Misión de Paz de ONU en Rwanda año 1994
Diario de Anotaciones Personales
©Mayor Waldemar Fontes

Parte I

Capítulo II
Kigali

Kigali - 12 de diciembre de 1993 - H 2315 Domingo
Llegamos a Kigali 

Ya estamos instalados en Rwanda. Demoramos 5 días en llegar, pero aquí estamos.


El domingo era la celebración del 30 aniversario de la Independencia de Kenia y por eso estaba todo embanderado y había un gran desfile en el Estadio.


Ese domingo a las 0800 estuvimos en el aeropuerto tratando de obtener de nuevo un lugar para viajar. Ahora no teníamos el apoyo del Cónsul como en Sud Africa y tuvimos que hacer los trámites solos. En estos momentos se siente la falta de una representación diplomática en los países en los cuales Uruguay manda a gente en Misiones de NN.UU. La embajada más cercana de nuestro país está en Sud Africa.


Había 4 que tenían pasaje confirmado y ellos era seguro que embarcaban, el resto debería esperar hasta el último momento. Recién 20 minutos antes de la partida nos confirmaron que podíamos viajar. Rápidamente cargamos nuestras valijas, pagamos la tasa de embarque y fuimos rumbo a la pista. Previamente no hicieron verificar personalmente que nuestro equipaje estuviera allí, y recién en ese momento lo cargaron en el avión, tipo terminal de ómnibus, lo que en realidad es una buena medida de precaución para evitar que se pierda. 


El avión era un 737 de Cameroon Air Lines y parecía un ómnibus de campaña, lleno hasta el tope. El piloto volaba como si fuera en un avión de combate... Como el destino era en las montañas, subió, subió y en determinado momento lo tiró en picada y lo metió en el aeropuerto. El viaje duró alrededor de una hora y al aterrizar nos aguardaban los otros 6 uruguayos que habían llegado la semana anterior. Fue un vuelo tenebroso.


El aeropuerto es muy bonito, pero ahí queda toda la belleza. Hay una pobreza total y es deprimente ver como vive la gente aquí, aunque dicen los que ya han salido al campo que comparado con lo que vieron, Kigali es Punta del Este.

Kigali - 14 de diciembre de 1993 - martes
La vida en Kigali 


Los primeros en llegar alquilaron una casa de 4 dormitorios, con dos baños, cocina y comedor. Nos recibieron con la bandera de NN.UU. flameando en el frente y la uruguaya a un costado. 


La casa es muy bonita, pero como somos muchos queda un poco chica.


Tenemos teléfono y fax y hoy recibimos el primer fax desde Montevideo. Organizamos un cuaderno para anotar las llamadas particulares que se realicen y así luego poder controlar el pago. También habíamos traído una radio, pero en el viaje se averió y hay que mandarla a reparar a Bélgica. Como aquí hay una Unidad belga, logramos que éstos nos ayudaran y nos apoyaron con una radio vehicular desde la cual nos enlazamos con el Batallón Uruguay II en Mozambique y con la estación de Peñarol en Montevideo.


Los comercios tienen mercaderías pero todo en pequeñas cantidades, y no tendremos problemas para conseguir víveres. Alrededor del Cuartel General de NN.UU. se ha formado un "centro comercial" que es a donde vamos a hacer las compras. 

Kigali - 14 de diciembre de 1993 - H 1253 martes
Nostalgias e impresiones 


Hoy es el cumpleaños de mi hijo Alejandro, cumple 5 años. A esta hora son las 0700 de la mañana en Uruguay y es muy temprano para llamar pero más tarde intentaré hacerlo. 


Aquí de a poco vamos entrando en la situación. La misión recién se está organizando y faltan cosas de todo tipo. Hace unos días llegaron vehículos desde la recién finalizada misión UNTAC (Misión de NN.UU. en Camboya) y los están chequeando. Cuando estén listos los irán entregando. El Batallón Logístico que será de Bangladesh, recién llegará en enero, no hay radios, y nuestros baúles aún están en Montevideo. La gente que vino la semana pasada ya ha salido a hacer reconocimientos y de a poco se están armando los equipos de trabajo.
Todavía las cosas son un poco entreveradas y no se sabe bien en que tareas nos desempeñaremos. Estar acá con gente de todas las razas, hablando en diferentes idiomas, con los uniformes más variados y costumbres distintas, es algo semejante a la Torre de Babel. Da la impresión de que nadie se entendiera y sin embargo las cosas, poco a poco, salen. La imagen más clara de cómo es esto, es la película La Guerra de las Galaxias, cuando la gran batalla contra el Imperio, en donde naves de todos los planetas, tripuladas por los seres más extraños se unen en un lenguaje común y marchan en un sentido. Sin duda quien hizo esa película ha vivido alguna experiencia similar a esta. 


La convivencia entre nosotros se desarrolla sin problemas aunque es una experiencia difícil de resolver. Los seis que llegaron primero lograron alquilar la casa y consiguieron un montón de cosas. Para ello fue necesario pasar por alto algunas reglas... 


Ahora, esa transgresión a las reglas y el desconocimiento del orden jerárquico es algo que no debe descuidarse. Los que tienen el conocimiento de la situación, están en ventaja sobre los que recién llegan, pero eso no les da autoridad jerárquica. Si es bueno que aconsejen, que asesoren y guíen, pero no deben disponer cosas sin consultar a los superiores o los camaradas. Entre 6, se resuelven las cosas de una manera, entre 16 o 20 es más difícil, y si no hay alguien que tome las riendas y distribuya las responsabilidades, las cosas no salen bien. Las jerarquías militares facilitan mucho ese ordenamiento, pero a veces nosotros mismos no sabemos aprovechar esa ventaja y funcionamos en forma desordenada, a los tumbos, opinando todos sin ton ni son...
En esos momentos, se ve que todos tienen deseo de protagonismo. Hay que recordar que todos somos Oficiales y estamos acostumbrados a mandar, y a nadie le gusta ver cosas sin hacer y quedarse mirando, pero lo que pasa es que tampoco se puede actuar en forma independiente... 


A pesar de todo nos llevamos bastante bien. Todos colaboran en algo, y poco a poco cada uno en forma natural, se va ubicando en la tarea que hace mejor.

Kigali - 17 de diciembre de 1993 - H 2242 jueves
Se organizan los equipos de observadores


Estamos aún esperando a ver que misión concreta nos van a dar. De a poco han ido organizando los equipos y la mayoría de los uruguayos quedamos en Kigali. Sólo 4 van para afuera (Los Capitanes Muñoz, Pereira, García y Cooper)


Por lo general en todos los equipos hay de a dos de cada país. A mí me tocó con el Mayor Cieslinskas, dos de Congo y dos de Senegal. Aún no los he conocido y no se como serán. Ambos países hablan francés así que pienso que será fácil entendernos. 


Los países que por el momento tienen observadores son Bangladesh, Congo, Ghana, Uruguay y Austria. Bangladesh además tiene un Batallón que da seguridad al Cuartel General de NN.UU. y los Belgas tienen dos Compañías reforzadas. 


Dentro de los Observadores, con los que enseguida sentimos simpatía fue con los austríacos. Indudablemente la ascendencia europea en nuestro pueblo tiene influencia y nos fue fácil hacer amistad con ellos. Con los africanos, uno se relaciona fácilmente, ellos son muy simpáticos y alegres, pero tienen costumbres muy diferentes que hacen que nos miremos mutuamente como bichos raros. 


Con Bangladesh pasa algo parecido, son de otra raza, y sus costumbres son muy diferentes. Ellos hablan inglés lo que les permite una fluidez en el tratamiento de las cosas, que a nosotros nos es muy difícil lograr.
Hace dos días que estamos sin agua. Kigali es una ciudad enclavada en un lugar espectacular, entre los cerros con valles hermosos, pero el transporte del agua a través de esos cerros es terrible y nunca hay presión suficiente; aparte el agua no es potable, hay que hervirla y luego filtrarla para poderla beber. 

Problemas con el alquiler de la casa

Ayer tuvimos un pequeño drama con la dueña de la casa. Resulta que la señora dice que ella había alquilado la casa para cinco y ahora éramos 16 y ese no era el acuerdo. Le explicamos que esa situación era transitoria y que íbamos a estar desplegados en pocos días, pero ella pretendía cobrar una tarifa de hotel para los excedidos por los días que habían estado viviendo aquí.. Sin duda la Madame se nos quiso avivar pues cuando se dio cuenta de que la demanda de casas era mayor por la llegada del Personal de NN.UU. quiso asustarnos y ver si lograba un alquiler más alto. Pero finalmente con la intervención del Coronel Fígoli, se le explicó bien las cosas y quedó todo tranquilo. Nosotros habíamos alquilado la casa, no un lugar para vivir 5 personas.

La gente de Kigali


Caminar aquí por las calles es algo difícil. La gente se para a mirarnos sin ninguna discreción ni disimulo. Para ellos debemos ser seres de otro planeta. Si andamos por la calle nos piden comida, plata o nos quieren vender cosas. Si uno se detiene a hablar con alguien, enseguida nos rodean y nos observan por todos lados. En todo momento hay alguien que muy tímidamente quiere entablar conversación, y nos pregunta cosas en inglés. Ayer un señor muy elegante nos paró y explicó que se había fijado en el mapa y sabía dónde quedaba Uruguay, que población tenía, etc. A la gente de aquí les encanta que los saludemos. Cuando le levantamos la mano o les decimos Bonjour, quedan contentísimos y se matan de risa.


Tenemos enfrente un grupo de niños que juegan todo el día en la calle y cada vez que llega un vehículo a la casa empiezan a gritar bonjour, bonjour. 


Hoy fuimos a un mercado que queda a unas cuatro cuadras de nuestra casa. Fuimos las estrellas de la feria, pues en todo momento teníamos un montón de gente alrededor y no se perdieron un detalle de lo que hacíamos. En el mercado fabrican zapatos, hacen herrería, harina de mandioca o algo parecido, arreglan radios y relojes, las costureras tienen sus máquinas de coser y hacen vestidos y arreglan ropa, etc. Nos metimos por entre los puestos de verduras en unos recovecos que daban miedo y al fondo del todo apreciamos la sección carnicería de la feria, donde arriba de la mesa, al sol habían unos trozos de carne cortados a machete, negros de moscas... como para no contraer enfermedades y pestes si la gente vive en las condiciones más espantosas. 
Hay una constante aquí: son las multitudes. A cualquier lugar que vamos, siempre nos llenamos de gente, andan caminando para todos lados y por la menor cosa fuera de lo común se arma un borbollón. Una cosa es ver en las películas o en los informativos a esta gente y otra es estar allí, andar entre ellos, verlos, tocarlos, sentirlos y apreciar la realidad.


Dentro de las cosas simpáticas de aquí están los taxi bicicleta. Son ciclistas que transportan un pasajero en la parrilla de la bicicleta y dan pedal que da gusto. Con los repechos que hay en Kigali, hay que ser fuerte para andar en bicicleta, cuanto más con uno atrás. Nosotros bromeábamos con llevar uno de esos ciclistas, entrenarlo un poco y hacerlo correr la Vuelta del Uruguay, creo que a varios los dejaría sin aliento...
Otra cosa de aquí es el regateo. Ellos piden un precio por lo que nos quieren vender unos les dice: -"No c'est tres cher" (es muy caro) y enseguida bajan y uno termina comprando por diez veces menos del precio que le pedían al principio.


Hoy en el centro uno vendía billetes raros. Tenía un billete de 5.000.000 de la moneda de Zaire y más abajo un billete de N$ 500 de Uruguay, el cual perdió valor hace unos cuantos años, y nos preguntó a cuanto equivalía en dólares para canjearlo por algo, se ve que había pasado antes algún uruguayo por estas tierras y había dejado ese billete de regalo... 

Kigali - 18 de diciembre de 1993 - H 1406 Sábado
La gente

Aún no hace una semana que hemos llegado a Rwanda y parece que hiciera varios meses. Es que han sido tantas las cosas nuevas que visto que una semana parece poco tiempo. Los sábados de tarde el ambiente aquí es distinto. La gente está en las casas y hace rato que se siente música de tambores y cantos. No se de donde viene pero tal vez sea de la feria que visitamos el otro día. 


Ayer de noche en nuestra casa hicimos una reunión de camaradería a la cual se invitó a representantes de todas las delegaciones presentes.. Habíamos hecho una cena fría con bastante cerveza. Estuvo muy animada y creo que sirvió para romper el hielo y conocernos. Es muy importante en una misión de este tipo estar bien relacionado pues generalmente todos los países que concurren a estos lugares tienen muchos recursos propios, e intereses políticos o económicos en la región que les permite obtener cosas a las que nosotros no tenemos acceso.


Uruguay en ninguna de las Misiones de NN.UU. tiene intereses de este tipo y si los uruguayos destacados en cada lugar no reclaman el lugar que les corresponde corren el riesgo de verse desplazados en un montón de cosas.


Pero confirmando las anécdotas que había oído de otros lugares: "Donde va el uruguayo, enseguida se hace querer" , aquí todos nos tratan bien y no tenemos inconvenientes con nadie. Eso es por la forma en que nosotros tratamos a los demás. De manera informal pero seria. Mucha de la gente que está aquí viene de Camboya, y al vernos, nos dicen que tuvieron muy buena relación con el Batallón Uruguay I, y se alegran de encontrar uruguayos aquí también.


Ayer se hizo la distribución de los equipos de trabajo y nos conocimos todos. Mi Jefe de Equipo es el Mayor Elenga, de Congo. Este Mayor inició su carrera militar en Argelia, y cursó la Escuela Militar en Moscú. Por otro lado está el Capitán Seck, de Senegal que es paracaidista e Infante de Marina de EE.UU. de América. Además del Mayor Cieslinskas y yo, en el equipo hay otro congoleño y otro senegalés con los cuales apenas conversé.

Kigali - 19 de diciembre de 1993 - H 1516 Domingo
La danza de los guerreros "intore" 

Hoy hace una semana que llegamos a Kigali. Hoy deberían haber llegado los últimos cuatro uruguayos pero no pudieron embarcar en Nairobi. El próximo vuelo es el martes, así que van a completar un semana entera de viaje.

Ayer fuimos a ver un espectáculo del Ballet Folclórico de Rwanda organizado por el 1er. Bn. Paracaidista Belga para recolectar fondos para beneficencia. ¡Qué espectáculo fuera de serie...! Realmente fue algo maravilloso. Que ritmo y que fuerza en la expresión de los movimientos. La música que rigió la mayor parte del espectáculo fue la del golpe de los pies contra el suelo. En las piernas tenían unos cascabeles que hacían sonar con el movimiento de los pies. Un coro acompañado por golpes de palmas cantaban la historia motivo del show. Alguien de nosotros comentó que los movimientos y los golpes de los pies le hacían recordar a nuestro malambo. Yo pienso que si bien se parecía, no se lo puede comparar porque el malambo es fuerza y esto es suavidad. Es como si el escenario fuera un instrumento de percusión y los bailarines golpearan con sus pies con la fuerza justa para arrancarle música. 

Se destacaban por su forma de bailar los guerreros "Intore" (Los mejores), que usan unos tocados de rafia que semejan una larga melena rubia, y bailan imitando los pasos de una grulla. La historia representaba la evolución de su pueblo. Al comienzo dos grandes grupos se pelean sin sentido hasta que el Jefe con su presencia imponente, vestido con pieles de leopardo impone el orden e invita al pueblo a trabajar unido. En la segunda parte, los bailes y cantos representaron el trabajo de la tierra y la recolección de los frutos. Al final se hacen los cantos de alegría por el esfuerzo recompensado. 


En esta última etapa hicieron un número con tambores que fue maravilloso. Después de ver un espectáculo de esta naturaleza, uno se da cuenta de la antigüedad y la cultura de aquí. Esta forma de cantar y bailar debe existir desde hace miles de años y representa las cosas reales de su vida. Sin duda en el aspecto de riqueza cultural de sus tradiciones, son mucho más ricos que la gente de occidente. El problema de esta gente es que sigue viviendo hoy de la misma manera que hace mil años. No han evolucionado acorde al resto del mundo y eso les ha traído miseria, hambre, enfermedades, guerras. Aunque no se los puede culpar sólo a ellos porque muchos de los males que los aquejan han sido causados por los pueblos de occidente quienes supuestamente son los más evolucionados. Esta gente a pesar de las penurias que pasa es alegre. Posee una alegría natural que nosotros no tenemos. Ellos se encuentran y son efusivos y pamenteros, se ríen y festejan cualquier cosa, son tan diferentes a nosotros

©Mayor Waldemar Fontes

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