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 La comodidad nos da, pero también nos quita
Carlos Echinope Arce
echinope@gmail.com 

 

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caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,

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De "Cantares" (este tramo de la letra pertenece a Joan Manuel Serrat)

 

El mundo moderno nos da, si tenemos con qué, toda la comodidad a la que un ser humano puede aspirar. Entre ellas los medios de locomoción que nos ahorran tiempo y esfuerzo, al no caminar. Pero, siempre hay un pero, también nos imposibilita de algunas otras cosas placenteras que señalaré.

En Villa Argentina, departamento de Canelones, Uruguay, está "custodiando" la playa, el águila legendario. Lo señalo porque viene a cuento, aunque no es un lugar que usemos en lo que detallaré.

Por la playa, pasando el águila, de este a oeste, o hacia Montevideo, unos 150 o 200 metros después, es el comienzo, impreciso, de un amplio sector de playa donde nadie se instala. Ocasionalmente transita algún caminante. La razón: ese amplio sector no tiene acceso vehicular. Desde ahí hasta la playa del Fortín de Santa Rosa nadie se

En Villa Argentina, la legendaria "Águila"

instala. No se calcular, pero al menos debe ser un kilómetro y medio de playa desocupada, para algunos ..

Desde el Águila, hacia el Fortín, la playa "solitaria"

Con mi esposa vamos ahí y nos instalamos. En nuestro caso bajamos a la playa Mansa de Atlántida y de ahí emprendemos la caminata por el borde del agua, pero con los pies dentro de la misma, "chapoteando" hasta llegar al destino elegido. En mi caso el tiempo en la playa lo utilizo para estar dentro del agua, la mayor parte. Ya de niño tenía nociones básicas de nado, impartidas por mi padre, buen nadador. Luego, de adolescente, le perdí el miedo a no hacer pie en la "piscina abierta" del Montevideo Rowing .. en la bahía de Montevideo .. no se hacía pie en ningún sector, salvo en tierra firme. Una cosa que encuentro muy grata es hacer la "plancha" o flotar y dejarse llevar sintiendo solo el ruido del mar y mirando el cielo. En ese sector, sin vecinos molestos, es dejarse llevar sin problemas de chocar con nadie o que algún incauto quiera imitarlo sin saber nadar. ¿Porqué es un sector desaprovechado? Por no tener acceso vehicular. Se puede bajar por el costado del águila, hay escalera de madera, o venir del otro lado, del Fortín hacia la mansa.

Cerro San Antonio al fondo de la ciudad de Piriápolis

Un paseo muy recomendable es ir de Punta Fría a Punta Negra, cruzando Punta Colorada, en el departamento de Maldonado, caminando ida y vuelta. Punta Fría comienza poco después del cerro San Antonio, en Piriápolis. Son unos kilómetros de caminata por algunos sectores algo agrestes y donde los caballeros tendremos la oportunidad de demostrar eso mismo, caballerosidad, con nuestra pareja. Hay que vadear algunos cursos de agua, ni muy anchos ni muy profundos, pero algo molestos, más si no se quiere mojar los pies. En esos casos se puede cruzar a nuestra compañera en brazos, evitándole la molestia. Por todo lo expuesto es un paseo que vale la pena, por lo paisajístico y por el hecho de poder demostrar que aún quedamos caballeros. tanto para los visitantes de Piriápolis o Punta del Este es, quizás, un paseo recomendable para variar un poco la rutina.

 

Un paseo común, pero se puede aplicar la variante "incómoda", es la visita al más benévolo de los cerros de Piriápolis y su entorno: el cerro San Antonio.

En auto en pocos minutos se está en la cumbre, pero sugiero no perder las "postales" que nos regala el hecho de utilizar los pies y, ¿porqué no?, la cabeza. En la ladera del cerro que mira al mar hay una escalera de piedra por la cual se puede subir. cada tanto uno se pueda dar vuelta y verá distintas imágenes de la zona, entre ellas del cercano puerto. A tres cuarto camino de la cumbre hay una mesita y bancos de material que nos invitan a descansar y, si fuimos previsores, reponer energías con algún refresco o el tradicional mate, acompañado de algo para entrenar las mandíbulas: bizcochos, refuerzos, lo que sea. Llegado a la cumbre, luego de comprar algún souvenir y estar un rato, se puede bajar por la ruta vehicular, pero a pie.

Otra posibilidad es ir al cerro Pan de Azúcar, visitar la reserva de flora y fauna y, para los espíritus aventureros con físicos que acompañen a ese espíritu, emprender la conquista del cerro. Luego de transpirar un poco se coronará el cerro. Al mirar hacia la ciudad de Pan de Azúcar pensaremos como fuimos tan tontos de escalar por un lugar bastante complicado, ya que del lado de la ciudad parece mucho más sencillo y plano. Gran error, es un poco más fácil pero uno desemboca en chacras privadas y, previo a ellas, hay una tupida vegetación con especies con espinas que cortan como si fueran hojas de afeitar a estrenar.

Al fondo el cerro Pan de Azúcar

Carlos Echinope
echinope@gmail.com

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