Al Fatah-un mensaje preocupante
Por Ana Jerozolimski

Las deliberaciones oficiales de la Sexta Asamblea General de Al-Fatah llevada a cabo en Belén bajo el liderazgo de su jefe, el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina Mahmud Abbas, aún no han finalizado. Al escribir estas líneas, los aproximadamente 2.000 participantes en la reunión continuaban deliberando sobre una variedad de asuntos internos, en encuentros no exentos de tensiones y acaloradas discusiones.  

Pero algo ya está claro de antemano, y resulta preocupante. El mensaje que sale de la asamblea no es de paz, lo cual terminará siendo negativo tanto para israelíes como para palestinos.

La declaración formulada ya en la primera reunión por el Presidente Abbas diciendo que “hemos optado por la paz”, perdió todo contenido al aclarar él de inmediato que “nos reservamos el derecho a la resistencia popular”, una forma elegante de crear un ambiente en el que fácilmente la interpretación sea que da el “sì” al terrorismo. No hace falta decir explícitamente “si a las bombas” para que se entienda en ese espíritu lo que está pasando en el congreso en Belén.  

Ante todo, formalmente, ya se ha decidido no reanudar las negociaciones de paz con Israel en tanto Israel no cumpla con varias condiciones puestas por los palestinos. Y de exigir la congelación de todos los asentamientos, se pasa a reconocer de antemano un estado palestino que tenga a Jerusalem de capital y a la liberación de todos los presos palestinos. Más allá de la discusión sobre cada uno de los puntos, cabe preguntarse si acaso la negociación no debería estar destinada a resolver todo esto. En ningún tipo de diplomacia, los resultados finales pueden ser alcanzados antes de sentarse a hablar.  

Pero más problemático nos resulta el ambiente general, la diversidad de citas y comentarios formulados por figuras de Al Fatah, a distintos niveles. No importa solo lo que dice Abbas   por ser el Presidente y consideramos que es importante prestar atención al sentir general, a la dirección que toman las cosas, a la atmósfera que envuelve las reuniones y por ende reflejan lo que se piensa en el terreno. Eso es mucho más significativo que una declaración oficial.  

Y en este ámbito, no hay muy buenos ejemplos.

El Brigadier General Tawfiq Tirawi, ex jefe de Seguridad en Cisjordania, en los tiempos de Yaaser Arafat, dijo que “Jerusalem no nos será devuelta sin miles de mártires y quien crea que será Estados Unidos quien nos la reintegrará, està equivocado”. Se le podría recordar que Jerusalem jamás fue capital palestina ni de ningún estado árabe, pero ese no es aquí el tema central.

Zakaria Zbeidi, ex jefe de los Mártires de Al Aqsa en Jenin, al norte de Cisjordania, parece haber dejado el teatro al que se estaba dedicando desde que Israel aceptó darle amnistía y dejar de perseguirlo: “Me alegra que nuestro ejército esté entrenándose en Egipto, Jordania. Rusia y otros países del mundo”, declare Zbeidi, “ya que si hay otra Guerra, tendremos gente entrenada”.

Claro que la referencia tanto a las fuerzas entrenadas por el General norteamericano Dayton como a entrenamientos especiales en otros sitios, fue presentada equivocadamente. La intención es combatir el terrorismo   que termina perjudicando también a los propios palestinos, si Israel debe responder a atentados, pero para varios de los participantes en el congreso de al Fatah, al parecer el cuadro es otro.  

Otro problema concreto radica en los documentos presentados oficialmente a debate en el congreso: el Programa político y el Orden Interno. Diversos artículos incluyen llamados explícitos a la “lucha armada” y hasta la “eliminación de Israel” y el rechazo de iniciativas de paz que acepten la fórmula de un estado palestino que viva en paz junto a Israel.  

Y hasta lo que podría parecer una anécdota resulta preocupante, ya que es reflejo de una tendencia y un enfoque de vida que lamentablemente no ha cambiado.

En el congreso participó , entre los 2000 delegados presentes, también Khaled Abu Usbah, uno de los terroristas que en   1978 secuestró un ómnibus de pasajeros en Israel, matando a 37 civiles, entre ellos 12 niños. El ex Primer Ministro Ahmed Qreia (Abu Ala) lo presentó diciendo que “tenemos entre nosotros hoy al héroe Khaled Abu Usbah, héroe de la operación encabezada por la Shahida (mártir) Dalal Al-Mughrabi”. Elevando la voz en señal de entusiasmo y emoción, continuó: “¡Toda la gloria! ¡Toda la gloria! Todas las hermanas hoy aquí presentes, son las hermanas de Dalal!”. Sus palabras fueron transmitidas en vivo este martes 4 de agosto por la televisión de la Autoridad Palestina.  

El público, enardecido, aplaudía sin cesar.

Que un ex Premier palestino, quien condujo durante meses el equipo palestino de negociación con Israel en nombre del gobierno “moderado” de Abbas, hable de asesinos de civiles como héroes, es, por decirlo delicadamente, una mala señal. Y que todos los presentes vitoreen a uno de ellos presente y el recuerdo de la terrorista muerta en el atentado, con tan entusiastas aplausos, es otra mala señal.

¿Alguien cree que así se llegará a la paz?

Ana Jerozolimski

6 agosto 2009

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