Al estilo de Federico
Delia Esther Fernandez

¡Ay, mira como se dobla
el arbolito pequeño !
El viento lo mece, mece.
El viento lo está meciendo.
Y como dos banderillas
en el morrillo, le han puesto
dos tutores de madera
que lo sostienen derecho.
Para que aprenda de crío
que ha de mirar siempre al cielo.
Que a un árbol que tal se precie
y a un hombre que diga serlo,
no lo doblan las tormentas
ni lo derriban los vientos
ni lo espantan los gigantes.
Que, como aquel caballero,
el hombre debe ser duro
y el árbol debe ser cerno.

Delia Esther Fernández Cabo de Hernández. (Santa Lucía. Canelones)

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