Antisemitismo islámico: “amenaza estratégica”.
Ana Jerozolimski

El antisemitismo de raíces islámicas , un fenómeno creciente inclusive en países árabes musulmanes que tienen acuerdos de paz con Israel, constituye un peligro estratégico para Israel y el pueblo judío.

Esta es la conclusión a la que llegó el Centro  de Información de Inteligencia y Terrorismo, un “think-tank” israelí que acaba de publicar un informe sobre el tema. 

 

Según el estudio, “generaciones de palestinos, árabes y musulmanes son criados en el odio hacia los judíos”. La investigación afirma que en países árabes como Egipto, Siria, Arabia Saudita, Líbano y Jordania, “se hace posible ( y a veces inclusive se alienta) la incitación anti- israelí y antisemita, por una variedad de razones”, en general consideraciones de índole interna y para desviar la atención de otros temas que a los regímenes no les convienen.

 

Los dos elementos claves que aparecen  en la propaganda antisemita en el mundo musulmán, son el desmentido o minimización del Holocausto y la comparación de Israel con los nazis, en el marco del conflicto árabe-israelí.

 

Pero la problemática va mucho más allá de ello. El contexto más conocido en el que se manifiesta el fenómeno, es el político-nacionalista, relacionado al conflicto israelo-palestino , pero lo especialmente preocupante es el origen religioso inherente al propio Islam. El conflicto israelo palestino es un  catalizador de lo que se originó ya antes, con las  raíces del odio anti-judío en el Islam.

 

Los estudiosos del Islam no interpretan en forma unánime el tema, no analizan en forma monolítica expresiones claramente antisemitas que aparecen en el Corán, el libro sagrado del Islam. Frente a algunas de sus citas más duras, hay quienes alegan que no deben ser tomadas en forma literal sino comprendidas como expresiones escritas  en otros tiempos y en situaciones diferentes a la reinante en la modernidad.

 

El problema al respecto es que un concepto básico del Islam, es que éste  es válido en todo momento y en todos los tiempos, que no  pierde relevancia nunca  y cubre todas las esferas de la vida. Ello, en principio, podría quitar fuerza a la versión de los “modernistas”.

 

En la segunda Sura (el nombre de cada capítulo del Corán), tras los cortos siete versículos de la primera, la frase de apertura es categórica.En traducción libre , dice : “En este libro, no hay dudas”.  Con eso de fondo, sería casi sorprendente que un creyente musulmán que es criado y educado en base al Corán, interprete con mente muy abierta algunos de los versículos cuya lectura crea una imagen despreciable del judío.

 

Ya al comienzo del Corán se da a entender que la ira de Alá pende sobre los judíos, aunque no se los nombra explícitamente. Los musulmanes así lo suelen entender, afirman diversos expertos.A los cristianos se hace referencia como a “aquellos que se equivocaron en el camino”.

 

La imagen de los judíos como hijos de “simios y cerdos” aparece reiteradamente en el Corán. Hace varias semanas contábamos en esta misma página sobre un programa en la televisión palestina, en el que preguntaban a una niña pequeña en Gaza, quiénes son los judíos y ella respondía  “simios y cerdos”. Creció con ello...

 

En la Sura 5, versículo 82 (nuevamente, en traducción libre que realizamos en base a la versión hebrea del Corán traducida por  Yosef Yoel Rivlin), dice “malditos sean los herejes hijos de Israel, en boca de David y Jesús hijo de María....sus acciones son malas. Alá les tiene ira y en castigo vivirán siempre”. Y en el versículo 85 agrega: “..hallarás que los que abrigan el odio más fuerte hacia los fieles, son los judíos”.

 

En el mismo capítulo 5, versículo 64, los términos no son menos duros. “Gente del libro....la mayoría de vosotros sois criminales....simios y cerdos en camino equivocado, que se han salido del camino correcto..”. Y en el versículo 69 presenta a los judíos como protagonistas de una ofensa directa a Dios. “Y dijeron los judíos, las manos de Alá están atadas.Sus manos están atadas, malditos sean ellos por lo que dijeron”.

 

 

El problema es que este enfoque cala demasiado profundo, crea imágenes y conceptos muy básicos con las que crece el fiel musulmán, que existen antes de que sepa algo sobre Israel y los palestinos. Lo político agudiza, ,pero el peligro es que se usa conceptos que vienen ya de antes, de la fuente con la que el musulmán promedio no discute: el Corán, su libro sagrado.

 

 

De todos modos, hay quienes sostienen que la lucha del Islam contra el Cristianismo siempre fue mucho más fuerte que contra el judaísmo. Así lo afirma por ejemplo el destacado experto en Islam, Profesor Emanuel Sivan de la Universidad Hebrea de Jerusalem, recordando que las expresiones anti cristianas en el Corán son casi tantas como las anti judías. Sin embargo, admite que hay una “herida abierta” del Islam con el judaísmo, de los tiempos de Mahoma, en los que los judíos no aceptaron renunciar a su autonomía y reconocer la supremacía del Islam, por lo que la mayoría de aquellos que se hallaban en la península Arábiga, fueron exterminados.

 

Un ejemplo de lo complejo del fenómeno anti judío es la tradición popular, historias sobre la vida del Profeta Mahoma (que se llaman “hadith”) , que pasan de boca en boca, de generación en generación, como parte del conocimiento general. Uno de los ejemplos más claros en este sentido, es el Hadith que habla del judío que se esconderá detrás de la piedra, hasta que la piedra grite “hay un judío detrás mio, ven y mátalo”. No es, por decirlo delicadamente, un concepto demasiado alentador.

 

Es imposible olvidar que las religiones tienen casi por definición, un enfoque total de las cosas. Los términos son categóricos, potentes, sin tregua. También en la Hagada de Pesaj hay, por ejemplo, una frase  desagradable en la que se habla de la “ira de Dios sobre los no judíos”.Pero no por afán de justificarla, la diferencia es que allí está el entorno de la esclavitud en Egipto, mientras que varias de las expresiones de odio anti-judío en el Corán  parecen referirse a la existencia misma del judío como tal.

 

El Profesor Mordejai Keidar, experto en Islam de la Universidad israelí de Bar-Ilan, nos recuerda que el Islam considera ser la religión que vino al mundo para sustituir al judaísmo y al Cristianismo. “ El Islam no se considera una religión que llegó al mundo para convivir junto al judaísmo y el cristianismo, sino a tomar su lugar. No hay lugar para los otros dos y por eso no les importa dañar sinagogas, construir mezquitas sobre iglesias”- dice Keidar. “Lo hicieron en Córdoba, en Damasco donde la gran mezquita Omeya fue construida sobre una iglesia, en Estambul donde la gran mezquita con cinco torres fue erigida sobre una iglesia. No tienen problema en tratar así los santuarios de otras religiones ya que consideran que de todos modos ya no son relevantes”.

 

 

Keidar nos sorprende contándonos que la estrella amarilla utilizada por los nazis para señalizar y distinguir a los judíos, tiene sus orígenes, de hecho, en el Islam. “La estrella amarilla es un invento islámico, del siglo IX en Bagdad,  en los tiempos del Califa Mu´tasem, uno de los hijos de Harun el Rashid que gobernó la ciudad en los tiempos abásidas.El señaló a los judíos con una tela amarilla o naranja”.

 

“Hoy en día claro está que el conflicto árabe israelí agrega aceite a la hoguera”- sostiene el Profesor Keidar. “Pero aunque  el uso hoy sea político y nacional, tiene una base religiosa.”.

 

El fenómeno tiene una clara manifestación popular, que hemos captado a menudo en los territorios palestinos, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. El conflicto concreto es con Israel, pero los palestinos , inclusive niños pequeños, no suelen hablar de los israelíes, sino de los judíos, “al yahud”.

 

El gran motivo de preocupación es doble. Por un lado, las raíces religiosas y coránicas de los sentimientos antisemitas en el mundo islámico, complican el análisis racional. Por otro, no son las únicas, sino que a la discusión política  y a la polémica religiosa, se agregan elementos claramente nazis  que influyen en la identidad musulmana. El fenómeno no se da sólo en la zona del conflicto político mesoriental.

 

En una conferencia que dictara en la universidad de Leeds el octubre último, el Profesor Matthias Kuntzel , experto alemán muy dedicado al tema del antisemitismo en el Islam, declaró:  “En algunos círculos el antisemitismo en Alemania también se ha convertido cada vez más en una parte de la identidad musulmana. Oímos la palabra "Judío" que se utiliza como un insulto, somos testigos de la adulación de los rappers que incitan a atacar judíos, y se utiliza la palabra “nazi” como un cumplido.  En Berlín, un escolar musulmán pidió que "todos los judíos fueran gaseados". Una banda de estudiantes apresó a uno de sus compañeros en un laboratorio de química, diciéndole "ahora, encender el grifo de gas", y durante una visita al Museo de Historia de Alemania un grupo de estudiantes musulmanes reunidos alrededor de una réplica de una cámara de gas de Auschwitz aplaudió”.

 

Pasó a relatar que en una  encuesta de opinión de 2006 - de acuerdo con el Times- “un horrible 37 por ciento de los musulmanes encuestados cree que la comunidad judía de Gran Bretaña era un blanco legítimo para sus ataques;… y no menos de 46% pensaba que la comunidad judía estaban aliados con los masones para controlar los medios de comunicación y la política”.

 

“Esto no es simplemente el "normal" antisemitismo de los prejuicios raciales o religiosos y la discriminación social. Esto no es sólo el tipo de hostilidad contra los judíos que se encuentra en el Corán. Se trata de un núcleo duro de antisemitismo que deshumaniza y demoniza a los judíos, y que tiene mucho en común con la ideología nazi”- resumió.

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

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