Pre-términos o prematuros

María Esther Giribone

En este momento sería como imposible, pero hace mas de 20 años, esto ocurría en Conchillas.

 

En una oportunidad me llamaron desde una casa de las de Conchillas donde vivían varias familias, una en cada pieza, que eran enormes, o sea que en cada pieza se podía hacer un apartamentito, en ese lugar años antes había funcionado la escuela 117 y antes el liceo que luego se cerró. Edificio perteneciente a la empresa Roselli Exportación, porque hace mas de 30 años, había 2 escuelas públicas, además de la Evangélica, la 104 en Pueblo Gil y la 117 en Conchillas. Entre la Comisión de Fomento y las autoridades de la enseñanza resuelven realizar un nuevo edificio en terreno donado al  estado para ese fin, en un lugar entre Conchillas y Pueblo Gil. Esta construcción acarrea  enormes problemas, llega haber personas que nunca más se hablan, ya que de los años que estaban los ingleses había cierta tirantés entre los habitantes de ambos pueblos, cosa que existe actualmente pero desde el fútbol o alguna otra competencia. Se realiza la nueva escuela y debe llevar el número de la más vieja o sea 104, cosa que no fue del agrado de muchos de Conchillas. La 117 está en este momento en Carmelo.

 

Así que el edificio ocupado por estas instituciones pasa a ser casa de familia y como dije en un principio una noche voy a una de ellas, una señora requería de mí. Hace más de 25 años, así que no recuerdo si le había hecho algún control o no.

 

Sé que llego y me encuentro en pleno trabajo de parto, había que continuar imposible detener y no estaba en fecha de un embarazo a término.

 

Nace una niña  muy pequeña, no sé el peso, porque allí no tenía en qué pesarla, pero era muy pequeña, no la vestí , la envuelvo en algodones, tratando de mantenerla con calor y la coloca en una caja de zapatos, llamo al doctor, y prosigo con la madre que realiza una retención de placenta, así que además del problema de la prematurez del recién nacido, tenemos el de la madre, realizamos el traslado a el hospital de Carmelo. Sé que allí la niña hizo complicaciones en sus vías respiratorias y estuvo muy grave.

 

Hoy día es una madre de dos niñas.

 

En un invierno muy frío, una madrugada llega a mi casa un matrimonio, Sofía ( nombre no real) cursando un embarazo controlado con un parto anterior normal, también asistido por mí, con contraciones pero por fecha de última menstruacción faltaba mas de un mes. El trabajo de parto avanzado y nace una niña, muy vigorosa pero de muy bajo peso. Es vista por el Dr. García, quién la encuentra bien, exepto su inmadurez así que las  recomendaciones a la madre, unos días más en casa que lo acostumbrado, no dejarla ver ni que se acerquen gente resfriada, alimentar más seguido que un niño a término. Sofía , madre extraordinaria, saca adelante a su hija, al ir a su casa, se instala en su comedor, al lado de la estufa a leña, coloca la cunade María y se dedica a ella, logra que María llegue al peso normal sin ninguna complicación, aunque familiares y amistades se ofendieran si estaban con resfrío  o algún estado viral, no permitía se acercaran a su hija.

 

Uno de los que más recuerdo o será que lo veo todos los días y si no lo hubiera vivido no creería, como nació, es el Pelo. Nació en invierno y con 1800 gramos de peso. La madre lloraba que no lo iba a poder criar. Hoy lo veo y no sé pero debe de pesar mas de 100 kilos. Estuvo muchos días en casa, solo estaba con la madre y el médico dio órdenes de que no entrara nadie a verlo solo el padre, además del médico y yo. Pasaron muchos días antes que lo conocieran los abuelos. Comencé alimentarlo con un cuenta gotas, me daba la impresión que era un pajarito.

 

Cuando logramos se alimentara bien y aumentara algo de peso fueron a su casa.

 

En estos niños uno de los problemas mayores es que del exterior tomen algún virus o microbio y como prácticamente no tienen defensa, para ellos es muy grave, en un lugar como acá de poca circulación de gente, corre menor riesgo de contagio que en un centro hospitalario, palabras del médico.

 

Pero el más anecdótico fue uno en un domicilio de la Radial. Siempre en invierno, llego a la casa, que no era de ellos si no de los suegros, un matrimonio muy mayor, acompañados de otra señora también anciana.

 

Lo primero que pido es calentar el ambiente y tener cosas calientes para el recién nacido, porque tiempo para traslado era imposible, había que atender el parto allí. Tenían una estufa a kerosene, de esas que había que darle bomba, pero no funcionaba, ratos antes se les había incendiado y le tiraron un balde de agua, imposible que ahora funcionara. Pusieron en funcionamiento  un primus que también era a kerosene a bomba, en una pieza grande era como encender un fósforo. Pedí una bolsa con agua caliente, en la casa había una sola y la tenía el anciano en su cama, se la sacaron, al rato el anciano ambulaba por la casa.  Sugerí consiguieran algún ladrillo, que lo calentábamos sobre el primus y da muy buena calor, aparecen con uno, cuando lo ví no lo podía creer, verde del musgo que tenía.

 

Nace un niño muy pequeño, en ese día médico en la localidad no había, al  otro día viene uno desde Ombúes de Lavalle, que resuelve el traslado. Hoy día padre de familia.

 

Debo tener más nacimientos pero en detalles no los recuerdos.

Por las calles de Conchillas
María Esther Giribone

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