La modernidad líquida: identidad, educación y sociedad, nada sólidas
Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez
wdgpgoro@yahoo.com.mx

El Sociólogo polaco Zygmunt Bauman, quien fuera galardonado en el 2010 junto a Alain Touraine con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades es quien genera la metáfora denominada “La Modernidad Líquida”, explicándola de la siguiente manera:

 

“En el lenguaje simple, todas las características de los fluidos implican que los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo”.

 

“En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial, pero neutralizan el impacto y disminuyen la significación del tiempo (resisten efectivamente su flujo o lo vuelven irrelevante), los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos (y proclives) a cambiarla; por consiguiente para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que pueda ocupar…

 

En cierto sentido los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo… Estas razones justifican que consideremos que la “fluidez” o la “liquidez” son metáforas adecuadas para aprehender la naturaleza de la fase actual en muchos sentidos nueva, de la historia de la modernidad”.

 

En nuestras aulas universitarias,  hoy podemos ver aplicando la metáfora de Bauman a la Educación Superior, que la vida en este nivel es líquida, un cambio constante, evoluciona, interrelaciona y fluye el conocimiento. La generación marcada por estos ritmos nos muestra jóvenes que están preocupados y le dan importancia a los valores humanos, consideran importante la globalización profesional, tienen una perspectiva bastante real de las problemáticas locales, nacionales e internacionales.

Zygmunt Bauman

 

Ven el ejercicio futuro de su profesión como algo que los llenará de vitalidad por lo cual buscan una sólida formación académica y asumen el reto que ésta debe ser permanente, a lo largo de toda su vida. En términos comunicacionales son más visuales, disfrutan más las imágenes que el texto, la comunicación por medio de símbolos, las historias, las metáforas los colores; todo lo gráfico es eficiente con ellos, son conscientes de la importancia de ser creativos e innovadores, pero no son pacientes, no les agrada esperar o cumplir los plazos tan necesarios.

 

Les apasiona la tecnología y ese gusto les ha hecho desarrollar habilidades fundamentales para ser competitivos en su campo profesional, aunque los ha hecho en extremo dependientes de la misma. No les agrada el uso en el aula de las denominadas metodologías tradicionales, éstas no se adaptan a sus expectativas, no son líquidas como son ellos, no están personalizadas, ni transmiten los valores que esperan, sí acaso ideología. Acá nos enfrentamos a una serie de cuestionamientos: ¿Esto es una moda pasajera?, ¿Será el comienzo de una nueva época o será una generación efímera?

 

Indudablemente el tiempo, como siempre nos mostrará si los profundos cambios que la tecnología fundamentalmente aplicada a la comunicación ha generado con este actuar como consecuencia o si será agua líquida que arrastrará la corriente de las generaciones por venir.

 

Otra situación a destacar es el marcado individualismo de la mayoría de los alumnos lo que coincide con la tesis de Bauman sobre el amor líquido, entiende que la felicidad se ha transformado de aspiración ilustrada para el conjunto del género humano en deseo individual.

 

Aunque lo curioso es que Bauman al plantear la modernidad líquida, se refiere al proceso que para el individuo para integrarse a una sociedad cada vez más global, pero sin identidad fija, y sí maleable, voluble. La identidad se tiene que inventar, que crear, se tiene que moldear máscaras de sobrevivencia.

 

Llega a ésta conclusión después del análisis histórico de los grandes cambios que ha experimentado la sociedad, en especial a partir de la lucha de clases, a finales del siglo XIX, la desintegración de las sociedades colectivas para generar la individualidad en términos de ciudadanía, sumado a lo anterior los vertiginosos cambios que ha provocado la globalización y el imperialismo comercial de los monopolios en amasiato con los gobiernos de corte neoliberal.

 

Otros elementos de cambio es el resurgimiento de los movimientos indígena, feminista, la lucha arcaica en Medio Oriente, el crecimiento exponencial de la población mundial, hasta llegar a la era de las TICs, dónde más se puede observar la problemática de la identidad en la modernidad líquida.

 

Si en el siglo XVIII la sociedad tenía como principal característica el sentido de pertenencia sumamente marcadoa los estratos sociales, actualmente, basados en el auge de las redes sociales y las TICs, las identidades globales son permeables, frágiles y oscilan de acuerdo a la tendencia que marca el consumismo.

 

Sin embargo, esta identidad escurridiza, nos hace cada vez más dependientes del otro y es ahí donde se encuentra la esperanza de crear condiciones de crecimiento en términos de humanidad, conciencia colectiva por el bien individual a partir del común acople con la naturaleza.

 

Así como la identidad se construye por medio de accesorios comprados, que aparecen en el mercado en número que se multiplica hasta hacerse incontrolable, lo mismo sucede con la oferta de información que recibe nuestro cerebro en forma continua desde todos los frentes.

 

Indudablemente esta tiene gran influencia sobre la educación, en la época de la modernidad líquida, se ha abandonado la noción de conocimiento de la verdad útil para toda la vida, la cuál ha sido sustituida por la del conocimiento de “use y tire”, válido mientras no se diga lo contrario y de utilidad pasajera.

 

Coincido con Bauman que la formación continua no debería dedicarse exclusivamente al fomento de las habilidades técnicas y a la educación centrada en el trabajo, sino, más que nada a la formación de ciudadanos que recuperen el espacio público de diálogo y sus derechos democráticos.

 

Sabido es, que un ciudadano que ignore las circunstancias políticas y sociales en las que está inmerso será totalmente incapaz de controlar el futuro de éstas y obviamente el suyo propio. ¿Cómo le podríamos llamar? Ciudadano fallido, como símil del Estado fallido. ¿Tendrán alguna relación? Sin temor a equivocarme abunda liquidez y falta solidez, y no estoy hablando de Economía.

 

 

Diálogo entre Zygmunt Bauman y Javier Goma (Burgos, 7 de noviembre 2015)

 

Zygmunt Bauman - Entrevista

Europa 2014 - reportaje - bauman
07 feb 2014

El filósofo Zygmunt Bauman explica en Madrid su teoría del tiempo líquido y el no-reparto de la riqueza.
 

 

Washington Daniel Gorosito Pérez 
wdgpgoro@yahoo.com.mx

 

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