento social, entre otras cosas por el crisol de culturas que aquí conviven. ¿Qué tiene de especial el público israelí?

 

R: No sé en realidad, porque yo soy de aquí. Para mí es especial porque el público es parte de la sociedad y yo también soy parte de la sociedad. Yo me crié aquí. Mi música ha salido de aquí aunque he viajado mucho y estuve viviendo también en España. Pero en realidad mi música es israelí, con influencias varias, desde Bob Dylan y Jimmy Hendricks, hasta Paco de Lucía y la voz de Mercedes Sosa que me ha influido mucho. Pero todo viene y empieza y todo acaba aquí, en Israel.

 

P: Tú puedes comparar lo que uno siente cuando está en el escenario aquí y en otro país, ante diferentes públicos. ¿Hay una receptividad mayor del público en un país más que en otro o realmente todo depende del artista?

 

R: Habrá diferencia, claro, pero con toda la diferencia entre un mercado y otro, entre un país y otro, todo está en las manos del artista. Yo soy un luchador, entonces siempre lucho.Aunque el público sea el más potente y amante de mi música, siempre tengo mucha crítica de mí mismo y entonces mis intenciones siempre son de conquistar y reconquistar a la audiencia, la atención del público.

P: No te duermes sobre los laureles..

 

R: No, aún no. Pero hay un cambio muy grande hoy en Israel. Creo que la sociedad israelí ha madurado mucho, han visto mucha cultura que ha llegado. Somos parte del mundo occidental y lo que triunfa en otros países también triunfa acá. Somos muy parecidos al mundo occidental. Aquí hay mucha cultura, mucho más que en otros países, mucha cultura. Esto para mi es único.Quizás en Nueva York exista así, pero no en otros lados.Aquí es muy original, lejos de todo y a la misma vez muy parte de todo.

 

P: El que estés tan inmerso en el mundo del espectáculo en Estados Unidos y España, el que te presentes allí con bastante asiduidad ¿significa que puedes llegar a sentirte como en casa? ¿O como en casa no hay?

 

R: No, como en casa nunca hay. Me siento muy cómodo, pero no en casa. Me siento muy cómodo llevando y trayendo mi estilo y mi cultura, a escenarios en España, Latinoamérica, Estados Unidos.Pero no soy de ahí.

 

P: Recuerdo que en Uruguay amigos me contaron de una presentación tuya allí, como algo muy impactante. Bueno, presentarse ante públicos judíos siempre debe despertar un vínculo poco común porque escuchar a un cantante israelí es traer un poco de Israel. ¿Dónde más te presentaste en América Latina y con qué impresión volviste?

 

R: No me he presentado mucho allí. Una vez en Uruguay, varias en Argentina. Me he presentado en Brasil, Venezuela, México. O sea que falta bastante. Me encantó Uruguay. En Argentina Buenos Aires me pareció una ciudad alucinante.Y adoran la música israelí, o sea que me recibieron como si fuera el hijo perdido de la comunidad. Fue buenísimo. Estuve hace muy poco en Punta del Este con Jorge Drexler. Fue una presentación muy bonita. En el público había gente de todas partes de América Latina y fue divino. Me gustaría dedicar más tiempo a hacer gira de Latinoamérica, cuando pueda. Mientras tanto, por ahora estoy en Israel instalado y casi todo el año me quedaré aquí.

 

P. Mencionas a Jorge Drexler, uruguayo residente en España. La relación entre ustedes es desde hace ya varios años y se conocieron en España, siendo él un gran “fan” tuyo. ¿Surgen nuevas ocasiones de cantar juntos?

 

R: Hemos hecho muchas canciones juntos. Hemos terminado de componer una canción nueva que canto yo, para la producción de una nueva película en España. Ya veremos. Yo por ahora me quedo en Israel y hago mi espectáculo con Mayumana, con este increíble grupo de teatro israelí. Estaremos todo el año y con un poco de suerte llegaremos a presentarnos en Madrid quizás en el 2007. Pero mientras tanto me quedo aquí en Jaffa, Tel Aviv.

 

P: Recuerdo haber leído una declaración tuya en la que decías que el primer CD que sacaste en español era quizás el más importante.¿Por qué? ¿Porque siendo en español, cerrabas un círculo de vida, habiendo vivido tú  varios años en España?

 

R: Si, he cumplido un círculo entero. Fui a Estados Unidos para conocer de cerca las raíces del rock and roll, del  blues, del folk. Después de 17 años componiendo, grabando de gira, me instalé en Madrid y empecé a componer en español, editando ya tres Cds: Isla Mujeres, Todo o Nada y Parking Completo. Estoy muy feliz con el camino que me ha tocado andar por el mundo porque he llegado a conocer de verdad el arte del cantautor, cómo hacerlo, cómo componer, cómo sobrevivir, a compartir escenarios con muchos artistas muy importantes que me han influido y conmovido y que han sido gente muy importante en mi vida. Pero en realidad lo más contento estoy ahora aquí en Tel Aviv, ahora que puedo estar en calma, planear bien mi próximo álbum y hacerlo desde aquí, de Tel Aviv.

 

P: ¿Es normal el ritmo que has tenido de prácticamente un álbum por año?

 

R: No hago un álbum por año.

 

P: Bueno, casi. ¿Cuántos en total?

 

R: Varios, es verdad. He tenido ya  20, 25, 26.

 

P: ¿Ya no los cuentas?

 

R: No, porque a veces son enteros nuevos y a veces son antologías. Pero estoy componiendo siempre para mi, primero, porque necesito, necesito inspirarme.Justamente estos días voy a empezar a trabajar sobre el próximo. Ya tengo cosas en mi cabeza que quieren ser canciones hebreas. Estoy en un punto que todavía no lo tengo bien claro.Estoy poco a poco entrando para ver cuál será mi próximo proyecto. Por ahora, lo más importante que tengo en este momento es el proyecto “Bejuntos”, con Mayumana. Es algo muy especial. Es un grupo de diez bailadores y actores y actrices que tienen mucho ritmo, a la misma vez dando un toque especial a mis canciones. Yo toco. Es una guitarra y diez baterías. ¡Es mucho ruido?

 

P: Te gusta subir al escenario junto con otros artistas. Tú los enriqueces a ellos y ellos a ti. Y te has presentado con gigantes de la música pop moderna. Pero además, según he leído, te llaman a tí también con términos grandiosos, como “el Bruce Springsteen de Israel” u otros similares. ¿Te gustan esos títulos?

 

R: Yo no uso esos títulos. Los usan otros. Y si ésto facilita explicar quién soy o qué tipo de energía tengo o  qué tipo de música hago, bien, que usen cualquier metáfora.Lo importante es que la música israelí forma parte de la música del mundo.Y es importante tener un sitio de honor dentro de la lista de cientos y miles de artistas.

 

P: Te lo preguntaba porque me suena como que en cierto modo es casi una responsabilidad que te coloquen allí sobre un pedestal, ¿no?

 

R: No, responsabilidad no. Es mi vocación, es mi vida, no soy un político y no soy un General, ni un piloto, no soy nada, soy un músico. No tengo ninguna responsabilidad, más que por el bienestar de mi familia, de mis hijos. Aparte de eso, nada. Yo me critico mucho y tengo que trabajar mucho para convencerme a mí mismo que las canciones que estoy componiendo y los conciertos son suficientemente buenos, que a mí me hubiera gustado comprar una entrada para ver a este artista..

 

P: Y si es así, supongo que si estás satisfecho con lo que compusiste, no importa ya tanto que un CD determinado tenga o no éxito comercial.

 

R: Es así. El arte tienes que hacerlo verdaderamente bien, para ti mismo. Si no, no te sirve.Yo, las traducciones que hice de Serrat y Paco Ibañez, fueron para mi y para Ionatan Geffen. (A.J: fue para preparar el disco “Haishá Sheití”, traducción de “La Mujer que yo quiero”). Nosotros estábamos tan enamorados de esas canciones, que todo el mundo se enamoró. No son traducciones regulares. Es el disco más vendido en la historia de este país. Y eso no es por nada.

 

P: Es un disco hermosísimo.

 

R: Es fantástico. Es muy especial y da mucho honor a los cantautores originales que compusieron las canciones.

 

P: Y ese disco permitió un mutuo acercamiento entre el mundo de la música en español y la canción israelí ¿no es así?

 

R: Sin duda. Así fue.

 

P: David, sé  que tú nunca aprendiste en forma ordenada a tocar guitarra, pero me cuesta creerlo.

 

R: No es algo tan único. Hay muchos músicos que son autodidactas. Es verdad. Nunca he tenido la disciplina que necesitaba para sentarme y leer música y estudiar compositores. Entonces, a través de la música de Paul Simon, Serrat, Bob Dylan, empecé a tocar y después, mirando a otros músicos, copiando estilos, adaptando mi estilo a ello, avancé hasta que salió lo que es hoy, que es un estilo bastante único que no sé realmente cómo explicarlo. En realidad yo me acompaño a mi mismo. La guitarra es mi instrumento y mi voz es mi forma de comunicar.

 

P: Israel es hoy tu entorno central.

 

R: Israel es ejemplar. Si uno viaja del norte al sur en Israel creo que ve un país distinto, muy occidental y al mismo tiempo muy del Levante.Con todo lo malo que está pasando aquí, no es Atlantis, no es un pueblo utópico. Es un país de verdad, con los problemas de un país...  pero hay que venir para verlo. No se puede explicar de lejos. Hay que venir, verlo y volver. Y quedarse con la impresión de que es un buen sitio para apoyar, para querer, para opinar sobre él y para criticar. Pero sobre todo para estar apasionado con este país. Es muy, muy especial.

 

Aportando a la sociedad

 

P: Tú participas David en forma voluntaria en diferentes proyectos dedicados al tema del acercamiento judeo-árabe, al conflicto israelo-palestino.¿Por qué lo haces? ¿Crees que el artista tiene un rol que cumplir?

 

R: No, artista o no artista. Es el rol del ciudadano. El que vive en un pueblo, en un país, en una ciudad, el que puede, tiene que ayudar  en los museos, en los hospitales, ayudar en las casas de ancianos. Hay que ayudar. Yo creo que al ayudar estás recibiendo más de lo que das porque los que necesitan ayuda no saben cómo agradecértelo. Yo creo que debería ser parte de la ideología civil. Y no tiene nada que ver con los artistas. Hay muchos artistas que van dando conciertos gratis, porque se puede ayudar a muchos con una canción. Mis padres siempre han estado ayudando voluntariamente a distintas causas. Hay un club que se llama Spiwak que mi padre ayudó a fundar, para gente incapacitada de caminar. Mi madre siempre ayudó a inmigrantes que llegaban y en hospitales. Mi abuelo fue uno de los primeros que inciaron proyectos israelo-palestinos para calmar un poco el tema del odio.

 

P: Como “Neve Shalom” la localidad conjunta judeo-árabe.

 

R: Neve Shalom, en árabe Wahat al-Salaam-Oasis de la Paz en español- fue el último, pero había muchos antes. Él trabajó ya con Jaim Waitzman en Inglaterra, en los años 20 del siglo pasado. Él fue su primer Secretario. El constituyó parte muy importante en la formación de Israel, aunque nunca tuvo un puesto oficial del gobierno ni quiso que se le reconozca públicamente. Eso nos costaba mucho porque estábamos muy orgullosos de él y él no nos dejaba hablar de sus triunfos. Ahora yo lo hago sin él, porque ahora él ya no puede decir “déjalo”.

 

P: ¿Y en qué estás tú ahora David?

 

R: Yo tengo dos cosas que me son muy importantes. Uno es Spiwak, el club de niños que tienen polio. Tienen 2500 socios, siempre. Está “Etgarim”, Neve Shalom, Givat Haviva, diferentes organizaciones, también de combatientes por la paz, de guerrilleros palestinos y soldados israelíes que han decidido juntarse y luchar por la paz de modo diplomático, sin guerra, sin el fusil.Hay tanto para hacer... Uno puede ser parte importante de la sociedad. Cuando eres parte de organizaciones que aportan y ayudan, tienes derecho a manifestar, a quejarte, a opinar. Y puedes dirigir el país o la sociedad hacia direcciones que te parezcan bien para que tú puedas estar feliz en tu sitio, en tu hogar, en tu país, en tu pueblo, en tu ciudad. Yo siempre utilizo lo que la democracia deja, que es manifestar para mejorar situaciones, manifestar en grande o en pequeño y siempre opinar.Pero no utilizando la violencia y la fuerza, sino el intelecto y la diplomacia. Es muy importante, ser civil.

Broza, Sosa y Benedetti

 

P: En tu último CD, “Parking Completo”, cantas una canción con Mercedes Sosa, “Me muero”.¿Cómo fue ese contacto?

 

R: Yo estaba trabajando con un productor argentino español Alejo Stivel en un proyecto de Juan Sabines, un poeta mexicano que falleció y me preguntó si quería hacer una canción, trabajando una letra suya, con alguien. Y yo inmediatamente pensé en Mercedes Sosa, porque la adoro. Y él me dijo, “bueno, vale, a ver si lo consigues”. Me dejó a mi hacer la llamada. Ella me pidió que le cante la canción, la canté, se enamoró y quedamos en grabarlo en Madrid.Y un par de meses después nos encontramos en Madrid, en el estudio de Alejo e hicimos la canción. Desde entonces, la amistad que tengo con Mercedes es muy especial, muy profunda y me da mucho orgullo haber compuesto una melodía que la cante ella conmigo.

 

P: Yo tuve el placer de conocerla personalmente y entrevistarla y me impresionó como una personal muy natural y sencilla.Cuando la llamé, hace como 20 años, a pedirle una entrevista, le comenté por teléfono que su visita despertaba mucho interés en Israel. Y ella me contestó: “¿Ah si? ¿Qué dicen? ¿En serio? ¿Qué escriben?”.

 

R: Es así. Es muy mujer, muy madre, muy hermana, muy diva. Es casi la voz preferida de mi vida. Pero también lo que dice con su voz, ésto es lo que hace la diferencia. No hay otra y nunca habrá otra.

 

P: Y hablando de contactos latinos, sé que para tu CD “Islas Mujeres” querías incluir una canción de un poema del escritor uruguayo Mario Benedetti pero al final se postergó...

 

R: No recuerdo qué pasó. Era “Patria es humanidad” que me encanta, pero que al final nunca grabé. Pero por fin sí salió una canción de Benedetti mia.

 

P: ¿Te gusta mucho su poesía?

 

R: Me encanta leerla. Es tan buena. Serrat hizo muchos temas de Benedetti.

 

P: ¿Lees más poesías que prosa?

 

R: No, leo las dos, leo todo, cualquier cosa que me interesa. Leo sin parar. En español leo más para conocer el idioma y buscar temas para componer. Pero como tengo que leer mil poemas para encontrar uno, leo mucho, mucho. Pero no es leer y relajarme. Para eso leo en inglés o en hebreo.  En españo, como no entiendo siempre todo, me cuesta más. Hablo bien el español, pero no en la misma profundidad en la que conozco el hebreo y el inglés.

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

27 de abril de 2006

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