S. M. La Palabra
Lilián González Velásquez 

Bullen en mi cerebro.

Van y vienen.

Se escapan.

Inundan el lugar en que me encuentro. Giran alrededor mío; se desarman, se arman de nuevo, para ser las mismas o se combinan transformándose en otras.

Murmuran entre ellas, salmodian, en suave bordoneo creando una música nueva desconocida, impresionante.

Por el portal que le prestan mis oídos, las palabras entran a borbollones, se dispersan a través de diferentes laberintos que las conducen a su Armagedón.

Dentro de la ósea caverna, como eco, se repiten, y de nuevo se combinan y recombinan.

Llega el momento en el cual no puedo dejar de entrometerme. Con placer lúdicamente las tomo, las reinvento.

Juego con ellas como si fueran cuentas de un collar que enhebro y desenhebro, trastocándolas si límites hasta que en forma perversa, corto el imaginario hilo, y se despeñan. Se escurren del cerebro una a una deslizándose hasta la garganta. Ésta las retiene, las envuelve suavemente en un manto tibio tejido con hebras de dulce saliva, las acuna, las caldea. Las ordena, lentas y desnudas las empuja a la boca para estallar en mi lengua que las escupe al mundo a través de mis labios.

A veces, como entrometido experto, las aguardo en acecho, y entonces guío mi mano armada a enfrentarlas.

Las conjuro. Atrapo las que puedo. Las uno. Las traduzco en ideas.

No lo puedo evitar.

Y termino plasmándolas en el papel, vejándolas sin ningún escrúpulo, por el que obtengo algunas deliciosas migajas de placer, como sucede ahora, en este momento.

Lilián González Velásquez 
Taller de Escritura y Estilo "Atrapasueños" de la Biblioteca "Carlos Roxlo", barrio La Teja (Montevideo) Año 2006
Juan Ramón Cabrera - Coordinador

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