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El "Ñato" Pedreira y el mozo
Juan Carlos Iglesias

Para los que hemos vivido tantas primaveras, los recuerdos llegan en tropel.

No quisiera ser reiterativo, pero en esta oportunidad se trata de alguien relacionado con el fútbol, más precisamente con el club Sud América, allá por la década del treinta. Este jugador era el "Ñato Pedreira", quien fuera un muy conocido jugador y, además, por sus ocurrencias y dichos, que muchas veces sirvieron de inspiración a buenos humoristas.

El Ñato fue muy amigo de un mozo que trabajaba en el Bar "Caballero", el que está frente al Centro Comunal Nº 3, en la Avda. Gral. Flores y Domingo Aramburú.

Este mozo era integrante de un conjunto carnavalero, "Los Ñatos", el cual solía estar entre los primeros premios en su categoría. El Ñato Pedreira junto a su amigo, el mozo, que era nada menos que el señor Osvaldo Martínez, quien luego triunfaría como actor en Argentina, fueron los protagonistas de esta historia, largamente comentada.

Un día los dos amigos deciden salir a fin de almorzar juntos. Optan por vestirse con las mejores "pilchas" y como dos grandes señores salen hacia un lugar que estuviera a tono con la personalidad que ellos representaban. 

En la Avda. Gral. Flores y Cuñapirú, hoy Juan J. Amézaga, frente a la Plaza de Deportes, había una fonda que se distinguía por su excelente menú y buenos vinos.

Entraron los amigos al local, comportándose como dos caballeros, tratándose mutuamente con el mayor de los respetos, representando el papel para el cual se habían preparado.

Una vez terminado el buen almuerzo, saboreando el café correspondiente, se inicia un diálogo digno de consumados actores. El Ñato llama al mozo pidiéndole la adición, y es ahí cuando interviene Osvaldo: 

-De ninguna manera Doctor, esa cuenta es mía. 

-No le permito Señor!! Yo he sido quien lo ha invitado, por lo tanto a mi me corresponde!!

La discusión continuó por un rato, observados por los presentes, hasta que intervino el propietario, proponiéndoles que pagara uno, que regresaran a la hora de la cena y pagara el otro.

-De ninguna manera, dice el Ñato, esto lo resolveremos ahora. Veo que Ud. tiene un buen estado atlético, por lo tanto le propongo quien paga este almuerzo compitiendo en una carrera.

El reto es aceptado y salen a la calle resolviendo los detalles de la competición.

-Usted Doctor, saldrá hacia Marcelino Sosa; yo hacia Isidoro de María, daremos la vuelta a la manzana, y aquel que llegue primero paga; ¿de acuerdo?

Todos salieron a mirar el espectáculo, el dueño se ofreció para dar la orden de largada, al grito de ¡¡Ya!!. Ambos competidores salieron como bólidos en sus respectivas direcciones, los vieron doblar las esquinas, de acuerdo a lo convenido ... pero nunca los vieron llegar!!!

"Añoranzas" por Juan Carlos Iglesias
Especial para Letras-Uruguay

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