Poesía y Filosofía

Walt Whitman y William James

por Nicolás Fusco Sansone

Walt Whitman

William James

¿Recordáis las primeras páginas de "Fausto", aquel por cierto inolvidable preludio que nos presenta a través del Director, el Poeta y el Gracioso. tres perennes formas de vida?

Ahí se nos dice que el poeta es el hombre que lleva el mundo hundido en su pecho.

Y, ¿oís también, los ecos eternos de una voz pura de poeta al amanecer el siglo XIX? Es Leopardt (1798-1837) que desde Italia. madre de culturas, levanta en la soledad de su pensamiento y de su dolor los profundos cantos — del siglo — que revelan un "enérgico sentimiento del mundo moral".

Una vez más. señalamos la siguiente coincidencia: en el año 1798 nacen Giácomo Leopardi y Augusto Comte. El poeta encuentra la realidad auscultando su propio pecho dolorido y un consuelo a las miserias de su carne en la traducción del Manual de Epicieto. El sistema filosófico que Comte hizo florecer en el siglo XIX, el positivismo, con su exaltación de la ciencia aplicada y utilitaria, no podía contar entre sus adeptos al poeta italiano extraño a toda manifestación de hueco optimismo. Jamás podrían coincidir el lírico al cual le es dulce naufragar en lo absoluto v el filósofo para quien todo es relativo.

En Leopardi el filósofo sabia tanto como el poeta. ¿Qué, sino esto, nos muestra por ejemplo, su canto "Lo infinito"?

Recordad al poeta u oídle de nuevo:

Siempre gratos me fueron este cerco

y esta yerma colina que la hermosa

visión del último horizonte amengua.

Pero al mirar espacios Infinitos,

más allá de sus formas, sobrehumanos

silencios, profundísimas quietudes

da la mente en fingir, donde por poco

mi corazón no tiembla de pavura.

Y al susurrar el viento entre el follaje,

su voz comparo con el infinito

silencio aquel que hace evocar lo eterno:

las muertas estaciones y la viva

presente, con sus sones. Así, absorta,

en esta inmensidad se anega mi alma,

y el naufragar me es dulce en estos mares.

¡Así cantó el recanatlense, más allá de todos los límites, más allá de las formas, en contado de sobrehumanos silencios — ¿el corazón temblaríle de  miedos?—  por zonas de misterio sin el auxilio ya innecesario de la razón! Ahí está, bien plantada su lírica, amarga y audaz. Y otra vez: ¿poesía o filosofía?

Uno de los críticos de Leopardi dijo con evidente certeza y amorosa clarividencia, que sus cantos son las más profundas y ocultas voces de aquella transición laboriosa que se llamó siglo XIX. Virtud, libertad, amor — ideales éticos, científicos, estéticos — pueden, en ciertos momentos, aparecer a la luz de su razón como sombras e ilusiones y sin embargo el corazón los alienta y no quieren morir, y no mueren. No contrapone posiciones metafísicas — igual actitud asume su compatriota Pirandello — a los valores de la vida.

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Todas estas voces, anteriormente citadas, nos hablan desde su inmortalidad de poesía v filosofía. Pero donde vimos con más claridad el pensamiento unamunesco — "porque poeta y filósofo son hermanos gemelos, si es que no la misma cosa" — fue en el poeta Walt Whitman (1819-1892) v en el filósofo William James (1842-1910).

Ignoramos si ya se ha establecido una semejanza entre la concepción del poeta y la del filósofo citados. Sin entrar en detalles eruditos e ineficaces, cabe afirmar a través de nuestra experiencia de largas estancias en el pensamiento de estos creadores norteamericanos, que sus respectivo mundos — a pesar de sus distintas perspectivas — albergan idéntico contenido.

Cuando William James en una de sus conferencias populares sobre filosofía, en las que explica, diversos aspectos del Pragmatismo — "nombre nuevo de antiguos modos de pensar" — cita íntegro un poema de Walt Whitman, le lleva un fin más amplio que el de comprobar con un ejemplo poético, la utilidad de lo absoluto. Hay una compenetración de vitales fines.

He aquí el citado canto del vigoroso creador de poemas. Lleva por título "A ti" (To you):

Oh, tú, quien quiera seas,

en ti poso mi mano.

MI poema eres tú:

A tus oídos mis labios cuchichean.

 

A criatura alguna he preferido, he querido

A nadie como a ti.

 

¡Cuán tardo en conocerte!

¿Por qué no hablarte antes?

Sólo a ti he de atenderte.

Cantarte sólo a ti.

 

¡Que nadie te ha entendido y yo te entiendo!

—No te han hecho Justicia. (¡Ni tú mismo!) —

Mientras todos te hallaron imperfecto

Yo no he visto en ti mácula alguna.

Tus grandezas y glorias son mi canto.

 

Adormido en ti mismo en las edades

Desconoces tu propia contextura:

Cuanto has hecho tornóse en mera burla

Burla impropia de ti.

 

Yo te espío y te sigo donde nadie

Te ha espiado y seguido.

No te ocultas a mi:

En el silencio y la noche,

En la rutina,

En la voz fugitiva...

El ansia, la embriaguez y la agonía.

 

La fealdad, el dolor y la miseria.

No hay nota en hombre alguno

Que no se ofrezca en ti.

Ni virtud ni belleza en ser humano

Que no las tengas tú:

Impulso o sufrimiento

Cual se miran en ti;

Ni a nadie aguardan goces, como aquéllos

Que te aguardan a ti.

 

¡Quien quiera seas: reclámate a ti mismo!

Contigo comparados, ¿qué son el Oriente y el Poniente?

¿Qué las praderas y loa ríos sin fin?

Tú, hombre o mujer, sobre ellos mandas.

Dueños sóis ambos, de la Naturaleza,

De pasiones, de vicios y de muerte.

 

Joven o viejo, selecto o despreciado

¡Oh, humano ser!, cualquiera seas,

Tú mismo de ti mismo te promulgas,

Y la cuna, la vida y el sepelio

Nada extraño te es.

Anhelos y tristezas, ambiciones,

Ignorancias ... en todo ¡en ellos vives!

Como seas.

Por tu camino ve.

Y el gran psicólogo comenta: "Poema, en verdad, delicado v conmovedor, v útil también cualquiera que sea el modo en que se le considere Uno es el modo monístico, el místico de la pura emoción cósmica. Las glorias y grandezas son absolutamente vuestras aunque perecederas. Sea lo que quiera lo que pueda acontecerás, internamente, estáis siempre a salvo".

Después James pasa a interpretar el poema al modo pluralístioo [1] y agrega: "El glorificado cantado en el himno que precede. puede significar nuestras mejores posibilidades tomadas fenoménicamente, o bien los efectos redentores hasta sobre vuestros fracasos, sobre nosotros mismos o sobre otros. Puede significar nuestra lealtad a las posibilidades de otros a quienes admiramos y amamos, por lo que aceptamos resignados nuestra mísera vida, en holocausto a la ajena; o también que apreciemos al menos y aplaudamos un mundo tan entero v bravío como se nos ofrece. Olvidar lo bajuno que hay en nosotros, pensar sólo en lo alto. Identificar nuestra vida y luego, mediante anhelos, tristezas, ambicionas, ignorancias y tedios, dueños como somos de nosotros mismos, proseguir nuestro camino. Cualquiera que sea el modo en que consideremos el poema, viene a fortalecer nuestra fidelidad hacia nosotros mismos; satisface ambos modos y santifica el humano desarrollo.

Ambos modos pintan el retrato del tú sobre un dorado fondo; el primero aparecemos como la Unidad estática: el segundo supone los posibles en plural, los posibles genuinos y tiene toda la inquietud de aquella concepción".

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En síntesis identificadora se nos aparecen el Poeta y el Filósofo de la Democracia.

Y nos reconforta la coincidencia aunque aparezca por distintos caminos. ¿Individualistas? ¡Pero qué tonificante y amplio individualismo desarrollado en el amor sin límites de la naturaleza humanal Poeta v Filósofo plasmaron su vida con la unidad simbólica de las obras maestras. Pensamiento y acción no sufrieron divorcio.

James vivió su filosofía y ella se hacia evidente en todos sus actos. Era contrario a todo ideal imperialista: defendía lo pequeño, débil y variable siempre v en todas partes donde lo encontrara".

Así nos mostró un critico la humana figura de uno de los más grandes psicólogos.

¿Y el poeta? Internémonos otra vez en el mundo de sus cantos, sus "Leaves of Grass". El oxigenado aire de su lírica nos hablará, en largas pausas jubilosas, de un vigoroso e insuperable ímpetu democrático.

Y avergüéncense todos los totalitarismos, enemigos de la personalidad humana, ante el Poeta v el Filósofo.

Nota:

[1] Pluralismo. Vocablo introducido por W. James, y titulo de una de sus obras. Es una consecuencia bastante natural del Pragmatismo la de escapar a las dificultades del Monismo y del Dualismo absteniéndose de toda reducción sistemática de las cosas, sea a un principio único, sea a la oposición de dos principios irreductibles. Opuesto a Monismo en todos los sentidos de la palabra. El universo, para el Pluralismo, está formado de seres independientes unos de otros. La investigación de la unidad, sea en la sustancia de las cosas, sea en sus leyes, es una tendencia natural del espíritu, pero esto no prueba que en las cosas haya tal unidad; el mundo puede ser una multitud y una diversidad irreductibles. — Edmond Goblot.

 

por Nicolás Fusco Sansone

 

Publicado, originalmente, en: Suplemento dominical de El Día (Crónicas Culturales) Año XIII Nº 593 Montevideo, 28 de mayo de 1944

Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)

Link del texto: https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/75555

 

Ver, además:

 

                    Walt Whitman en Letras Uruguay

 

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