Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

 

También puede colaborar con la labor cultural de Letras Uruguay por medio de COLECTATE

 

Otro método para colaborar con la obra cultura de Letras Uruguay, desde 3 euros: splitfy.com

 

El precio de la inmortalidad
Gustavo Iribarne
gusiribarne@yahoo.com
 

No se trata de un pacto con el diablo sino con las corporaciones y los laboratorios. La supuesta inmortalidad está (casi) a la orden del día pero resulta muy costosa. Sólo es cuestión de tener una billetera bien abultada e informarse sobre algunos avances científicos y la reconsideración de ciertas propuestas milenarias.

Algo de esto último puede verse en la denominada “uña de gato”, que en términos científicos recibe el nombre de glóbulo de uncaria tormentosa. (Es una especie de liana de la Amazonia peruana que los curanderos de la tribu utilizaban desde tiempos ancestrales y que la medicina moderna ha confirmado por su efectiva capacidad de respuesta para reforzar el sistema inmunológico del organismo humano). Si bien no es excesivamente onerosa, apenas resulta un complemento entre otras “necesidades” como la Biopla BD ­ 821, una crema bioactivante dérmica industrializada en Cuba y en la que se utiliza placenta humana (sí, leyó bien) para retardar el envejecimiento. Según se dice, la mencionada crema contrarresta la flaccidez del rostro logrando, al cabo de un mes, un cutis adolescente. ¿Que tal?

No menos sorprendente serían los resultados logrados por un tratamiento con alfa­hidoráxidos (que no son otra cosa que los ácidos frutales provenientes de la leche agria, los limones, naranjas y la caña de azúcar, industrializados por una empresa norteamericana que los vende bajo el rótulo AHA Murad). Se supone que, en conjunto, se obtiene un resultado estimulante sobre la piel logrando prolongar la tersura y salud de la misma. En esta búsqueda de suplantar el retrato de Dorian Gray por otras fórmulas, el aspirante a inmortal puede probar con rejuvenecimientos faciales por rayo láser de anhídrido carbónico (CO2) Silk Touch, que permite depurar el estrato más superficial de la epidermis con mínimo daño térmico. Una propuesta más natural sería probar con el polen de abeja que, según se dice, posee veintidós aminoácidos, veintisiete minerales diversos y todas las vitaminas habidas y por haber. (Recientemente se descubrió un pueblo de Georgia en Europa Central cuyos habitantes tienen un promedio de cien años de edad y consumen una dieta básica de polen y miel de abeja). Volviendo a recursos más “agresivos” (y caros) recordemos el lifting facial, tratamiento que varía de precio de acuerdo al cirujano que lo realice. (Uno de los hiper costosos es el realizado por el famosísimo Ivo Pitanguy en su isla privada). Pero si el tema del dinero no es problema, entonces pueden aprovechar el viaje y continuar con un tratamiento hormonal en la clínica londinense Optimal Health, que promueve una secuencia de inyecciones de la denominada “hormona de la juventud” que devuelve “a un cincuentón los niveles hormonales de un veinteañero”, según promete la publicidad. En esta búsqueda de la “juventud eterna” también aparece el tratamiento revitalizador de la doctora Ana Aslam de Rumania, la fitoterapia basada en una concepción naturista del Laboratorio Holística de Francia, las sustancias nootrópicas (Piracetam o Nootropil del Laboratorio Rhóne Poulec) para combatir los efectos de la senilidad y el suero antienvejecimiento de La Prairie con ácidos naturales que, se supone, tonifican la piel y borran las llamadas “huellas de expresión”. (Qué lindo eufemismo para nombrar una arruga). El asunto no se agota en estas posibilidades ya que también hay noticias de inyecciones de embrión de oveja u otra propuesta más sofisticada de VitOrgan que integra células animales secadas en frío, una técnica de secado por congelación patentada por el científico suizo Paul Niehams que promete “restituir al instante el tono y el vigor de las células deterioradas”. Por supuesto que esta recomposición al estilo Highlander no debería dejar de lado, por ejemplo, los implantes de titanio para “recuperar” dientes perdidos. La técnica se denomina implantología oral: consiste en abrir hueso y encía para clavar un borne de titanio, único material no orgánico absolutamente biocompatible, al que posteriormente le conectan el molar de porcelana para terminar revistiendo el contorno con alguna resina mejorada. Hablando de implantes, la calvicie también puede neutralizarse con el denominado “hair by hair” (pelito a pelito, sí señor) o el sistema Ivari Intra Dermic Micropint, basado en el injerto de materia biológica en el cuero cabelludo.

A su vez, algún inmortal con menos estragos puede prevenir el paso del tiempo con ampollas como la fórmula Dercos Technique del Laboratorio Vichy (que dice integrar componentes como Triclosan, Piroctona, Olamina y Ginko Bilova “para evitar la inflamación del bulbo piloso y evitar el envejecimiento prematuro de la raíz capilar”). No es la única receta mágica ya que, en el mercado, también existen otras posibilidades a la manera de Piloxidil Plus, Sebocalm, Phytocyane y otros. Entre cremas hidratantes y unguentos (Hydra-Detox de Biotherm, Crema D-Stress, Teenax, etcétera), la fuente de la eterna juventud también se nutre de antioxidantes y vitaminas que prolongan la vitalidad para que estos neovampiros del siglo XXI, entre tratamientos cosméticos, máscaras de arcilla y cirugías ambulatorias, miren pasar el tiempo sin inmutarse. (¿Se reflejarán en los espejos?). No estaría de más recordar aquel monólogo de Hamlet (Acto V) en el cementerio con la calavera del bufón Yorick, donde preguntaba reflexivamente: “¿Qué se hicieron tus chanzas, tus piruetas, tus canciones, tus rasgos de buen humor que hacían prorrumpir en carcajadas a toda la mesa? ¿Nada, ni un solo chiste para burlarte de tu propia mueca? ¿Qué haces ahí con la boca abierta? Vete al tocador de mi dama y dile que, aunque se ponga el grueso de un dedo de afeite, ha de venir forzosamente a esta linda figura. Prueba a hacerla reír con eso.”

Sucede que, como decía Wimpi al ver su cráneo reflejado en la placa, “la radiografía es una foto que adelanta”. Carpe diem. *

 

Gustavo Iribarne
gusiribarne@yahoo.com

 

Diario "La República" (Montevideo, Uruguay) http://www.lr21.com.uy/ - 15 de agosto de 2007
Link:
http://www.lr21.com.uy/cultura/270777-el-precio-de-la-inmortalidad

Se toma el texto y se le agrega imagen. Editor de Letras Uruguay, Twitter:  @echinope

 

Ir a índice de Ensayo

Ir a índice de Gustavo Iribarne

Ir a página inicio

Ir a índice de autores