Santiago Montobbio, Els colors del blanc/Los colores del blanco, Institut Català de les Indústries Culturals, Barcelona/ Ajuntament de Sant Cugat/ Museu de Sant Cugat/ Sorea, 2008.
Petrarca enseñó cuánto debía la poesía a la pintura en el arte del retrato, y cómo, luego, las exigencias espirituales ponían el resto en la evolución de la representación de lo humano. Hace tan sólo dos meses, con motivo de la exposición Els colors del blanc de Lluís Ribas, que se inauguró en Sant Cugat del Vallès y que viajará a Los Ángeles y Nueva York, el pintor junto al poeta Santiago Montobbio han publicado un libro con el que proseguir la misma enseñanza. En esta magnífica obra, los sentidos se abren paso a través de una auténtica hermandad interdisciplinaria entre el arte poético y el pictórico que convierte la pintura en logos y la poesía en tangible luz y color, capaz de reparar en los múltiples matices del blanco según repose sobre él la muerte, el amor o la maternidad. Con la sutileza que le es propia, Montobbio acompasa la elocuencia de los cuadros de Ribas con unos comentarios líricos a propósito de la belleza, la libertad y el misterio, la música, la soledad, el sueño y la vida que vienen a ser una suerte de poemas en prosa que nos salvan y restituyen. Mientras, la exacta reproducción de los blancos nos revela que es posible encontrar la pureza tras el lienzo cotidiano de nuestro devenir.
