Los días finales en la historia del Sáhara Español
Emiliano Gómez

Cronología de los hechos del 18 de octubre al 14 de noviembre de 1975

 

Sábado 18 - El presidente del Gobierno español, Carlos Arias Navarro, decidió iniciar la evacuación del Sáhara el día 10 de noviembre. La acción, codificada con el nombre de “Operación Golondrina”, suponía la retirada del personal civil español y de las tropas estacionadas en la colonia. Ello implicaba dejar el territorio y sus pobladores a merced del ejército marroquí.

 

Viernes 24 - El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Ahmed Laraki, llegó a Madrid con el fin de discutir el modo en que habría de efectuarse el traspaso del Sáhara a manos de Marruecos.

 

Domingo 26 - A lo largo de esta jornada se produjeron multitudinarias demostraciones populares en El Aaiún y otras localidades del Sáhara exigiendo una solución independentista para el territorio, a la vez que alertaban a la opinión pública mundial sobre el crimen que se estaba gestando contra su patria. 

Soldados españoles

Martes 28 - La situación en el Sáhara Español se va deteriorando hora a hora. El Gobierno General de la colonia decretó el toque de queda y cercó con alambradas los barrios de El Aaiún donde habitaba la población indígena. Al mismo tiempo se comenzó a desarmar y licenciar a los efectivos saharauis que integraban las unidades militares españolas.

En el transcurso de la jornada se confirmó que el ejército español había abandonado sus posiciones en un extenso sector de la frontera con Marruecos. Por otro lado, la población saharaui comenzó a huir masivamente desde los centros urbanos hacia los campamentos del F. POLISARIO, enclavados en el interior del desierto.  

 

Prensa española

Jueves 30 - Las tropas españolas en el Sáhara prosiguieron su repliegue. Mientras tanto, nueve batallones marroquíes, con tanques y artillería pesada, irrumpían en el territorio de la colonia por el noreste ante la pasividad y el silencio absoluto del gobierno español.

 

Viernes 31 - Las fuerzas de invasión marroquíes, fueron obligadas a detener su avance momentáneamente por la férrea resistencia del Ejército Popular de Liberación Saharaui.

 

El príncipe Juan Carlos de Borbón 

con guarnición de El Aaiún

Domingo 2 -  El príncipe Juan Carlos de Borbón, ya como Jefe de Estado en funciones, efectuó un viaje sorpresivo a El Aaiún, a donde llegó acompañado por el ministro del Ejército y por el jefe del Alto Estado Mayor. Luego de visitar el Cuartel General y una unidad de combate, se dirigió a la oficialidad reunida en el casino militar:

 

“He venido a saludaros y vivir unas horas con vosotros; conozco vuestro espíritu, vuestra disciplina y vuestra eficacia. Siento no poder estar más tiempo aquí, con estas magníficas unidades, pero quería daros personalmente la seguridad de que se hará cuanto sea necesario para que nuestro Ejército conserve intacto su prestigio y el honor.

 

España cumplirá sus compromisos y tratará de mantener la paz, don precioso que tenemos que conservar. No se debe poner en peligro vida humana alguna cuando se ofrecen soluciones justas y desinteresadas y se busca con afán la cooperación y entendimiento entre los pueblos.

Deseamos proteger también los legítimos derechos de la población civil saharaui, ya que nuestra misión en el mundo y nuestra historia nos lo exigen”.

 

Paralelamente a la visita de Juan Carlos se producían dos acontecimientos significativos en el Sáhara: arreciaban los combates entre los destacamentos saharauis y el ejército marroquí, y se despoblaban aceleradamente los centros urbanos de la colonia.

 

Viernes 7 - El Consejo de Ministros de España tomó la resolución de negociar la entrega de la colonia a Marruecos y encargó al ministro de la Presidencia que partiese urgentemente a entrevistarse con Hassan II para transmitirle las garantías del Gobierno español en cuanto a la cesión de los poderes sobre el Sáhara. Durante esta jornada las Fuerzas  Armadas marroquíes seguían ocupando las posiciones abandonadas por los españoles en la medida que lograban superar la resistencia del ELPS.

 

Miércoles 12 - Comenzó en Madrid la ronda final de conversaciones entre España, Marruecos y Mauritania con el objeto de proporcionar una cobertura legal a la transferencia del Sáhara.

 

Viernes 14 - Culminaron las conversaciones en Madrid con la firma de un acuerdo tripartito cuyo contenido se mantuvo en secreto.  Con la firma de este Acuerdo, España proporcionó un “marco legal” al pisoteo de los derechos del pueblo saharaui. A partir de ese instante se generalizó la invasión y ocupación progresiva del Sáhara Occidental, con su trágica secuela de muerte o exilio para decenas de miles de sus pobladores.

 

Con la irrupción del ejército marroquí a través de la frontera norte del Sáhara Occidental, se abrió un nuevo capítulo en la historia de este territorio. Capítulo signado en sus inicios por el desarrollo simultáneo de dos acontecimientos: el éxodo de la población civil y la denominada “defensa positiva” desplegada por las fuerzas armadas independentistas.  

Alambradas para evitar fuga población saharaui

Control de documentos

Barrio de El Aaiún abandonado ante llegada de marroquíes

Se baja la bandera española ante ocupantes marroquíes, 27-2-76

El éxodo de un pueblo rumbo al exilio

 

Si bien la fuga de la población civil hacia las zonas controladas por el F. POLISARIO ya había comenzado en los últimos días de octubre, a medida que la invasión progresaba y se iban conociendo las atrocidades perpetradas contra la población indefensa, la huída se generalizó y se transformó en un auténtico éxodo. En grupos o aisladamente, los fugitivos se internaron en el desierto con la esperanza de encontrar el auxilio y la protección de los destacamentos guerrilleros.

 

A fines de noviembre, varias de las principales localidades del Sáhara ya estaban ocupadas por el ejército monárquico y sus pobladores habían sido objeto de toda clase de tropelías: robos, incendio de viviendas, detenciones masivas, torturas y asesinatos.

 

Una testigo, la joven saharaui Mariam Mohamed Salem, relató:

 

“Por donde pasaban los tanques y los soldados marroquíes, muchos de ellos drogados con hachís, cometieron asesinatos en masa; muchas madres y niños saharauis fueron asesinados simplemente por no decir ¡Viva el rey Hassan II de Marruecos! (…) obligaban a que todas las casas fueran adornadas con la bandera marroquí y la fotografía del Rey de Marruecos; si no se hacía, se llevaban a la familia entera a la cárcel (…) En la cárcel, las mujeres son dejadas a merced de los soldados marroquíes, acostumbrados a una vida de drogas y prostitutas. La violación era regla general (…) yo estuve cuatro días detenida por sospechosa de ser miembro del Frente POLISARIO junto con otras treinta chicas estudiantes. Muchos de los encarcelados o detenidos nunca volvieron”.

 

Es natural que ante esa campaña terrorista la población se volcase al desierto para huir de las represalias. Desde las ciudades convergieron decenas de miles de fugitivos sobre una docena de campamentos, instalados en diversos puntos del interior del territorio.

 

La travesía del desierto, la mayoría de las veces a pie, fue una odisea que le costó la vida a centenares de personas, principalmente niños y ancianos. El clima, el hambre, la sed, las enfermedades o el agotamiento, hicieron estragos en la masa de fugitivos.

 

Diversas fuentes coinciden  en que a fines de diciembre, alrededor de veinte mil personas poblaban los campamentos en condiciones infrahumanas: sin atención médica ni medicamentos, con graves carencias de agua y alimentación, y con poco o ningún abrigo para protegerse de un clima en extremo riguroso. En febrero y marzo de 1976, los refugiados ya superaban la cifra de cincuenta mil.

 

Para evitar una tragedia mayor, el F. POLISARIO comenzó a organizar la vida en los campamentos sobre la base de un estricto racionamiento de los recursos donados por algunas organizaciones humanitarias internacionales.

La cuota promedio mensual establecida para cada persona por el Comité Económico del Frente, se componía de 3 kg. de harina, 2 kg. de arroz, 2 kg. de azúcar, 2 litros de aceite y 250 grs. de té verde. En algunos campamentos se llegó a distribuir tan sólo 3 litros de agua diariamente por persona.

Calle de El Aaiún en primeros momentos de ocupación

Éxodo de población civil saharaui

Familia saharaui durante el éxodo

Campamentos de refugiados en década del 70

Campamentos de refugiados en 1977

Campamentos de refugiados en 1980

El drama de los refugiados adquirió ribetes de genocidio cuando a fines de enero de 1976, comenzaron las incursiones de la aviación marroquí contra los campamentos. Inicialmente fueron atacados los de Amgala y Tifariti, con un saldo de decenas de muertos y cientos de heridos. Luego se extendieron a los de Bir N’zaran y en particular al de Um Draiga, que fue bombardeado con napalm y fósforo blanco los días 18, 20 y 23 de febrero. El número de víctimas en Um Draiga llegó a dos mil entre muertos, heridos y desaparecidos.

 

“… En la mayoría de los casos las bajas son de mujeres y niños. Los que más tarde consiguen llegar hasta Argelia presentan un cuadro desolador: multitud de ellos se encuentran agotados, muchos mutilados, algunos otros llenos de quemaduras producidas por los bombardeos”

 

Las operaciones aéreas de exterminio continuaron hasta fines de marzo, momento en que Argelia abrió su frontera a la castigada población saharaui. Rápidamente el ELPS y la Media Luna Roja argelina se dieron a la tarea de trasladar esa masa humana, diezmada y traumatizada, hacia la región de Tinduf, en el interior del territorio argelino.

 

La operación de traslado también costó numerosas víctimas, pues las columnas de vehículos eran frecuentemente hostigadas por la aviación marroquí. Pero finalmente se pudo poner a salvo a la inmensa mayoría de los refugiados, ahora en campamentos más seguros, pero igualmente precarios en cuanto a condiciones de vida.

Emiliano Gómez

de "Del Sáhara Español a la República Saharaui"

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