El Sol y la Luna

 
—Para llegar al sol se demoran como 80 años y eso que uno va a 200 kilómetros por hora; y uno, si se pone a ir, se aburre, y a lo mejor, si va solo, no tiene con quién hablar, ni con quién jugar a la baraja, y si mira para abajo, capaz que se almarea y se desmaya.

—Yo tengo un tío que siempre dice que se casó por culpa de la luna, y ahora la tengo que aguantar a ésta.

—El sol es muy grande y tiene muchos rayos alrededor. Cuando sale, tenemos luz. El sol alumbra de día. Yo nunca vi salir al sol de noche. El sol tiene más luz que la luna porque de día podemos jugar a la pelota y de noche, no.

—Si no fuera por el sol, no habría sombra para descansar cuando hace calor.

—De noche, la luna es muy clarita, y va caminando y dando vueltas, y tiene 7 chivas. A mí me gusta mirar la luna todas las noches.

—El sol es un astro poderosísimo, eso se puede comprobar porque si nosotros tenemos calor en la tierra, qué no será si tomamos un avión y subimos 10 o 20 kilómetros.

—La tierra es un poroto al lado del sol.

—A la luna no se puede llegar porque uno está acostumbrado a estar en el aire de Montevideo, y cuando llega a la luna, explota como un globo porque el aire allí es más débil.

—Yo no podría vivir nunca en la luna porque el aire de aquí es más fuerte que el de allá, y si uno va, se le inflan todas las venas y revienta y se hace mil pedazos.

—Cuando el sol sale parece una papa.

—El sol le da fuerza a la luna para que nos alumbre la tierra de noche. Si no hubiera sol, la tierra tendría que ser alumbrada con bombitas.

—A la luna nadie puede llegar y si llega no puede vivir, porque allá arriba hay otra clase de mofera. Y si uno se mete dentro de esa mofera, revienta en seguida.

—La luna sigue a la tierra como un cachorro a su dueño.

—Yo digo que si quisiéramos ir al sol tendrían que ir algunos sabios con chiquilines de 10 a 12 años, como nosotros. Entonces los sabios les van enseñando dónde tienen que ponerse cuando lleguen al sol, cómo tienen que hacer la casa, y el idioma que tienen que hablar allá, y eso; entonces cuando lleguen, los niños ya son hombres sabios, de tanto oír a los otros, y los sabios ya se murieron, y entonces cuando llegan, los entierran en el sol.

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