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Santiago Montobbio, Els colors del blanc/Los colores del blanco, Barcelona, 2008, por José López Martínez

Santiago Montobbio escribe en Els colors del blanc que “las artes que no son literatura son proyecciones de un silencio expresivo”, que “hay que buscar en todo arte que no sea literatura la frase silenciosa que contiene, o el poema, o la novela o el drama”. Son palabras sobra las que sustenta buena parte de la teoría de este amplio trabajo que dedica al pintor Lluís Ribas, una gran figura del arte español contemporáneo. El volumen en el que se recogen las informaciones y comentarios críticos del autor está escrito en castellano, en catalán y en inglés, enriquecido con una serie de ilustraciones fotográficas de gran calidad, trabajo realizado por Antoni Ferro, en las que se ofrece un amplio panorama de la obra pictórica de Lluís Ribas, en este caso dedicada a la mujer y al mar en su expresión más lúdica y estética.

 

Santiago Montobbio, nacido en Barcelona, licenciado en Derecho y en Filología Hispánica, profesor universitario, es autor de varios libros y premios importantes. Escritor y poeta. Pronto aparecerá un nuevo poemario suyo del que daremos noticia en estas páginas de Mirador. En el libro que estamos comentando leemos cosas tan interesantes como que “el arte no se dirige sólo a nuestra razón, ni está hecho con ella. También por eso no podemos traducirlo en razones, o, si lo hacemos, traicionamos el modo en que se nos da, y hacemos que se pierda su verdadero, profundo, más auténtico sentido”. Y es a través de estas perspectivas desde las que se acerca a la personalidad artística de Lluís Ribas, desde las que intenta y consigue ofrecernos los aspectos esenciales de su obra pictórica.

 

Resulta evidente que Santiago Montobbio conoce a fondo la pintura de Lluís Ribas y las artes plásticas en general, las relaciones entre sí de todas las Bellas Artes, sobre todo cuando se trata de la poesía y la pintura. Nos recuerda en una de sus páginas cómo el poeta catalán Salvador Espriu “afirmaba que la ejecución de un poema era rápida, pero que su gestación podía haber durado años”. Se refiere, claro está, a “una gestación lenta, soterrada, oculta, interior”. A esa maduración introspectiva en la que todo verdadero creador va realizando su obra. Al acercarnos a los cuadros de Lluís Ribas comenta que la luz de su pintura está ligada al Mediterráneo, mar en el que ha nacido, pinta y ha pintado: Sant Cugat del Vallès, Mallorca, y ahora en el cap de Creus.

Las artes plásticas y la literatura. Sobre todo, la poesía. Estos son los elementos que el autor del libro y el pintor van conjugando a lo largo de estas páginas. Todo un gozo para la vista el contemplar las láminas que se nos ofrecen: el mar, la mujer, los desnudos inefables. Se nos recuerda aquí cómo Leonardo da Vinci escribió que “aunque el blanco no era un color, es, sin embargo, capaz de convertirse en recipiente de todo color”. Quiero recordar, a propósito, aquella reunión en la que Juan Ramón Jiménez y Joaquín Sorolla polemizaron sobre el tema. Para el poeta, el blanco no era color, mientras que para el pintor valenciano bien podría ser la esencia de todo un conjunto de colores, coincidiendo con Leonardo da Vinci.

José López Martínez
Mirador de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, Número 19, Madrid, Septiembre 2009

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