Patria perdida
Saúl Ibargoyen

Carestía

(para Amanda Berenguer y Adela Gleijer)

Estoy aquí como todos los días 
de cada uno de mis últimos años.
Me siento a una mesa con platos desiertos
con fuentes ya resecas en su loza blanca
con migas y cáscaras desordenadas:
qué hace esta cuchara entre mis manos
si el agua dorada no encuentra su verdura?
qué significa un tenedor si cae
sobre un pedazo de vida roja y ausente?
qué es un cuchillo si sólo se resuelve
en una esgrima inútil
en un filo despreciado?
para qué el cucharón como una redonda red
sin peces ni manzanas?
por qué está colgada la eficaz espumadera
si ya su metal no se utiliza?
Estoy aquí como todos los días
y recorro los armarios
con sus copas que no cantan
y las botellas adonde el vino
soltaba las risas del domingo
y miro el fuego apenas encendido
como un milagro que nos va quedando.
Alguien llamará
gastando un poco más mi nombre:
debo salir a buscar entre nosotros
el alimento que todos necesitan.

Saúl Ibargoyen
Patria perdida

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Ibargoyen, Saúl

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio