Al atacar la memoria, pretenden cambiar el presente y frenar el futuro.
Ana Jerozolimski

En la patética conferencia llevada a cabo esta semana en Teherán, con la supuesta pretensión de analizar "seriamente" el Holocausto- lo cual difícilmente pueda esconder la negación del mismo y el virulento odio hacia Israel- se marcó una nueva etapa en la historia. Allí, quedó especialmente en evidencia quién es parte del mundo libre y civilizado y quién del oscuro y retrógrado. Eso no es realmente cuestión de ciudadanía, sino de mentalidad.

Todos aquellos que se hicieron presentes en la reunión en la capital iraní-incluyendo judíos extremistas de "Neturei Karta", opuestos a la existencia misma del Estado de Israel por ser "sionista", están en ese círculo oscuro y peligroso que se permite hablar sin fundamento, como si no supieran mirar a su alrededor, como si la historia no los hubiese tocado.

Cuando se anunciaba la realización de dicha "conferencia", nos planteamos si acaso no sería un error hablar de la misma siquiera."Que hablen solos, a la pared, y vean que el mundo normal no los escucha siquiera"- pensábamos. La dinámica se dio de otra forma. Y siendo Irán el anfitrión, mientras su Presidente Mahmud Ahmadinejad continúa lanzando vituperios contra Israel y afirmando que "pronto desaparecerá"- tal cual lo dijo también esta semana -, paralelamente a su esfuerzo nuclear, resultó imposible hacer caso omiso de la reunión.

Pero al menos, sirvió para dejar en claro que los allí convocados, no son parte del mundo libre realmente. Se auto-excluyeron al colaborar con las peligrosas payasadas ignorantes del presidente iraní. El mundo libre ydemocrático, los criticó. Claro, no fueron más que palabras. Pero quedó clarísimo que por un lado estaban "ellos"- Irán y sus patéticos simpatizantes-, y por otro, los cuerdos.

"La memoria del holocausto es esencial para la comunidad internacional toda y no sólo para Israel y el pueblo judío"- declaró la Ministra de Exteriores de Israel Tsipi Livni. Al recordar a las víctimas, nadie lo podrá sentir como herida abierta, más que los judíos. Pero hace ya varios años que el mundo realmente capta la dimensión de la tragedia y el por qué de lo imperioso de no olvidarla.

Según Livni "aquellos que amenazan con genocidios buscan negar el holocausto, para retirar ese obstáculo de su camino". Fue categórica: "La comunidad internacional debe actuar para impedir que intenciones genocidas se conviertan en capacidades genocidas".

La educación es en todo ésto, sumamente crucial.Hoy se lleva a cabo justamente en el Museo Recordatorio del Holocausto Yad Vashem en Jerusalem, un simposio llamado "Negación del Holocausto: Abriendo el camino al genocidio". Está abierto al público y la esperanza es que llegue quien realmente quiere aprender.

Según el Director de Yad Vashem, Avner Shalev, "cada año, cerca de 20.000 personas de países musulmanes, incluyendo Irán, visitan el sitio de Yad Vashem en la red", por lo cual se traducirá material a árabe y persa, con información sobre el holocausto

En Yad Vashem , con ese nuevo plan, dieron realmente en la tecla.

Si bien el Holocausto fue perpetrado en la Europa cristiana, que creció en base a las incitaciones anti-judías propias de Occidente durante siglos, el mundo islámico no puede hoy alegar que tiene las manos limpias.

El Ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Manochehr Mottaki, declaró esta semana ante la "conferencia" en Teherán, que el antisemitismo es un fenómeno único de Occidente."Este fenómeno no sólo que no existe en los países musulmanes, sino que a lo largo de la historia, puede hallarse a judíos en estos países, que alcanzaron posiciones muy altas".

Lamentablemente, una cosa no quita la otra. Las culpas de Europa en todo lo relacionado al antisemitismo, son innegables. Pero entre eso y afirmar que no hay antisemitismo en el mundo islámico, hay mucho trecho. Lamentablemente, el mundo islámico "se puso al día".

El antisemitismo en elmundo islámico es notorio, expresándose en las escuelas, en la prensa, la televisión, en internet y demás.Y lo más problemático es que más allá de la manifestación de una fobia contra el pueblo judío como tal, el antisemitismo islámico se disfraza de discrepancia política por el tema israelo-palestino. Esto hace echar a andar un proceso en el cual el conflicto, que de por sí es complejo, se complica más aún al introducírsele una imagen totalmente negativa y distorsionada del judío. El antisemitismo islámico o mejor dicho en el mundo musulmán, introduce al conflicto israelo-palestino una dimensión religiosa nociva, que no puede menos que complicar más todavía lo político.

Es así que en sermones en las mezquitas de Gaza y Cisjordania, se oye el uso de expresiones contra los judíos, que difícilmente sean oídas hoy en capitales europeas. La carta fundamental de Hamas tiene varias referencias directas contra los judíos, no contra tal o cual enemigo israelí.

El conflicto político por el tema palestino, es de hecho sólo un aspecto del fanatismo que se ha fomentado. Es un antisemitismo que deshumaniza a todos los judíos. Los presenta siempre como sucios, encorvados, de nariz puntiaguda y traicioneros. Nada tiene que ver el conflicto con los palestinos con ello. La ecuación es al revés: mientras no desaparezca esta tendencia antisemita en el mundo islámico, no se podrá resolver realmente el problema israelo-palestino, ya que una solución real no es el papel firmado, sino la gente creciendo en mutuo respeto.Y aquí, hay mucha incitación y educación al odio de por medio.

Una de las expresiones más terribles y nocivas que los antisemitas intentan arraigar en el mundo islámico, es la imagen del judío -no sólo del israelí- como quien está siempre interesado en dañar a los demás (especialmente a los palestinos), diseminando el SIDA, envenando con uranio y gas nervioso , repartiendo chicle con drogas a los jóvenes y otras barbaridades.

El periódico egipcio Al-Ahram escribió en más de una oportunidad que los judíos buscan sangre de gentiles para preparar las matzot de Pesaj. En ese mismo país, el primer país árabe en firmar paz contractual con Israel, se preparó y transmitió una serie multimillonaria en 30 capítulos, producida por la Radio y Televisión nacionales , en la que se pintaba al judío como símbolo de todos los males .

Hace ya casi 20 años, el prestigioso experto en Oriente Medio, Profesor Bernard Lewis de la Universidad de Princeton, comentó que el antisemitismo se estaba convertiendo en parte de la vida intelectual árabe "casi como sucedió en la Alemania nazi". Lewis señaaba que todavía le faltaba -"la calidad visceral del antisemitismo de europa Central y oriental" y que era "más que nada político e ideológico, intelectual y literario".

Pero en los últimos años, el fenómeno cambió considerablemente. La red, las altamente desarrolladas comunicaciones, influyeron mucho.

Y hoy en día, en la propia televisión oficial palestina, en sermones se habla de los judíos como "monos y cerdos". Los nefastos Protocolos de los Sabios de Sion, son base para difamaciones continuas.

"Aún si el Holocausto fue perpetrado, los árabes y musulmanes no tienen que pagar el precio"- dijo esta semana en Teherán el ya citado Canciller de Irán. El argumento es altamente conocido, desde hace mucho. No lo inventó Ahmadinejad.

Aquí se combinan en ese régimen fanático y oscuro, varios elementos: el antisemitismo que tanto ha crecido en el Islam -el que judíos hayan vivido allí en ciertas épocas mejor que bajo gobiernos cristianos, es otra historia-, su intento de desligitimar la existencia de Israel a través de la negación de la Shoá y su deseo de preparar el terreno para un nuevo holocausto.

Cuando la ONU conmemore el mes próximo el Día internacional de Recuerdo del Holocausto, tal cual se comenzó a hacer hace pocos años, bien haría en recordar el vínculo iraní, tomando medidas drásticas que frenen la carrera nuclear de Ahmadinejad.

Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo

Editorial 12 de diciembre de 2006

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