El hombre de los ocios líricos
Juan Estevan Fagettí

Dulce conformidad de la treintena... 
Rostro aniñado y bello, y un silbido 
rondador por las calles siempre solas. 
Tan poca cosa, y ¡qué feliz, Dios mío!

De gorra humilde; mujeriego siempre. 
Todo desgalichado, misterioso. 
Peleador sin rival. Trompo en la danza. 
Danza a la moda con el vals del cosmos.

La vecindad augusta no le arredra 
de la nieve que abisma los collados. 
Nada de nada, al fin. O el premio sólo 
de una luz en el dombo ilimitado.

Flor en la landa; canto entre las ocas.
Paradojal en sumo grado; y sueña
en la verdad más dulce:
en la mala que peca...
por amar demasiado algunos versos.

Juan Estevan Fagetti
El País Cultural Nº 248
5 de agosto de 1994

Ir a página inicio

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Fagetti, Juan Estevan

Ir a mapa del sitio