Quo Vadis, Aida?, de Jasmila Žbanic

por Francisco José García Lozano

Facultad de Teología de Granada

E-mail: fgarcial@uloyola.es

 

El 11 de julio de 1995, más de 8.000 hombres y niños musulmanes bosnios fueron asesinados en Srebrenica por las fuerzas serbias en una zona que, en principio, estaba bajo la protección de un destacamento holandés de las Naciones Unidas. Uno de los episodios más sangrientos de la Guerra de los Balcanes que devolvía a Europa imágenes que se creían del pasado y que la directora Jasmila Žbanić (Sarajevo, Bosnia Herzegovina, 1974) lleva a la pantalla "obligada”, cuenta. "Tras esperar a que alguien más hablara de ello, he tenido que hacerlo yo. Por los centenares, miles de historias individuales, pero también porque tengo la sensación de que no aprendemos. Que hoy volveríamos a repetir los mismos errores”.

Durante unos años, a mediados de los 90 y principios del siglo XXI, proliferaron las películas sobre la Guerra de los Balcanes, un conflicto bélico al que ahora muchos historiadores prefieren referirse como las Guerras Yugoslavas y que tuvieron lugar entre 1991 y 2001 para vergüenza de la ONU, de la Unión Europea y de todas las sociedades civilizadas que prefirieron mirar hacia otro lado, no ya ante la guerra en sí, sino ante todas las atrocidades cometidas por el ejército vencedor incluyendo violaciones masivas de mujeres y matanzas indiscriminadas de civiles. Casi todas aquellas películas eran fantásticas: Antes de la lluvia (Milcho Manchevski, 1994), Underground (Emir Kusturica, 1995) en la que se ocupaba de todas las guerras yugoslavas desde la II Guerra Mundial, la poética La mirada de Ulises (Theo Angelopoulos, 1995), la oscarizada En tierra de nadie (Danis Tanovic, 2001), Bienvenidos a Sarajevo (Michael Winterbottom, 1997) o Las flores de Harrison (Elie Chouraqui, 2000).

La obra deŽbanić gira por completo alrededor del conflicto que le marcó cuando era una adolescente. En su anterior película, el documental One day in Sarajevo (2015), la realizadora intentó dar explicaciones plausibles a una de las primeras tragedias balcánicas, la que desencadenó la primera guerra mundial: el asesinato del heredero al trono del imperio austro-húngaro. Ya en su primer largo, la magnífica Grbavica (El secreto de Esma, 2006), ganadora del Oso de Oro, nos introducía en dicho universo, y ahora en Quo Vadis, Aida?, la realizadora parte de manera explícita de ese Quo Vadis, Domine, que según la tradición preguntó San Pedro a un Jesucristo reaparecido durante el reinado de Nerón que, señala, "remarca la virtud de unas personas, las madres y mujeres de Srebrenica, que a pesar de haber perdido a todos los hombres de sus familias no buscan venganza sino la verdad y la justicia". Si El secreto de Esma reflejaba el dolor femenino respecto a su propia tragedia, Quo Vadis, Aida?, rescata la tragedia masculina a través de la mirada femenina.

Para contar esta brutal ignominia, Žbanić, en su doble condición de guionista y directora, parte de una historia particular, la de la Aida que figura en el título del film, una profesora de la zona, reconvertida en traductora al servicio de los cascos azules de la ONU, interpretada por la actriz serbia Jasna Duricic en uno de los más impresionantes trabajos interpretativos vistos en mucho tiempo. Aida es el eje central (argumental y visual) sobre el que pivota toda la película. Sobre su rostro se dibujan el miedo, la angustia, el coraje, la esperanza y la desolación de una mujer, una esposa, una madre que, por encima de todo, quiere salvar a su marido y sus hijos (varones ambos).

El guion se desentiende de lo estrictamente bélico para situarnos, una vez que el ejército serbio ha entrado en Srebrenica, en lo que se cuece en ese hervidero de gente recluida en una especie de campo de refugiados a la espera de destino. Los parabienes y las cínicas promesas de magnanimidad del ejército serbio son el primer ingrediente de un caldo de cultivo que Žbanić irá cocinando con sutileza, sin ejercer una denuncia explícita, pero dejando a la vista las vergüenzas de la negligente inoperancia de los cascos azules holandeses que ni quisieron ni supieron ver lo que en ese caldo se estaba cociendo.

Entre las innumerables virtudes de este film tajante en el fondo y coherente en la forma figura la inteligencia con la que su directora sortea todos los riesgos de maniqueísmo o exhibicionismo en los que podía haber caído de haber cedido a la tentación de la grandilocuencia. Los primeros planos nos acercan a los personajes, obligándonos a ponerles nombre y cara a cada uno de ellos hasta mostrarnos a Aida y su punto de vista, que se encuentra en todo momento en la zona segura. Su utilización del fuera de campo para todo lo cruento convierte lo implícito del relato en explícito en la imaginación del espectador, de forma que resulta todavía mucho más duro que si asistiéramos a las habituales secuencias que buscan el morbo y la espectacularidad. El film finaliza con un doble epílogo, años después, con el que Žbanić deja testimonio de la pervivencia del dolor, de la pérdida y las heridas sin cicatrizar deslizando su cámara hacia la infancia como única esperanza posible.

En otro plano argumental, la autora juega con los medios de comunicación públicos y cómo estos sirven a los intereses de los contendientes. Destaca la crítica del uso realizado por el mando dictatorial, al contrastar su discurso con la ciudad en ruinas. Se servirá del soldado holandés para introducir los valores humanos, que servirá de contrapunto a los yugoslavos, estableciendo un delicado juego ético con el espectador. El punto álgido de esta idea argumental se muestra al no verbalizar la palabra "serbio" frente a sus cámaras y de forma física derribando sus banderas.

El papel jugado por los medios de comunicación, principalmente la cobertura del Ejército de la República Srpska (VRS), compuesto casi exclusivamente por reclutas y oficiales serbios de Bosnia-Herzegovina, es el mejor ejemplo de la dicotomía que manejan los medios de información cuando hay vidas humanas en juego.

El filme de Jasmina Žbanić es un duro retrato de un pasado histórico doloroso para Bosnia, sus habitantes y el mundo. De hecho, como ha señalado la directora, "al día de hoy faltan mil cuerpos por encontrar", por lo que se trata de un "trauma muy presente" en la sociedad en la que vive y para ella misma. Una narración directa, sin contemplaciones y evitando cualquier artificio sentimental para denunciar unos hechos que de tan lamentables parecen casi irreales, la absurdidad de las guerras a través de la derrota de la humanidad en forma de genocidio. Aunque finalmente el Oscar a la Mejor película internacional se lo llevó Otra ronda (Thomas Vinterberg, 2020), Jasmila Žbanić puede presumir de haber dirigido una de las mejores películas de la temporada y de obligado visionado. Un film que vuelve a demostrar la enorme capacidad del cine como herramienta pedagógica y su valor en relación a la memoria histórica.

Título en V.O:

Quo Vadis, Aida?

Directora: Jasmila Žbanić. Año: 2020.

País: Bosnia y Herzegovina. Guion: Jasmila Žbanić. Duración: 104 m.

Reparto: Jasna Djuricic, Izudin Bajrovic, Boris Ler, Dino Bajrovic, Boris Isakovic, Johan Heldenbergh, Raymond Thiry, Emir Hadzihafizbegovic, Joes Brauers, Reinout Bussemaker, Teun Luijkx, Ermin Sijamija, Alban Ukaj. Género: Drama. Bélico. Guerra de los Balcanes. Años 90.

Web oficial: http://www.vercine.org/

ficha/e/253/0/472/quvadis,-aida.html

Trailer de Quo Vadis, Aida? subtitulado en español (HD)

Trailer de Quo Vadis, Aida?, por Jasmila Žbanić. Más información en http://www.cinemaldito.com

Traducido

Para recaudar fondos

14 sept 2020

Jasmila Žbanić en conversación con TIFF antes del estreno de QUO VADIS, AIDA? en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2020. Lo último de Žbanić cuenta la historia real de una traductora que intenta salvar la vida de su esposo e hijos durante el genocidio de Bosnia. El 45° Festival Internacional de Cine de Toronto se realizará del 10 al 19 de septiembre de 2020. Para obtener más información, visite http://tiff.net.

 

por Francisco José García Lozano

Facultad de Teología de Granada

E-mail: fgarcial@uloyola.es

 

Publicado, originalmente, en: Razón y Fe, t. 284, n° 1452, pp. 97-100, ISSN 0034-0235

Razón y Fe forma parte de la Cátedra Hana y Francisco Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión de (ICAI-Comillas). A partir del año 2023, es una revista académica cuatrimestral.

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