¿Por qué Sócrates era un sabio?
Washington Daniel Gorosito Pérez

Es muy famosa la frase de Sócrates que dice: “Sólo sé que no sé nada”, esta frase no sólo es una expresión de humildad, sino que  transmite toda una enseñanza de sabiduría.

Sócrates fue una persona que se adelantó a su tiempo (incluso para nosotros),nacido en el 470 A:C , fue el padre de la  ética y el  más grande de los filósofos, considerado en su tiempo el hombre más sabio del mundo.

Pero... ¿por qué era tan sabio?, a continuación veremos la razón de su sabiduría y las consecuencias que le trajo.

Un día Cherafón (alumno de Sócrates) preguntó al Oráculo de Delfos si había en el mundo algún hombre más sabio que Sócrates, éste le contestó: “Sófocles es sabio, Eurípides  aún más sabio que Sófocles, pero Sócrates es el más sabio de todos los hombres”.

Cuando Sócrates supo esto, quedó confundido, pues el estaba seguro que no era sabio, sin embargo, un Dios no puede estar mintiendo, entonces esta incógnita lo llevó a reflexionar y tratar de buscar el sentido y la razón de las palabras del Dios.

Sócrates visitó a cierto personaje político que se decía sabio, pensó que al encontrar una persona más sabia que él, iba a desmentir al Oráculo, platicó con el político y se dio cuenta que no era sabio, creía ser sabio, pero no lo era en realidad.

Entonces le demostró al político que no era sabio, que sólo se engañaba y de ahí en adelante éste se volvió su enemigo.

Sócrates reflexionó de la siguiente manera :”El se hace llamar sabio porque cree que sabe algo. Me parece que soy algo más sabio, por lo menos en que yo no creo saber lo que no sé”.

Después de éste personaje fue con otros que se decían más sabios que el anterior, pero se encontró con lo mismo (incluso se entrevistó con Pericles), gente que se creía sabia y no lo era.

Y...al final de cada visita obtenía un nuevo enemigo.

Después de visitar a todos los “sabios políticos” y no encontrar verdaderamente a alguno que lo fuera, decidió probar con los poetas.

Estos sí tenían fama de ser sabios.

Pensó que como él no sabía nada  de poesía, los poetas serían más sabios que él, al menos en eso.

Tomó la mejor poesía de cada poeta, y le cuestionó a su autor ¿qué quería decir en su poema?.

Obtuvo una gran decepción al encontrar que los poetas no tenían idea de lo que escriben, pues varios lectores podrían dar mejor explicación del texto que los propios autores.

Con esto, sacó la siguiente conclusión..”.No es la razón lo que dirige al poeta, sino una inspiración natural, un entusiasmo semejante al que transporta a los adivinos y a los que predican el porvenir, todos ellos dicen cosas muy bellas, pero no comprenden nada de lo que dicen”.

Después de examinar a estos artistas de la pluma, hizo lo propio con los oradores encontrándose con el mismo resultado.

Entonces aunque siguió examinando a toda persona que se hacía llamar sabio, llegó a la conclusión de que el Oráculo había querido decir que la máxima sabiduría humana era en realidad una insignificancia, por lo que el verdadero sentido del Oráculo era que el más sabio de los hombres es aquél que reconoce su falta de sabiduría.

Ahora recordemos nuevamente la frase que Sócrates usaba cuando se le llamaba sabio “Sólo sé, que no sé nada”, él era el único que reconocía su ignorancia, por el contrario aquellos que creían saberlo todo, eran más ignorantes que él, ya que ni siquiera sabían que no sabían.

Este continuo examen que les hacía a las personas que se creían sabios, le trajo una enorme lista de enemigos como consecuencia directa.  Estos al darse cuenta de su ignorancia se enojaban con Sócrates, en lugar de hacerlo con ellos mismos.

Al final, muchos de sus enemigos convinieron en acusar a Sócrates de desconocer a los dioses del Estado y de corromper a la juventud, esto lo llevó a enfrentar un juicio que perdió. No por ser culpable , sino por la influencia de varios de sus acusadores.

Fue sentenciado a  beber cicuta (un tipo de veneno) y murió demostrando una de las virtudes que siempre le distinguieron “más vale sufrir una injusticia que cometerla”.

Desgraciadamente, en el mundo, muchas personas tratan de obstaculizar a otras que son mejores que ellos, esto provoca un estancamiento en todos los aspectos, pues en lugar de apoyar para crecer y así lograr el bien común, un porcentaje muy grande, incluidos nosotros los “maestros” nos empeñamos en poner trabas a quienes poseen un talento.

En cierta ocasión dijo Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre” (hommo hominis lupus).

Hasta que no sepamos reconocer nuestras limitaciones y valorar las cualidades de nuestros semejantes, no podremos avanzar como sociedad, ni construir un mundo realmente civilizado.

Washington Daniel Gorosito Pérez 

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