Misión de Paz de ONU en Rwanda año 1994
Diario de Anotaciones Personales
©Mayor Waldemar Fontes

Parte II

Capítulo V
En espera del despliegue

Kigali
8 de febrero de 1994

Charlas con los Observadores de otros países

Estoy en Cuartel de los MILOBS, la situación está calma de nuevo en espera de un nuevo intento de formación del gobierno transitorio.

Seguimos esperando los vehículos que permitirán el despliegue de los equipos por todo el país. Mientras seguimos en esta tediosa espera. Lo único rescatable de esto es la oportunidad de conversar con gente de los distintos países y observar sus costumbres. El lugar de reunión donde estamos todos es una glorieta muy cómoda y fresca. Aquí pasamos horas esperando la orden de despliegue que aún no llega.

Hoy estuve conversando con un egipcio. Es muy amable y me obsequió un folleto de su país con una dedicatoria y con su dirección. Le cuesta mucho escribir con nuestras letras, pues su lenguaje es el árabe y emplean sus propios caracteres. En letras románicas sólo usan las imprentas y con una caligrafía que parece de niño, sin embargo habla el inglés con gran fluidez.

Por este mismo motivo, el otro día hice una guardia de Oficial de Servicio con otro egipcio y yo con mi pobre inglés tuve que escribir el libro de novedades, porque él a pesar de hablar un inglés perfecto, no lo podía escribir.

Esa guardia fue todo un tema. En ella uno entra de radio operador, telefonista y ordenanza, todo a la vez, pues no hay soldados ni personal de servicio en que apoyarse. Había dos radios, y en un momento, por una me hablaban en inglés y por la otra en francés y aparte sonaba el teléfono... en ese momento alguien me pidió que si venían a buscar una carta que dejaban, la entregara de tal manera... Ni que hablar que tuve que pedir ayuda...

Durante las guardias con los otros MILOBS he comprobado que no todo el mundo tiene la idea de realizar bien el trabajo. Hay muchos, principalmente los MILOBS de algunos países africanos, que apenas son nombrados para una tarea, inventan motivos para hacer cosas que podían haber hecho estando francos. Hay que tener cuidado en esto, pues a veces por problemas con el idioma o por demasiado respeto a las jerarquías, los uruguayos nos dejamos pasar por arriba en estas cuestiones y mientras nosotros tratamos de cumplir bien con los servicios, hay otros que no lo hacen así. Siempre se trata de formar los equipos con un Mayor y un Capitán, y pienso que cuando uno sea el de la derecha, no tiene que permitir que esto ocurra, dando el ejemplo y cumpliendo el servicio en forma correcta.

Volviendo al tema de las charlas con el egipcio, éste me contó acerca de las posibilidades del Islam de tener más de una esposa. Me decía que si un hombre se casa con una mujer y ésta luego lo defrauda, estaría condenado a una vida infeliz, sin embargo, el Islam, le da la posibilidad de casarse a la vez con otra, de forma de lograr una vida feliz. Yo le pregunté entonces que pasaba si era la mujer la que se veía defraudada, y me contestó que para esos casos existía el divorcio. Me explicaba luego que bajo las normas cristianas de nuestra sociedad occidental la gente no puede divorciarse y tanto el hombre como la mujer podían quedar condenados a una vida infeliz, e incluso divorciándose, a veces se condenaba a los hijos a una vida infeliz, mientras que mediante los matrimonios múltiples que permite el islamismo, no se creaban esos traumas a los hijos.

Le pregunté luego acerca del mito que muchas veces se menciona en occidente acerca de que los musulmanes practicaban el acto sexual con niños o jóvenes púberes, y me afirmó que eso no era cierto. Que si podrían haber personas depravadas que lo hicieran, igual que en occidente, pero que eso no era para nada normal.
Ellos tienen un criterio distinto en el trato entre personas de un mismo sexo. En la charla, otro egipcio me explicaba que en su país era normal que los hombres se abrazaran y besaran y que eso no implicaba homosexualidad. Me explicaba que por ese motivo en sus países no existían los "gays" como conducta deformada del ser humano, pues este trato no motivaba desviaciones como en occidente.

En estas charlas también hablé varias veces con el Oficial de Enlace del RPF que está aquí en forma permanente. Es un hombre de unos 25 años, muy delgado y alto, como todos los tutsis y de aspecto serio. Es muy inquisitivo y siempre me pregunta cosas de Uruguay, cómo es, etc. El otro día yo le explicaba que en nuestro país vivían sólo 3 millones de habitantes y era 3 veces el tamaño de Rwanda y él no podía creerlo. Le expliqué luego como era nuestra tierra y lo que producíamos y su respuesta fue: "- Entonces ustedes no tienen problemas de comida..." - Sin duda la preocupación fundamental de los africanos, y pensar que nosotros vivimos preocupados porque no nos alcanza para comprar la casa, el televisor color, el video...
En estos días han llegado más austríacos, vinieron también los rusos y los de Zimbabwe.
 
Escalada al Monte Kigali

Hace unos días con el Mayor Cieslinskas y los Capitanes Felici, Berrutti y Elgue, nos hicimos una excursión escalando el Monte Kigali que tiene casi 3.000 metros de altura. Este monte está al norte de la ciudad de Kigali y fuimos hasta él caminando a través de los caseríos que hay su falda. Nos reíamos porque decíamos, ¡Esto sí que es hacer turismo verdad! pues por esos andurriales no se atreve a andar ningún blanco. Es terrible ver como vive la gente en esos lugares.

Las casitas de barro se apilan unas contra otras y un sendero por donde a su vez corre el agua servida, es el camino por donde la gente transita, por supuesto que exclusivamente a pie. La gente salía de la casa asombrada a mirarnos, porque no podía creer que un grupo de turistas blancos anduviera por ahí. Nosotros los saludábamos y ellos nos contestaban con simpatía.

Aunque hay quien no lo crea, esta gente es muy amable en su trato normal, aunque son contradictorios. Se puede decir que su forma de vida tiene dos aspectos. Son cariñosos al extremo de que personas de un mismo sexo caminan tomadas de la mano, y se abrazan y se sonríen con sinceridad... y a la vez son capaces de una furia y de un odio tal que los hace capaces de destrozar a machetazos a un semejante. Son débiles por su inocencia incapacidad de desarrollar y proyectar su forma de vida, y sin embargo son tan fuertes físicamente, a pesar de las penurias que pasan.
 
El Capitán Danguah

Con otro con quien conversé fue con mi compañero de equipo, el Capitán Danquah, de Ghana. Es un hombre de 33 años, que habla inglés como lengua de su país y francés como segunda lengua, es una persona de lo más agradable. Es paracaidista y en su país esta destinado en una escuela de formación de personal subalterno como instructor. Ha estado en otra misión en el Líbano y realizó cursos en Estados Unidos y Europa. Es de raza negra, alto, de manos grandes y huesudas, me recuerda a esos típicos jugadores del basquetball americano. Es muy simpático y sociable, lo que hace que todos lo aprecien. Es muy profesional y conoce la forma de tratar los asuntos administrativos de la misión y resolver todos los problemas. En lo militar es muy correcto, a pesar de su informal manera de hablar. Trata con la población con mucha soltura, tal vez porque la gente de aquí debe ser similar a la de su país. El discute los precios en el mercado como es costumbre acá, se mete por todos lados y habla algunas palabras en Kinyarwanda el idioma local.

Siempre que tenemos oportunidad conversamos. El me pregunta cosas de mi vida y me ayuda cuando tengo problemas con alguna palabra en inglés. Es un buen compañero, porque la única forma de lograr comunicación entre personas de distintos lenguajes, es cuando se pone la mejor voluntad de expresarse en el idioma del otro, y el otro a su vez nos ayuda cuando nos equivocamos. El tiene mucha facilidad para aprender idiomas, ya ha aprendido algunas palabras en español y vive embromando con ellas. Su palabra preferida es "perezoso", y la empleamos a modo de saludo a cada rato.

El otro día en una charla, me contó que su señora no estaba bien, pues había perdido un embarazo. Antes había tenido otro niño y había muerto al nacer, y esta pérdida la había afectado mucho.

Hablamos con Danquah, de la importancia que tienen los hijos para el matrimonio y ambos coincidimos que eran lo mas importante de la vida de una persona... Ambos estábamos a gusto trabajando en una misión como esta, por la oportunidad de conocer cosas y lugares, pero ambos reconocimos que hay que pagar un precio por ello, y ese precio es estar lejos de las familias en momentos en que estas nos necesitan, mientras nuestros hijos crecen o nuestras esposas tienen problemas.

Es agradable ver que a pesar de la diferencia de razas y de idiomas la gente tiene los mismos sentimientos en todas partes del mundo.

RUHENGERI
14 de febrero de 1994
H 1522 lunes

Instalado en Ruhengeri


Por tercera o cuarta vez cambio de puesto de trabajo. Finalmente se produjo el despliegue de nuestro Puesto de Comando a Ruhengeri y aquí estoy. Nos vinimos para acá con el Capitán Danquah, de Ghana y un técnico de radios, de Kenia, que trabaja en el servicio de campaña de NN.UU.. Vamos a instalar los equipos de comunicaciones en lo que será nuestro emplazamiento en una casita dentro del Cuartel General de la Gendarmería. Aquí mismo está emplazada además una unidad militar de las Fuerzas del Gobierno y el Puesto Comando de la región. Por lo tanto hay dos comandantes, un Coronel del Ejército (RGF) y un Mayor de Gendarmería.

El lugar del Puesto comando es una construcción buena, pero totalmente cubierta por la suciedad. Se ve que desde que la hicieron nunca nadie se preocupó por limpiar nada. Había telarañas hasta en los pestillos de las puertas, y los ratones y lagartijas se paseaban libremente por todos lados. Es una casita de cuatro piezas, todas con salida independiente y con su correspondiente ventanita.

La instalación de la radio fue sencilla pero no trabajó bien, posiblemente porque aún no están instaladas las otras estaciones que se comunicarán con ellas y además falta instalar una repetidora en el área.
Como siempre aquí, se dan las contradicciones: entre todo el abandono y suciedad, los baños desbordados y el agua corriendo por los senderos naturales, una antenita sobre el techo, y un panel solar a su lado para dar energía a la batería de la radio, dan la nota de adelanto tecnológico entre la miseria del lugar.

Luego de instalar la radio el Capitán Danquah y el técnico se fueron de vuelta a Kigali y yo quedé a cargo del lugar. Aquí ya habían otros cuatro uruguayos y por supuesto me fui a vivir con ellos. Al otro día de mañana, comencé con la limpieza del lugar. Como siempre, la gente me miraba como bicho raro y con su normal falta de discreción se me paraban enfrente y me miraban.

Yo había ido con el mate pronto y eso les causó una gran admiración. Estuve un rato explicando que era, como se tomaba etc., fue una buena forma de romper el hielo, pues me parece que cae bien mostrarse con nuestras costumbres y dejar que lo observen a uno hasta que se aburren y lo tomen como algo normal.

El primer día rindió poco el trabajo porque entre las explicaciones y los saludos de la gente, no se hizo casi nada. Hoy lunes fui de nuevo y ahora sí se trabajó.

Los soldados en realidad, no trabajaban... El día anterior, un Cabo que había estado conmigo me explicaba que tenían un solo uniforme y que si se lo ensuciaban no tenían para cambiarse. Hoy en cambio pusieron a trabajar a unos civiles que están allí como refugiados y parece que trabajan por la comida.
Esperé un rato en la oficina viendo que hacían. Me vichaban por la ventana y cuchicheaban entre ellos, entonces, salí afuera.

Vi a un soldado que hablaba francés y aparentaba ser muy despierto y lo elegí como intérprete. Le expliqué cual era la tarea y él fue dando órdenes a los trabajadores en su idioma local. El se encargó de hacer carpir el pasto con un grupo de mujeres campesinas, cada una con su propia azada y su hijo en la espalda. Estas mujeres, dejando sus niños sentados en el suelo y hicieron el trabajo en forma rápida y eficaz. Mientras trabajaban, yo observaba a los niños. Da pena verlos, tapados de mugre, con la piel del color de la tierra, sentados en el suelo, jugando con un pastito, llenos de mocos, con cascarones de caspa en la cabeza o con partes sin pelo, debido a quien sabe que enfermedad.

Las mujeres, dirigidas por el Cabo rwandés, hicieron un buen trabajo. Ahora habría que pintar, hacer reparaciones eléctricas y poner algún mobiliario.

Una vez finalizado esto, llamé a Kigali y hablé con mi jefe, el Tte. Cnel. Doumbia, de Malí y le avisé que estaba todo pronto.

Hoy se suponía que se iba a instalar el gobierno transitorio, pero de nuevo fracasó el intento. Por lo tanto va a demorar un par de días más el despliegue. Mientras, yo seguiré acá solo, a cargo de nuestro Puesto de Comando.

Kigali
23 de febrero de 1994
H 2046 miércoles

Un uruguayo herido

Luego de terminado el trabajo en Ruhengeri, vinimos con mi jefe a Kigali porque él tenía el lunes una reunión en Cuartel de los MILOBS y esa noche se complicó la situación. Hubo un atentado y mataron al Ministro de Transporte y Obras Públicas que era opositor a la entrega del gobierno. Luego a la noche, en represalia, mataron en Butare el Presidente del CDR, un partido político que apoya al actual Presidente. La situación se complicó y no creímos conveniente volver a Ruhengeri, por lo tanto hace cinco días que estoy en Kigali.
Hubo varios incidentes menores durante todo el día martes 22 de febrero y hubieron ocho muertos.

Además de todo eso tuvimos un camarada uruguayo herido en un incidente. Fue el Capitán T. Cooper y según sus relatos ocurrió más o menos así: Estaban escoltando personalidades del RPF desde Kigali hasta Mulindi, su capital, y cuando llegaban a Kigali de vuelta, se toparon con un bloqueo de ruta. En la escolta venía un vehículo belga con soldados armados, el vehículo de los Observadores Militares, manejado por el Cap. Cooper, y una camioneta con soldados del RPF. La primer barrera que encontraron fue removida por los soldados belgas. Al llegar a la segunda barrera, el Sargento belga pidió órdenes a su comando y le comunicaron que removiera los obstáculos y que continuara la marcha. Luego encontraron una tercera barrera, y mientras la removían, alguien apedreó a los soldados belgas, y éstos hicieron un disparo intimidatorio. Enseguida los RPF se tiraron hacia ambos lados del camino y asaltaron las casas cercanas. El Cap. Cooper con su vehículo intentó salir del tiroteo y fue chocado desde atrás por el vehículo del RPF lo cual impidió su movimiento. Entonces, sacó la llave de la camioneta, tomó el chaleco antibalas y corrió rumbo al jeep belga junto con el otro Observador, un Mayor de Congo. Subieron al jeep y desde allí iniciaron una retirada hacia Byumba. En esos momento explotó una granada y algunas esquirlas lo hirieron. Tuvo heridas alrededor del ojo derecho, pero no fue nada grave. Está ahora internado en Hospital de NN.UU. administrado por un batallón sanitario de Bangladesh, y no necesitaría ninguna operación.

Hace un rato llegó un fax desde Uruguay, del Comando General del Ejército, pidiendo información para un Comunicado de Prensa sobre estos hechos...

Hoy por segunda vez en esta semana, fracasó la entrega del gobierno y quedó para mañana. Hay toque de queda y los comercios no abren desde el lunes. Si no se resuelve el tema del gobierno transitorio, en estos días, creo que habrán nuevos incidentes, posiblemente más graves. Además mientras no cambie la situación, no podemos retornar a Ruhengeri, pues todas las carreteras en torno a Kigali están bloqueadas, es como si estuviéramos sitiados. Me preocupa el hecho de que ando solo con la ropa puesta, una mochila y 100 dólares que no dan para nada. Todo mi equipo, incluso el pasaporte están en Ruhengeri.

©Mayor Waldemar Fontes

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