La lectura: ¿pasión o necesidad? 
Magister Nair Ferreyra de Aparicio.
URUGUAY

Ubicación del lector en la era del conocimiento.

En estos primeros años del s. XXI, en la era del conocimiento, lo que más necesitamos los seres humanos es comunicarnos, pero contradictoriamente, cuanto más personas se encuentran conectadas por los variados medios de comunicación, más incomunicación existe.

Se crearon en el mundo millones de cuentas de correo electrónico, nacido para vincularse en emergencias a través de mensajes, pero quizás, sea este medio una de las  causas de la incomunicación.

La incomunicación se da además, por la falta de tiempo de padres que delegan la formación de sus hijos a las escuelas, niñeras, profesores privados, juegos de computadora, a la computadora misma y a la televisión.

Existe en esta era, la falta de tiempo para la intimidad emocional y creativa  en las parejas, y en las familias, han desaparecido los espacios de encuentro para establecer un buen vínculo.

Esta aseveración se basa en el relevamiento de las horas de trabajo que los padres se exigen para alcanzar logros utilitarios, olvidándose por ello de vivir plenamente y en armonía con los demás y consigo mismo.

Al decir del psicoeconomista español Alex Rovira[1], consultado acerca de esas conductas expresó: “la vida ya la tienes ganada, ahora dale sentido” o, el último día te oirás decir: “Sí, me gané la vida, pero no la viví”.

Hoy, la sociedad toda, no alienta a pensar, conversar, detenerse a “perder tiempo” en actividades sin valor comercial.

Las últimas encuestas del mes de diciembre pasado, dadas a conocer por el semanario británico The Economist, aseveraban que aun cuando la economía mundial ha crecido, los índices de satisfacción de felicidad de las personas no alcanzan los mismos valores.

Estas reflexiones nos guían a la postura de la posición humanística del psicoterapeuta ruso-estadounidense, Abraham Maslow [2] nacido en Nueva York en 1908. Sus investigaciones  plantean una  teoría a favor de la psicología humanística.

La teoría desarrolla la idea de una pirámide donde coloca en orden ascendente, las necesidades según las prioridades del ser humano. En la base, se encuentran las   fisiológicas, tales como  los alimentos, el  agua, el aire y el abrigo; en la cúspide las de autorrealización, cuando se logra el cumplimiento de las potencialidades más profundas del ser. Entre ellas coloca las relacionadas con la autoestima y aceptación, como el amor, el afecto y la pertenencia.

Cubiertas las necesidades de cada estadio, siempre ascendiendo desde la base, el individuo comienza a emplear su energía en las otras, en forma progresiva.

Desde nuestro punto de vista será el libro el vínculo imprescindible para  ascender los escalones de esa pirámide y alcanzar una forma de vida acorde a los movimientos y cambios de la sociedad, alcanzando la autorrealización.

¿Dónde ponemos el foco de la lectura los responsables de estos cambios?

Las instituciones educativas están actualmente muy involucradas en las nuevas tecnologías que poseen una proyección  mucho más rápida que la del libro impreso.

Pero no debe olvidarse que la gran revolución en la enseñanza y la superación del individuo, tuvo siempre, en su centro, en todas las civilizaciones, al libro impreso como  hilo conductor del saber.

Nuestro proyecto para alcanzar los objetivos de superación es promover en niños y adolescentes, la motivación por la lectura para aprender, disfrutar de otros saberes y disciplinas, para que cada uno de nuestros orientados se convierta en su propio instructor. Ya no es suficiente el concepto tradicional de alfabetización, todo el sistema debe abrirse a las nuevas ideas de la sociedad del saber, que exige no solo la adquisición de las destrezas fundamentales, sino el que cada individuo  logre confianza en sí mismo para ser competente y capaz de  desempeñar con éxito las tareas que le correspondan en esta época de avanzada que exige leer de por vida para acompañar los pasos y avances de la sociedad.

Para estos retos, el buen uso del libro será el recurso clave que llevará a la persona a una autorrealización positiva.

Los que trabajamos en educación sabemos que dependerá de la capacidad del docente el orientar a los jóvenes en la búsqueda de su realización, para alcanzar los niveles superiores de la pirámide, mediante la propia motivación y  lecturas.

Por eso hoy, más que nunca es importante pensar en qué es leer.

La lectura constituye un proceso activo de reconstrucción del significado del lenguaje, presentado por símbolos gráficos.

Según este concepto, la lectura supone descifrar unos signos y abstraer de ellos un pensamiento, por eso el lector requiere una elaboración mental de análisis y síntesis.

El dominio de la lectura significa la adquisición del proceso mencionado y se vincula a la totalidad de la vida cultural del lector. A nivel de una población de adolescentes de doce a catorce años, este dominio pasa a ser un importante medio de información, trabajo, instrucción, recreación y necesidad.

En el momento actual, el programa de lectura no puede limitarse a desarrollar las técnicas básicas e interpretación de los signos escritos. Si se pretende lograr una real y efectiva comunicación lector-autor-conocimiento, se debe estimular al joven a buscar la información que amplíe sus intereses y le permita elegir sus lecturas, para desarrollar su capacidad crítica frente a la propaganda.         

Brunett, J.J.(1982) dice al respecto:[3]

“Leer un libro supone una actitud de receptividad, interés activo, diálogo y crítica. Y esa actitud se desarrolla a través de procesos intelectuales en virtud de los cuales el lector reconoce palabras, entiende las ideas, el mensaje del autor, su pensamiento, elabora el pensamiento del autor contrastándolo con el suyo propio, evalúa lo leído, lo acepta, lo rechaza, lo matiza a partir de su propio pensamiento…”      

Dentro del concepto general de lectura presentado, se hará hincapié en la lectura por placer, como primer objetivo, porque refuerza las destrezas del alumno como lector independiente y tiene efecto retroalimentador en las operaciones cognoscitivas, lingüísticas y afectivas, vinculadas estrechamente con el desarrollo global de la capacidad lectora.

El adolescente lector: una experiencia personal de trabajo en el aula.

Los desafíos de la sociedad frente a los avances de la humanidad y las necesidades a las que se enfrentan los adolescentes, nos  llevaron a plantear una experiencia en la institución educativa privada donde trabajamos en el área de la lengua materna.

No es fácil alentar a los jóvenes a leer con pasión, buscando placer y respuestas a sus necesidades en los libros, pero nada es imposible cuando se trata de profundizar en un universo literario tan amplio que tiene sus comienzos en las primeras manifestaciones de la vida humana.

El hombre buscó la comunicación a través de historias reales o creadas, para cumplir con una misión estética o educativa. Porque creyó en ellas, puso en esas primeras manifestaciones literarias todo lo que veía y sentía útil para las generaciones futuras.

El proyecto de trabajo no trata de plantear las mejores estrategias, sino de utilizar las más adecuadas para desarrollar a través de la motivación,  la necesidad de la lectura en los jóvenes.

La alfabetización progresa en todos los niveles de la población, es la época de las leyes de escolaridad, los educadores se convierten en pioneros de elevados ideales para el hombre y el niño, en el área de la lectura. Es un período importante para la reflexión pedagógica, que reconoce  al libro como la herramienta imprescindible en la formación de los jóvenes.

A pesar de estas afirmaciones, un concepto se plantea en todos los ámbitos educativos: “los jóvenes no leen” en la actualidad.

Ante este planteamiento fue necesario investigar en la población cercana, en qué medida se corresponde esta afirmación con la realidad.

Podemos afirmar a priori que sí se lee, en el caso de información general, en soportes diferentes al libro, como el monitor de la computadora, la comunicación con sus pares a través de mensajes de texto, o, el material que se les ofrece en las áreas de estudio.

La necesidad de lectura en los jóvenes puede aparecer o no, casi siempre independiente de factores ambientales, sociales, pero cuanto más temprano se obtenga, mayor posibilidad  habrá de formar a los potenciales lectores.

El hecho lector es individual, reflexivo, por lo tanto para lograr el verdadero lector y para llegar a él, se debe ofrecer un aprendizaje constante y motivador.

El gusto por la lectura es un aprendizaje lento, placentero  o no, dependiendo muchas veces de quienes la promocionan. Siempre que se presente con una dosis de pasión en el trabajo, de convencimiento, se encontrarán los resultados positivos en todas las áreas del quehacer de los involucrados.

Para resumir la postura que la lectura tiene en el sistema educativo de cualquier país, es importante tomar como guía uno de los objetivos del decreto del Currículo de Primaria Español de la Consejería de Educación de Cantabria: “utilizar la lectura como fuente de placer, de descubrimiento de otros entornos, de fantasía y de saber, todo lo cual contribuye a su vez a conservar y mejorar la competencia comunicativa.” [4]

Ante esta situación real los docentes nos sentimos responsables frente a los factores que colaboran al deterioro de la comunicación autor-lector y consideramos los siguientes puntos:

v      Métodos pedagógicos que no acompañan las expectativas de los alumnos;

v      Programas de lectura alejados de la realidad que no se involucran con los jóvenes;

v      Medios de comunicación muy valiosos pero que en alguna medida pueden marginar la palabra oral y escrita;

v      Grupo adulto no lector en una sociedad que desvaloriza el tiempo compartido para pensar, que repite ideas y expresiones “hechas” que convergen en el factor desencadenante de una generación de oyentes sin poder crítico.

Estos planteamientos indican que la inclinación a la lectura comienza en el hogar, pero sabemos que nos corresponde a los docentes y a la institución educativa, convertir el esfuerzo en un proyecto que involucre a todos.

Del estudio de los resultados de las investigaciones realizadas en la institución privada donde se realiza la experiencia, se diseña el proyecto para poner en práctica en un grupo testigo, un taller de lectura.

El concepto de taller en la experiencia personal.

A la experiencia de lectura se le denomina taller en este caso, como sinónimo de laboratorio, vocablo del que se toma su acepción de “oficina o taller donde se hacen trabajos de índole técnica o investigación científica”.

A la hora del taller se la considera como un trabajo técnico y de investigación, en cuanto los alumnos tienen la oportunidad de investigar individualmente en el área seleccionada: sea literatura, en las últimas conquistas científicas o en actividades técnicas que modifiquen las formas de vida. Se actuará siempre a ritmo personal, con el tiempo ideal y apropiado para cada integrante del grupo.

En el taller, la formación del alumno se da en una reflexión individual y grupal, que se constata a posteriori en la expresión oral y en el desarrollo general de su pensamiento, cuando revela un proceso de superación y calidad, en la devolución de informaciones solicitadas en las horas curriculares.

El taller no enseña qué hay que decir sino cómo decirlo a través de la lectura, de la integración de nuevos elementos del lenguaje, que se suman en forma natural y fluida surgiendo de lo más profundo y auténtico del lector sin aparecer como elementos foráneos. Como en cualquier otra actividad, cada taller marca su propia dinámica y quizás se puede decir que existen tantos métodos de trabajo como talleres, todos con  elementos básicos comunes.

Seleccionamos los siguientes:

v      Se fija un día y hora semanal en acuerdo con el grupo.

v      Se integra con el total de alumnos del mismo.

v      No se lo modifica, es heterogéneo, no se seleccionan voluntarios.

v      El ámbito del taller es la propia clase, con una mayor libertad de movimiento de los alumnos en salidas a la biblioteca para la selección de material de lectura.

v       En el grupo existe la figura de un coordinador, el  profesor.

v      El trabajo más importante del coordinador es dedicarse a la lectura, trasmitiendo en forma presencial, su experiencia en el ejercicio de la misma.

v      La buena relación entre el coordinador y el grupo, es fundamental para la creación de un propicio ambiente de trabajo

v      La flexibilidad y apertura a nuevas posibilidades de integración de conocimientos es un elemento atractivo para los participantes.

El proyecto se ubica en el área de lengua materna, en un grupo testigo de adolescentes de 12/ 13 años en un Instituto trilingüe de la zona de Pocitos, barrio de la costa de Montevideo, en el año 1993.

La población comprometida alcanza a todos los clientes del proceso educativo, así como a  la familia, las organizaciones y la sociedad.

Los estudiantes involucrados desarrollan independencia y facilidad para seleccionar sus materiales y definir sus propósitos frente a la lectura, tiene vida propia, no integra el programa de enseñanza de  la lectura que se desarrolla sistemáticamente en todas la tareas que acompañan los manuales de trabajo diario.

Metodología de trabajo:

El taller proporcionará la oportunidad de una lectura independiente y placentera.

Elegirán una lectura completa.

El profesor tendrá su propio material de lectura para la hora acordada, de esta manera todos los integrantes estarán involucrados en la misma tarea, según lo recomendado por Mccracken y Mccraken, 1978, “no ocupar el tiempo de lectura en corregir pruebas, colocar notas, etc.”[5]

En caso que algún integrante del grupo solicite ser escuchado, se lo tomará en forma individual, sin interrumpir o distorsionar el trabajo.

Los alumnos llevarán su propio control de lectura en una planilla elaborada en acuerdo, al comienzo del trabajo.

El profesor realizará un seguimiento de las lecturas de sus alumnos.

Los datos recogidos se utilizarán como punto de partida para una orientación de los integrantes  que lo necesiten.

Conclusiones generales de la experiencia.

Los alumnos manifiestan en los formularios de control propuestos al finalizar la experiencia:

v      Leer más y con mayor interés.

v      Un cambio en sus hábitos de lectura.

v      Mayor disposición en los períodos dedicados a la lectura.

v      Actitud de concentración general en el tiempo dedicado al  trabajo.

v      Concurrencia a la Biblioteca del Instituto o familiar.

v      Modifica su vocabulario e intereses en el intercambio de información con sus compañeros sobre las lecturas realizadas.

Evaluaciones durante el proceso.

Desde su implementación se realizan evaluaciones durante el proceso para promover cambios y/o ajustes necesarios para su continuidad con éxito.

Conclusiones.

La actividad continúa por considerarse a la lectura reflexiva y significativa, base de todas las áreas del trabajo curricular, permitiendo al adolescente utilizarla para  sí mismo y para toda su vida de relación en sociedad.

El rendimiento y la disposición general para integrar nuevos conocimientos por medio de la lectura se acrecienta en los integrantes, como lo demuestran los resultados de las investigaciones realizadas y analizadas.

Se destaca en los alumnos integrantes de esta práctica, una mayor facilidad para lograr la interrelación de los conocimientos y una presentación clara y acorde a las necesidades de los temas estudiados.

Podemos aventurar, que en el mundo del conocimiento al que ingresamos, nada mejor que una apuesta al libro y a la lectura como derecho y placer, capaces de despertar pasión por la lectura reconociendo su necesidad.

En esta tarea los objetivos acompasan los tiempos y plantean a los alumnos diferentes estrategias pedagógicas para lograr los niveles de aceptación a la lectura en la tarea diaria.

Como se indicaba al principio de la intervención, si se pensaba que  leer es identificar letras y reconocer palabras, sabemos hoy, que es un proceso en el que se explora el significado y se integra con conocimientos previos del lector y su mundo emocional.  

Al joven en esta tarea no se  le considera como un sujeto pasivo, sino muy activo en su trabajo lector, por el esfuerzo en la búsqueda por comprender el texto, establecer conexiones y avanzar con inteligencia.

El lector activo procesa la información que lee y la relaciona con  estudios y conocimientos que posee y los revisa.

La lectura, comprensión y adaptación a las propuestas de trabajo los preparan para el cambio y el avance de las nuevas tecnologías.

La motivación que impulsamos en los jóvenes los lleva a una necesidad de lectura y a la búsqueda de información para satisfacer sus intereses y  transformarse en una verdadera pasión.

                                                                                Montevideo, abril de 2007. 

Referencias:

[1] Rovira, Alex: asesor económico, autor de “La brújula interior”. Lanacion.com. 14/I/2007

[2] Stoner, James; Freeman, Edward: “Administración”.P.H.H. 5a.Ed. México 1994.

[3] Brunett Gutiérrez, Juan José. Cómo programar las técnicas de estudio en E.G.B. Madrid, San Pío X, 1982.

[4] Currículo de Educación Primaria. Consejería de Educación.Gobierno de Cantabria. 2007. Pág.23/32

[5] Mcckacken, Robert; Mcckaken, A. The Reading Teacher, Vol. 31, No. 4. Enero 1978. Pág. 406-408

Nair Ferreyra de Aparicio

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