La guerra contra el invasor marroquí
Emiliano Gómez

Fase de la “Defensa Positiva”

La defensa positiva fue una estrategia diseñada por el Frente POLISARIO para retrasar lo más posible el avance de la invasión y así permitir que la población civil pudiese ponerse a salvo de la represión y el exterminio físico. Por esa razón las operaciones militares fueron de carácter defensivo y tuvieron un radio de acción limitado. No obstante, la dureza de los enfrentamientos pautó desde un primer momento el desarrollo ulterior de la guerra.

Las fuerzas marroquíes tuvieron que vérselas con un enemigo tenaz y extremadamente movedizo, que atacaba en el lugar y en el momento menos previsible, y se esfumaba en el paisaje con la misma rapidez que había aparecido.

Preparando el combate

El Ejército Popular Saharaui desarrolló un enorme esfuerzo hasta que pudo completar la evacuación de los refugiados a la zona de Tinduf en los últimos días de marzo de 1976.

 

Ofensiva de Verano

 

Con la proclamación de la República Saharaui, y luego de haber puesto fuera de peligro a decenas de miles de refugiados civiles, el Frente POLISARIO dio por finalizada la fase denominada “Defensa Positiva”. A partir de entonces se volcó a revertir el signo de los enfrentamientos, imprimiéndole un carácter ofensivo a las acciones del Ejército Popular.

 

La Ofensiva de Verano se prolongó hasta fines de agosto. Durante su transcurso, el Ejército Popular logró hacerse con la iniciativa en el terreno y apoderarse del armamento necesario para desarrollar acciones de mayor envergadura. También demostró que podía golpear en lo más profundo de la retaguardia enemiga, sin que la distancia fuese un obstáculo insalvable.

Preparativos para el combate

Unidad de combate del Ejército Popular

Minas sembradas por los marroquíes

Combatiente del Ejército Popular Saharaui

Cuarto Congreso del Frente POLISARIO. Ofensiva “Hauari Bumedian”

 

En setiembre de 1978 se celebró el 4º Congreso del Frente POLISARIO bajo el lema: ”La lucha continúa para imponer la independencia nacional y la paz”. Este Congreso ordenó al Ejército Popular el desencadenamiento de la ofensiva “Hauari Bumedian” así denominada en homenaje al presidente argelino recientemente fallecido.

La vasta operación bélica habría de prolongarse hasta mediados de 1981 y sus acciones más importantes se llevarían a cabo en la región de Saguia El Hamra y, sobre todo, en la porción sur del territorio marroquí. El objetivo central de la ofensiva, era destruir las bases de apoyo logístico de las FAR, desorganizar su retaguardia y aislar a las tropas destacadas en el Sáhara.

 

Un balance del F.POLISARIO indicaba que entre noviembre de 1978 y fines de octubre de 1979, el ejército marroquí había sufrido 20.140 bajas entre muertos y heridos, además de 739 prisioneros. También había perdido 1.650 vehículos de todo tipo, así como siete helicópteros y seis aviones.

Restos de avión marroquí derribado

Huellas de guerra en Tifariti

Tanque marroquí destruido

Tanque marroquí destruido

Prisioneros marroquíes

Prisioneros marroquíes

La ofensiva saharaui prosiguió con suma intensidad durante 1980. El 1º de marzo de ese año, una agrupación marroquí compuesta por 8.000 efectivos se internó en la región montañosa de Uargsis (sur de Marruecos),  con el objetivo de despejar la zona de fuerzas saharauis. La batalla se prolongó hasta el 11 de marzo y tuvo un final desastroso para las FAR: 2.000 bajas, 108 prisioneros y 41 carros blindados y 181 vehículos destruídos.

 

Un despacho de AFP, describía el aspecto que presentaba el escenario de los combates una vez finalizados éstos:

 

“Al día siguiente de la batalla que se desarrolló entre el 1º y el 11 de marzo y en la que los agrupamientos móviles marroquíes OUHOUD y ZELLAGA fueron dislocados, un pequeño grupo de periodistas de la prensa internacional, pudo visitar durante 48 hrs. una parte del campo de batalla que se extiende en un frente de 120 quilómetros. Los cadáveres de los militares marroquíes yacen por docenas en los diversos lugares de los enfrentamientos, junto a las armazones de los blindados y de los transportes de tropas en los que sus ocupantes perecieron carbonizados testimoniando la violencia de los combates”.

 

La última acción de gran envergadura, y tal vez la más impactante de la ofensiva “Hauari Bumedian”, fue el ataque a Guelta Zemmur y el virtual aniquilamiento de su guarnición. En efecto, el 13 de octubre de 1981 caía fulminado el IV Regimiento de las FAR y su comandante se daba a la fuga abandonando hasta su documentación personal.

Los combatientes del ELPS sortearon los campos minados y las barreras de alambradas y tomaron por asalto el dispositivo del regimiento. En esa  acción capturaron 230 prisioneros, destruyeron 4 aviones y se apoderaron de una enorme reserva de provisiones y armamento.

 

La ofensiva “Hauari Bumedian” obligó al alto mando marroquí a revisar su estrategia en el Sáhara Occidental. A fines de 1980, el ELPS controlaba más de las tres cuartas partes del suelo patrio y tenía sumido en la zozobra a todo el sistema militar del sur de Marruecos. 

Estrategia de los muros y participación norteamericana

 

En vista de los pésimos resultados militares, el gobierno marroquí decidió erigir un sistema defensivo para proteger la zona económica más importante del Sáhara, esto es, el denominado “triángulo útil” cuyos vértices eran El Aaiún, Smara y Bu-Craa.

 

La nueva estrategia marroquí se basaba en la creación de un área, teóricamente inexpugnable, que pudiera ser ensanchada gradualmente hasta abarcar la totalidad del territorio saharaui. De este modo se podría lograr: 1º - Proteger el “triángulo útil” y aislar el sur de Marruecos mediante un muro fortificado que fuese infranqueable para el ejército saharaui. 2º - Reducir sucesivamente el área controlada por el Frente POLISARIO para restar movilidad a sus unidades de combate.

Entre agosto de 1980 y los primeros meses de 1982 se construyó el primer muro en torno al “triángulo útil”. Casi de inmediato, se levantaron el segundo y el tercero para ampliar la protección del mencionado “triángulo”. Posteriormente, en mayo de 1984, se empezó a erigir el cuarto muro, y un año después el quinto. En 1987, con el sexto muro, las obras defensivas totalizaban 2.500 quilómetros y se extendían desde la región de Uargsis en el sur marroquí, hasta la frontera meridional del Sáhara.

Blindados marroquíes

Los muros en cuestión son terraplenes de piedra y arena con una altura promedio de tres metros. Delante de ellos, a cien metros de distancia, se extiende una franja de terreno minado, y entre ésta y los muros hay trechos con alambradas. El complejo defensivo cuenta con un sistema de radares capaces de detectar el movimiento de una persona a varios quilómetros de distancia.

 

La guarnición de estos muros está compuesta por unidades con diferente potencial de fuego de acuerdo con la longitud del tramo a defender.

 

Cada diez quilómetros hay un “point d’appui” en el que se agrupan 150 hombres pertrechados con fusiles, ametralladoras pesadas, cohetes antitanque y morteros de 80 y 120 mm. Entre dos “points d’appui” hay una “sonnette” integrada por 46 hombres. Entre todas estas posiciones hay un patrullaje continuo durante las veinticuatro horas.

 

Diez quilómetros detrás del muro hay un segundo escalón defensivo conformado por unidades de tanques, dispositivos de artillería y destacamentos blindados, cuya misión es socorrer inmediatamente cualquier punto atacado y cerrar la brecha en caso de ruptura de la primera línea. El sistema defensivo terrestre se refuerza con apoyo áereo en base a helicópteros artillados y aviones de combate.

 

Según el Frente POLISARIO, el diseño de la estrategia marroquí se hizo posible gracias al asesoramiento técnico y el apoyo político y económico brindado por los Estados Unidos. La colaboración militar entre EEUU y Marruecos se intensificó después de que Hassan II actuara como mediador para el acercamiento entre Israel y algunos países árabes, acercamiento que culminó con la firma de los acuerdos de Camp Davis en 1978.

 

Ya a principios de 1979, el Departamento de Estado autorizó la venta de varios helicópteros al gobierno marroquí. Poco después le otorgó ayuda militar por un monto multimillonario. Una buena parte de esos fondos fue destinada a la construcción y equipamiento de los muros defensivos. Gracias a ello, el trono alauí pudo alejar el espectro de una inminente derrota.

Emiliano Gómez

de "Del Sáhara Español a la República Saharaui" 

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