Ana María Shua. Cómo escribir un microrrelato. Madrid: Alba Editorial (Colección “Guías del escritor”), 2017. 152 pp.

Reseña de Gonzalo Jiménez Tapia

Universidad San Pablo-CEU

siimtapia@smail.com

Práctico, novedoso y divertido: así es el libro que nos regala Ana María Shua. Desde el cultivo de la poesía y la novela (Soy paciente, 1980; La fábrica del terror, 1991; Los amores de Laurita, 1984; La muerte como efecto secundario, 1997, y El peso de la tentación, 2007) la escritora argentina ha destacado también en la escritura de narrativa breve y de microrrelato, donde sobresalen títulos como La sueñera (1984), Casa de Geishas, f1992), Botánica del caos (2000), Temporada de fantasmas (2004), Cazadores de letras. Minificción reunida (2009, que reúne los anteriores) y Fenómenos de circo (2011). Una obra que le ha hecho merecedora en 2016 del primer Premio Iberoamericano de Minificción Juan José Arreola.

Siguiendo los pasos del hombre cavernario del mito platónico, Ana María Shua se adentra en la oscuridad de una mina, en la que entre sombras se encuentran ocultas algunas ideas sobre la creación literaria. Advierte al escritor sobre la necesidad de dedicar tiempo hasta encontrar con paciencia y un poco de magia la piedra con veta de diamante, una buena idea, que es preciso pulir.

La escritora argentina se enfrenta a temas muy variados que oscilan desde la definición del microrrelato, hasta la función del título, la cuestión genérica y las fronteras entre los diversos géneros literarios, las designaciones, los antecedentes europeos, el papel de la intertextualidad y la tradición literaria, etc. Con la paciencia de un orfebre revela los rasgos configuradores de este género literario y aconseja de manera certera sobre el proceso creativo de su escritura.

Nos encontramos ante una obra didáctica en la que, de manera minuciosa y amena, afronta la tarea de enseñar con consejos prácticos a cuidar los detalles que precisa la escritura de microrrelatos. Mediante una combinación equilibrada entre la teoría y la práctica, con un estilo sencillo, fresco e ingenioso, Shua aproxima de manera mágica este género literario al lector. Con ductilidad va intercalando la reflexión teórica con la propuesta de ejercicios prácticos de tono muy diferente, que oscilan desde la escritura de una autobiografía hasta escribir un microrrelato con el formato de una receta de cocina, o escribir un texto de tema libre con aproximadamente cien palabras y reducirlo, en fases sucesivas, a cincuenta, cinco palabras, un título, etc. Y cuando ha conseguido motivar al lector, lo invita de manera lúdica a asistir a un pequeño taller literario en el que de manera sostenida se le anima a escribir y a leer mucho, a abandonar la idea durante un tiempo para después volver sobre ella y comprobar si sigue funcionando. Son dos las vetas que se unen en el momento mágico de la escritura: la tradición literaria y la experiencia.

Con la elasticidad que revisten los géneros literarios, ofrece hasta doce definiciones de este género literario, que poéticamente compara con un relámpago o estruendo, que han ofrecido teóricos y críticos literarios y escritores, procedentes de nacionalidades diversas, entre los que se encuentran los españoles Francisca Noguerol, Irene Andres-Suárez y Fernando Valls; el mexicano Lauro Zavala y la venezolana Violeta Rojo; los argentinos Raúl Brasca, David Lagmanovich, Clara Obligado y Andrés Neuman; los chilenos Pía Barros y Diego Muñoz Valenzuela, entre otros.

Mientras transmite su experiencia personal, recomienda algunos escritores, cuyas obras merecen la pena ser leídas para comprender el género, entre los que menciona a Franz Kafka, Max Aub, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Jean Cocteau, Juan José Arreola, Fredric Brown, Italo Calvino, Julio Torri, Ramón Gómez de la Serna, etc.; y también aconseja visitar distintos sitios de Internet, que han tenido especial relevancia en la difusión de este género que se adapta a la pantalla. Insta a la difusión y creación de microrrelatos en redes sociales como Facebook y Twitter, donde la limitación de los caracteres en un buen ejercicio, que obliga al escritor a ajustarse a un marco espacial. Aunque dice que se puede escribir de cualquier cosa, no se debe olvidar la calidad de lo que se escribe, por lo que hace referencia a la norma clásica de creación: escribir es reescribir. La escritura de este género, aparentemente sencilla, obliga al escritor a trabajar la elipsis, los silencios textuales, el humor o la brevedad y a proceder con exigencia absoluta y precisión extrema en el uso del lenguaje y de los títulos.

Ana María Shua consagra varios capítulos tanto a los orígenes como al desarrollo del género en España, Europa y Latino América; al papel que han desempeñado revistas como El Cuento, que dirigió Edmundo Valadés; las antologías del género, como Cuentos breves y extraordinarios (1955), de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares; los escritores, como José Emilio Pacheco, quien utilizó por vez primera el término microrrelato en 1977, y los críticos académicos, como Dolores Koch; los concursos, etc.

Aunque precisa que el microrrelato se presta al realismo, no faltan reflexiones sobre cómo se muestra proclive a lo fantástico, como muestra la presencia que desempeñan los bestiarios, la rebelión de los objetos inanimados, los escenarios imaginarios, o los sueños. En sus últimas páginas dedica un espacio a los errores más frecuentes en los que se puede incurrir a la hora de escribir un microrrelato y da pistas sobre cómo se corrigen los errores. Si el estudiante ha sido aplicado, la autora le invita a revisar los textos que ha realizado durante la lectura de la obra y, con cierta fe en sus pupilos, informa sobre cómo se puede escribir un libro de microrrelatos. Ofrece un decálogo de consejos, entre los que me gustaría destacar uno, el número dos, en el que recomienda trabajar con los conocimientos de lector. Asombra todavía más la genialidad de Ana María Shua cuando invita a traducir jeroglíficos egipcios. Y su último apartado es maravilloso, si bien no queremos desvelar más.

Cómo escribir un microrrelato está concebido como un manual creativo novedoso e interesante, que sigue los modelos de aprendizaje de cualquier idioma o género literario. El teclado de la fotografía que figura en la portada presagia la dimensión digital del género. Es una lectura recomendable tanto para los especialistas del género, pues quedarán maravillados con el estilo y formato, como para los noveles, porque hará que se inicien de forma divertida, fantástica y motivadora en el microrrelato.

 

Reseña de Gonzalo Jiménez Tapia

Universidad San Pablo-CEU

siimtapia@smail.com

 

Publicado, originalmente, en: Microtextualidades - Revista Internacional de microrrelato y minificción Número 3 pp. 174-176
Editada por la Universidad San Pablo CEU

Link del texto: https://revistas.uspceu.com/index.php/microtextualidades/article/view/108

 

Ver, además:
Ana María Shua en Letras Uruguay

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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