Hambre de silencio

El asunto fue así de madrugada 
se despertó con hambre de silencio
con una terca inclinación profunda
con una sed de tiempo y de misterio

no le habían pasado esas cosas;
a lo más algún mínimo revuelo
martillazos de sienes algún grito
y algún pájaro al sesgo en desaliento

alguna novia con perfil de trenes 
algún amigo parte ya del viento 
ciertas y desalentadas incidencias 
algún portazo algún derrumbadero

pero esta vez y en esta madrugada
se despertó maduro de concreto 
como quien siente dentro de su sombra
ya gatillado el último concepto.

el cuidador de la pensión lo halló 
ungido con la sangre por atuendo.

Julio Guerra

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