Los loros y las cotorras

 

A los loros les tengo mucha rabia. Yo sé que el mejor veneno para estos bichos es el perejil.

 

Mi mamá antes tenía una cotorrita muy linda. Ya sabía hablar un poco y la pusimos en la jaula de un pajarito que se había escapado. Y mi papá al ver que era muy chica la jaula empezó a hacer otra mas linda, después la pinto de color rojo el techo y verde al costado. A los pocos días la cotorra muere de golpe. Yo le hice un foso hondo de medio metro y con mármol que había en casa le hice como una habitación de cuatro paredes y después la enterré despacio. Esa fue la única cotorra que yo conocí.

 

Y lo más raro es que hablan. En una casa donde yo trabajaba de peón compraron una cotorra en la feria. El señor le enseño que le diera la patita y todas las mañanas cuando se levantaba golpeaba en la puerta y la cotorra decía: - Quien es?. Le corto las alas para que no volara. Un día se olvidaron y la dejaron suelta y la cotorra se escapó por un agujero y se fue para un árbol de la casa. Después el gato de la casa la agarró y la mató.

 

Cerca de mi casa hay una señora brasilera que tiene un loro verde con unas plumas divinas que se llama Deyanira. El otro día la señora le quería enseñar unas palabras brasileras y mi vecino le dijo que no lo apurara que a gatas sabia decir "dame la patita".

 

Tiene la mala costumbre que todo lo que usted dice o hace, el loro también lo dice o hace.

 

La cotorra que había en mi casa se llamaba Juanita. Era muy buena y cuando yo llegaba de la escuela, ella me decía: -"¡A tomar la leche Julio!".-

 

A mi no me gusta tener loros porque son sucios y cagan por todos lados. Me gusta tener un loro paraguayo que es grande y ya nacen hablando.

 

Cuando yo me levanto de mañana ella me dice: -"¡Buen día Pocho!", y dice todos los nombres de mi casa. Come pan mojado con azúcar, pero si usted le da perejil, se muere.

 

Yo tuve una cotorra que decía: -¡La patita para papá!. - ¡Que rica es la sopa!.-

-Te gusta la papa?.- ¡Buen día papa!.- Como te va?.- ¡La patita para la Coca!.

Esa lora era muy charlatana y mal enseñada. Los loros son muy sinvergüenzas porque repiten lo que oyen y son alcahuetes y chismosos.

 

La cotorra lo único que sabe es chillar y pegar gritos. Pero el loro no. Lo único que tiene es que pronuncia regular las palabras.

 

Yo tengo una cotorra en casa que se llama Coca y es muy traviesa. Cuando nos ve, abre la jaula con su pico y se escapa. En la casa de mi tía también hay una cotorra que habla muchos disparates y dice muchas malas palabras, y cuando yo estaba en la casa de mi tía ella me llamaba y se enojaba porque yo no me quería levantar para ir a la escuela, empezaba a rabiar y me putiaba, y yo le contestaba y ella me decía lo mismo y yo también empezaba a rabiar.

 

Las cotorras son muy atrevidas. Un día una me dijo una mala palabra y yo le dije una putiada y ella me dijo otra vez lo mismo, y yo le largue una piedra, y la mate y salí disparando porque me vieron que mate al loro. Y los dueños fueron a chillar a mi casa.

 

Los loros le dicen "Chau" a la gente que se para al lado.

 

El maestro nos puso una redacción sobre los loros y las cotorras. Pero en esta clase también hay gente lora.

 

Algunos loros sigun como lo enseñe, es el loro que uno tiene.

 

En una casa donde yo hago mandados hay una cotorra que habla como una persona y se le entiende todo clarito. Los loros piden besitos y buscan los piojitos a los gatos. El color es verde con una cola un poco larga. Algunos son verdes y blancos. Hay gente que se encariña tanto que cuando los loros se mueren lloran.

 

Cuando uno los enseña a hablar desde chicos aprenden perfectamente. Hay muchas clases de loros que cuando aprenden a hablar después cuesta mucho hacerlos callar la boca.

 

Cuando son mal enseñados es asunto muy serio porque relajan a cualquiera y no les importa nada; los que pasan vergüenza después son los dueños.

 

Frente a mi casa hay una cotorra que cuando ve a alguno golpeando cualquier cosa, ella empieza a gritar: -"¡Mamá, hay gente!".

 

Yo tenia un loro que le enseñe a decir: -"¡Nery, viene gente!". Y allí en mi casa no entraba nadie, porque si nosotros estábamos durmiendo él empezaba a gritar a todo lo que daba y armaba un relajo muy grande, y entonces uno se despertaba y se tenía que levantar, porque si no, no dejaba dormir. Y el hombre que entraba a robar se tenía que ir porque el loro lo descubría.

 

Yo, cuando mi mama me dijo un día: -"Rodolfo, vamos para afuera a cazar loros", yo me acorde de don Méndez que es el que cazó mas loros en la ciudad. Entonces dije: -"Bueno, vamos a cazar". Y casé un loro y lo comí asado, y después hice una composición titulada "Loros y cotorras". Y la composición decía que el loro gritaba: - "¡Ay, soltame que viene la cotorra y me ve y yo no puedo cazar con ella. En ese momento llegó la cotorra y dijo: "Así que esas teníamos?".

 

Yo vi una vez una anciana que llevaba un loro guardado en una jaula y tocaba una canción. El loro aparecía cuando la anciana decía: -¡Sal Juancito! Y el loro salía, sacaba una cosita de una caja se la daba a una persona y entonces la anciana tiraba la manga.

 

Una vez un loro del barrio se escapo de la jaula y se fue a un eucalipto, y subieron a buscarlo. El loro gritaba y daba picotazos y picaba. Pero el hombre lo agarró y le dieron 50 centésimos.

 

La cotorra es un animal que no sirve para nada, y se pasa gritando de la mañana a la tarde, o de noche. Yo le tengo rabia al animal ese, y a varios mas. Por ejemplo, el hornero es un trabajador, y yo no le tengo rabia porque es trabajador como yo. Las pasulas comen todo lo que encuentran. Yo soy malo con las pasulas.

 

La cotorra pica muy fuerte. Donde pica saca el pedazo. La que hay al lado de mi casa habla mucho, y dice, un suponer: -"Que rica papa. Queres papa?. Que rico beso!. Lo que?. Loro lindo!. Hay gente?. No seas loco!. Quiero papa!. Dejame!". Y todos los vecinos están cansados.

 

El loro tiene buenos modales para expresarse. Habla y dice todo lo que le enseñan.

 

Cerca de mi casa hay un milico que todos los sábados empeda el loro con pan y vino, y después empieza a enseñarle a hablar y a decir pavadas.

 

Una vez estaba la cotorra arriba de la cama y mi mama agarro el acolchado y lo dobló y lo puso en el ropero. Después estuvimos todo el día buscando la cotorra, que los vecinos decían que nos dejaramos de molestar, y cuando era de noche mi mama fue a sacar el acolchado y la cotorra salió hablando a todo lo que daba.

 

Los loros son feos y asquerosos pero son divertidos, porque una familia que yo conozco le enseñaron al loro a decir "no hay nadie" para que se fueran los cobradores.

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