El crucificado
Emilio Nuñez Ferreiro

Con mi zurda estoy sosteniendo el brazo izquierdo del chabón este. El “barba” que lo carga de las axilas no aparenta tener fuerzas ni para soplar el shofar[1]y me parece que, en  cualquier momento se le zafa y el finado  se viene al suelo, pues el que lo agarró de las piernas tiene cara de gil y no le noto el ánimo suficiente. Para colmo, calza unos coturnos[2] para aparentar más alto y presiento que va a perder el equilibrio.

La mina que se sostiene del pelado ya se la ve venir, - igual que yo -. A la que está a mi derecha la tengo remanyada, se llama Magdalena y se agarra la cabeza, pues la otra, la que está en el suelo, se acaba de desmayar y creo que se lesionó la cadera. Los que intentan levantarla, parecen abstraídos en otra cosa y todo se asemeja a un cuadro tragicómico, pues al finado nadie le da bola.

Y yo como un mirlo, parado aquí, en esta escalerita enclenque de travesaños finitos, en cuanto se quiebre uno, me mato de un porrazo. Menos mal que lo colgaron bajo y la distancia es poca.

Lo que me gustaría saber es, quién fue el tipo que hizo esta cruz. Es una chambonada. El travesaño es corto y lo tuvieron que crucificar con los brazos encogidos. ¡Pobre flaco, qué azotaina que le dieron!. ¡Y qué garrón se comió con esa corona de espinas, aunque me batieron que se la hizo colocar Pilato[3], irónicamente, coronándolo como el rey de los judíos!. ¿Tanto bardo habrá hecho?

Dentro de todo, el punto tuvo suerte, para que no sufriera, Longinius[4]- un soldado romano que yo lo tengo junado -,le clavó una lanza en el costado derecho, a la altura de las costillas, si no, todavía estaría agonizando. Y lo que digo no es ninguna gilada, yo laburo acá, en este sitio, haciendo esto todos los días y veo cada cosa...

¡Menos mal que soy goy[5], porque a los judíos les están dando como para que tengan!.  Pero hasta que no consiga otro laburo voy a tener que seguir con este, ¿qué voy a hacer?, si no hay nada y eso que salgo a patear todos los días, pero si no sabés latín, no hay caso, nadie te emplea.

El cielo se puso fulero y refrescó de lo lindo. En cuanto termine de bajarlo me rajo hasta la Calle de la Abundancia y me tomo un vaso de vino bien caliente con canela y lo acompaño con un trozo de queso de Cumas y un cacho de pan ázimo.

Al chabón este, parece que lo amasijaron por que se la pasaba chamullando en contra de los romanos, ¡y claro!, el prefecto Poncio Pilato - que no se la banca -, le cortó el rostro y lo hizo crucificar como a un chorro cualquiera. Capaz que era Dios, nomás; aunque mi viejo siempre dice que los pueblos “hacen” dioses cuando los necesitan.

Dicen que hacía milagros. Si es cierto que con un pan y un pescado le dio de morfar a un toco de gente, realmente, hacía más magia que mi señora en mi casa con el denario[6] que me garpan diariamente. También dicen que cruzó el río Jordán a pie, ¡También, no es para menos, con lo caro que cobra el viejo ese del bote!.

¡Menos mal que estamos en tebet[7], casi siempre, a fin de año, me tiran una propina!. Mejor dejo de pensar, apenas sé manejar mis silencios. A lo sumo, mis preguntas.

Y bueno, no será ni el primero ni el último que maten porque molesta a los de arriba. El poder es jodido, ¡brutal! y a la vez tan delicado, porque si nosotros no existiéramos, el poder no tendría razón de existir. Bueno, yo me las pico, de mientras, “lira en bolsa”, a ver si todavía la ligo de rebote.

Notas: 

[1] SHOFAR: Instrumento musical / Cuerno.

[2] COTURNOS: Calzado que actores y mujeres usaban con el fin de parecer más altos.

[3] PILATO: Procurador romano en Judea.

[4] LONGINUS: Soldado de quien se dice, traspasó con una lanza a Jesús.

[5] GOY: No judío.

[6] DENARIO: Primera moneda de plata acuñada por los romanos.

[7] TEBET: Diciembre.

Emilio Núñez Ferreiro
En el año 2001, en el Certamen de Cuento Breve "Santiago Davobe", de la Universidad de Morón, este cuento fue distinguido con el tercer premio

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