Pared
Saúl Ibargoyen

Es una pared que exhala
un color de tintas o resinas amarillas.
Porque los pinceles fueron convocados
a desgastar sus lenguas
se pata única de animales sorprendentes
sus movimientos mezcladores
de núcleos de fulgor cuya sustancia
escapa sin pausa de los ladrillos escondidos
como huesos de un dios que no puede temblar.
Una pared en lo adentro más interno
de una casa intamañada
donde un usado blancor predomina.
Los espacios del tráfico de zapatos
y dedos terrestres rechazan
con tablas y baldosas
las expansiones del tiempo enrelojado
los espasmos del aire entreverándose
con los ripios de cualquier memoria.
Figuras de madera rasurada
de telas asentándose
de tapas translúcidas con tazas
y migajas y cucharas:
formas salidas de una silla
ángulos curvos con su llave y su agua
latidos eléctricos en su cajón blanco.
Alguien tiene un lugar
en usufructo a término:
porque un cuerpo se adelanta a sus vestidos
a faldas como pantalones
a camisas como chalecos repitiéndose
en gestos casuales y rutinas sombrías.
Alguien pasa por cada lugar
y toca con su calor
las pared que se aquieta
como un gato amarillo.

Saúl Ibargoyen
De "¿Palabras?"

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