Gonzalo Torrente Ballester

como un escritor magicorrealista

Ensayo de Wojciech Charchalis

Universidad Adam Mickiewicz, Poznañ (Polonia)

1. Estudiando la vasta obra crítica sobre el realismo mágico llegamos a la conclusión que el realismo mágico no se limita sólo al continente americano y que también en España — a pesar del convencimiento de muchos críticos de que este país es tradicionalmente "realista" — se pueden encontrar cuentos y novelas de esta poética. A nuestro parecer, como mágicorrealistas o parcialmente mágicorrealistas se pueden considerar las siguientes novelas de G. Torrente Ballester: La saga / fuga de J.B., Quizá nos lleve el viento al infinito, La rosa de los vientos, Fragmentos de Apocalipsis, La isla de los jacintos cortados. Aunque el autor mismo frecuentemente ha subrayado que no tiene nada que ver con el realismo mágico, ya que la base de sus fantasías se debe buscar más bien en Cervantes que en G. García Márquez, nosotros llegamos a la conclusión, para muchos críticos absurda, de que Gonzalo Torrente Ballester es un escritor mágicorrealista, y al mismo tiempo concordamos con él en que la fuente de su fantasía no viene de Sudamérica sino de Galicia. En este artículo intentaremos suministrar algunos puntos claves para la discusión sobre el tema, siendo conscientes de que para resolver un problema como éste sería necesario llevar a cabo una investigación muy compleja y mucho más extensa que un artículo.

2. Frecuentemente se clasifican las obras llamadas "fantásticas" de Gonzalo Torrente Ballester como hechas según la poética del esperpento. Alguien podría decir que lo que nosotros llamamos realismo mágico en este caso es puro esperpento. No concordamos con este punto de vista. Los componentes básicos del esperpento son: parodia, la deformación grotesca de la realidad dentro de la cual se puede distinguir la muñequización y — lo más importante — la intencionalidad crítica. El único de estos puntos que tal vez falte en las obras de G. Torrente Ballester es la muñequización. Tenemos muy buenos ejemplos de la parodia y de lo grotesco en casi todas las obras en cuestión, y en cada una de ellas se podría encontrar una crítica de la realidad española y gallega. Así que no podemos comprobar que las novelas en cuestión no son esperpénticas. Lo que pasa es que en el esperpento no abundan los hechos sobrenaturales como es el caso de éstas novelas. La base de lo esperpéntico es más bien lo absurdo que lo mágico. En el esperpento los hechos sobrenaturales pueden aparecer como el fruto de la deformación grotesca de la realidad, siempre de mistificando la realidad, siempre dirigiéndola hacia lo cómico, hacia lo absurdo. En las "novelas fantásticas” de Torrente Ballester — que se distinguen por una enorme complejidad — al lado de las situaciones grotescas o absurdas tenemos yuxtapuestos los acontecimientos mágicos, misteriosos. Por lo tanto, no podemos decir que éstas son las novelas de puro esperpento, como tampoco lo son de puro realismo mágico. Tal vez sea mejor inventar un nuevo término como esperpento mágico, pero nosotros nos quedaremos con la vieja terminología y diremos solamente que a nuestro parecer la cantidad de los hechos sobrenaturales en dichas obras justifica el tema de nuestro artículo.

3. Para comprobar el supuesto realismo mágico de G. Torrente Ballester, primero hay que definir el concepto de realismo mágico, ya que hasta hoy día su definición homogénea y reconocida por todo el mundo crítico no existe. Desde el momento que surge el término cada uno de los críticos y escritores han considerado como realismo mágico algo diferente y a menudo opuesto a lo que decían críticos anteriores. Como reparó José Luis Sánchez Ferrer casi ningún trabajo de la vasta bibliografía sobre el tema define el concepto del realismo mágico (Sánchez Ferrer 1995). El mismo Gonzalo Torrente Ballester caracterizó muy bien esta confusión con una frase corta: "Realismo mágico..., pues bien..., todo lo que no es Galdós es realismo mágico" (Becerra Suárez 1990: 37). Algunos críticos buscan rasgos característicos del realismo mágico, por ejemplo en los elementos estructurales o en el tratamiento del tiempo, otros consideran — lo que es más corriente — el realismo mágico como una corriente literaria de América Latina. Para nosotros el punto de partida será el convencimiento de que el realismo mágico es una forma de tratar la realidad, y por lo tanto no se limita sólo al continente americano sino que forma un modo de expresión "inherente a ser humano" (Valbuena Briones 1969). A esta confusión terminológica hay que añadir las equivocaciones que causan otros conceptos relacionados con la literatura "imaginativa": lo fantástico, lo maravilloso, lo extraño, lo real maravilloso. Lo que no deja de ser sorprendente, ya que existe una literatura abundante sobre estos conceptos, la cual los define plenamente.

4. Comenzando por lo fantástico hay que apuntar que Tzvetan Todorov, Louis Vax, Roger Callois y Pierre-Georges Castex coinciden en el punto de vista que lo fantástico se caracteriza por una intrusión brutal del misterio en la vida cotidiana. El elemento sobrenatural causa una perturbación de la armonía del mundo real, provoca en el lector el sentimiento de inquietud y miedo. Para Lovecraft lo básico en cuanto a la literatura fantástica es el terror. Lo mismo se refiere a lo extraño, con la excepción de que en este tipo de narrativa todos los elementos sobrenaturales son explicados al lector al final de la obra. Todo esto es muy ajeno al realismo mágico, porque en él todo lo extraordinario o sobrenatural no causa en el lector ni miedo ni duda en la homogeneidad del mundo. El lector mágicorrealista considera todo por posible dentro del contexto de la obra. Por lo tanto, la confusión terminológica existente, se debe, a nuestro parecer, a la polisemia de la palabra "fantástico".

En el caso de lo maravilloso — que es más próximo al realismo mágico que lo fantástico — la diferencia entre los dos conceptos es el tratamiento de la realidad. Los hechos maravillosos, extraordinarios, de la literatura mágicorrealista acontecen en la realidad objetiva, parecida o igual a la del lector. En cuanto la realidad en las obras de lo maravilloso es objetivamente irreal desde el principio de la obra. Cuando la realidad de la obra no está bien definida: todo acontece en un lugar demasiado generalizado, los personajes son presentados esquemáticamente, etc., podemos estar seguros de que se trata de una obra de la poética de lo maravilloso o, como lo llamó T. Todorov, de cuentos de hadas.

Un caso aparte forma lo real maravilloso o lo real maravilloso americano de Alejo Carpentier. muchas veces erróneamente identificado con el realismo mágico. Según Carpentier la realidad latinoamericana — con toda su riqueza de las culturas indígenas, negras y europeas, mitos y naturaleza — es maravillosa en sí misma. La tarea del artista consiste sólo en grabar lo que ve en la tela o papel. Así que el elemento básico de "lo real maravilloso" es la realidad sorprendente, increíble; realidad que causa admiración, realidad ontológicamente maravillosa. Como dice Aléxis Márquez Rodríguez (1982: 45), la base de lo real maravilloso es el sincretismo cultural de América. Por lo tanto, podemos tratarlo como un concepto limitado solamente al continente americano, en el cual los elementos sobrenaturales no ocupan un lugar primordial como es el caso del realismo mágico.

5. Amarvll Beatrice Chanady (1985: 21-30) propone tres puntos principales para la existencia del realismo mágico. Según la autora norteamericana, para considerar una obra como mágicorrealista, ésta tiene que cumplir las siguientes exigencias:

a) en la obra tienen que existir dos niveles que aparentemente se excluyen — el nivel real y el sobrenatural

b) el autor tiene que tratar ambos niveles en el mismo modo, esto es, los dos niveles tienen que coexistir

c) el autor no se sorprende, no explica ni valoriza nada de lo que pasa en la obra; guarda una posición objetiva en cuanto a la obra.

Todas las obras en cuestión de G. Torrente Ballester ya mencionadas cumplen estas exigencias. Por ejemplo en La saga / fuga de J. B. el escenario de la novela es una ciudad gallega normal con plazas, monumentos, puentes, iglesias, habitada por personas absolutamente normales a primera vista. Se habla de los turistas que vienen a la ciudad, de su buena cocina, de leyendas que no tienen nada de extraordinario en comparación a leyendas de otras ciudades. Así que conocemos Castroforte de Baralla como una ciudad normalísima, lo mismo que Villasanta de Fragmentos de Apocalipsis o las ciudades de toda Europa en Quizá nos lleve el viento al infinito. Las descripciones detalladas provocan en el lector un sentimiento de familiaridad, son consideradas como "reales". Además en el caso de los libros mencionados se pueden situar los acontecimientos no sólo en el espacio — encontrando alusiones a los lugares concretos existentes en la realidad objetiva -— sino también en el tiempo, ya que el autor cita en dichos textos acontecimientos históricos, tanto de la historia de Galicia y España como los de la historia mundial. Por lo tanto, el nivel de la realidad objetiva o empírica de las novelas queda bien definido. Además, un lector atento podrá encontrar unas descripciones de lugares y personajes verdaderos. Por ejemplo, La saga / fuga de J. B. abunda en acontecimientos (frecuentemente tratados irónicamente o satíricamente) de la historia del movimiento nacional de Galicia (cf. Carmelo 1981); por otro lado, en descripciones de Villasanta de Fragmentos de Apocalipsis se puede identificar a Santiago de Compostela.

Sin embargo dentro de este escenario acontecen cosas improbables en la vida cotidiana del lector: la ciudad vuela (La Saga / fuga de J. B), en la iglesia cabalgan caballeros medievales, después de mil años vuelven Vikingos para conquistar la ciudad (Fragmentos de Apocalipsis), aparecen personas con atributos especiales: un obispo que vuela (Saga / fuga y Fragmentos...), una persona que tiene el don de utilizar personalidades de otros (Quizá...), etc. Los acontecimientos sobrenaturales o simplemente improbables pasan en un contexto absolutamente aceptable como real y verosímil. Así, estos dos planos, real e irreal, coexisten, y para el lector pueden ser sorprendentes — pero no imposibles — dentro del contexto presentado por el autor.

Por otro lado, los narradores de G. Torrente Ballester no se sorprenden casi nunca, ya que creen en todo lo que ven, sólo de vez en cuando admiten que pasan cosas improbables, anormales, las que cada persona que no experimenta consideraría irreales, inexistentes, absurdas — pero estas cosas pasan, ¡así que son reales! En la Saga / fuga de J. B. uno de los narradores, José Bastida, descubre el misterio de la fingida existencia de la ciudad y aunque, en principio, se sorprende, como todos los otros, que una vez no encontraron Castroforte de Baralla en su lugar (como por ejemplo unos geodetas que encontraron en lugar de la ciudad un hueco en la tierra, igual a los que quedan después de un árbol arrancado con las raíces) luego considera la cosa como anormal pero absolutamente real, y el lector deja de sorprenderse como él. En la introducción de Quizá nos lleve el viento al infinito el autor escribe:

Este relato es completamente inverosímil, lo cual no quiere decir que sea falso. Todos los relatos de este género, sin excepción, son inverosímiles, lo que tampoco les obliga a ser verdaderos.

Estas palabras propias de G. Torrente Ballester explican su actitud frente a este libro así como frente a todas las novelas en cuestión. Esta actitud muestra una gran afinidad con los puntos b i c de Chanady.

6. El paso siguiente son las técnicas mágicorrealistas. Juan Barroso VIII (1977) como técnica mágicorrealista principal propone contrastes de toda especie, por el contrastes de personas, culturas. Podemos ampliar estas técnicas con las propuestas por José Antonio Bravo (1984): gigantismo, humor negro, paisajes (remotos, misteriosos, extraños), personajes con atributos especiales, hechos extraordinarios (milagros, supersticiones, magia, aparición de fantasmas, etc.).

En las novelas de G. Torrente Ballester abundan personajes con atributos especiales. Por ejemplo en la Saga / fuga de J. B. tenemos a un obispo que, gracias a sus vastos conocimientos de magia, sabe viajar en el aire (un personaje parecido aparece en Fragmentos de Apocalipsis), José Bastida, en cierto momento de la novela, ejecuta un viaje extraordinario por los tiempos durante el cual se incorpora en los cuerpos de todos los J. B. del pasado. El narrador de los Fragmentos de Apocalipsis y Lenutchka vuelan a una isla para encontrarse con un dragón. Pero el caso más interesante es del protagonista principal del libro Quizá nos lleve el viento al infinito quién consigue robar personalidades a otras personas y, tomando sus formas, actuar como ellas.

Como ejemplo de humor negro y de lo grotesco podemos considerar al rey Felipe II que pasea por Villasanta en Fragmentos de Apocalipsis contando chistes verdes a todos los que encuentra y alabando el sentido de humor de los Españoles. Otro ejemplo será don Benito Valenzuela de La Saga / fuga de J. B. quién, en cierto momento de la novela, decide especializarse en recoger los objetos que caen del cielo — la lista de los objetos recogidos completa muy bien la anécdota.

En cuanto a "los paisajes remotos y extraños" vale la pena reparar que casi todos los hechos extraordinarios acontecidos en las novelas de Gonzalo Torrente Ballester pasan por la noches, en el aire brumoso, en la niebla matinal, etc. En La Saga / fuga de J. B. hasta el color de la niebla tiene significado para el futuro de la ciudad, que en sí misma ya es un lugar bastante extraño por el hecho de que no se sabe si en realidad existe o no. En la niebla desfila una procesión de arañas de todo el mundo en La isla de los jacintos cortados.

Entre los contrastes, por ejemplo, podemos presentar a José Bastida, quién siendo, sin dudad alguna, una especie de antihéroe — persona muchas veces comparada con un orangután por su modo de andar y apariencia — es el mejor poeta romántico de la ciudad. Al final de la novela consigue conquistar el amor de Julia, una muchacha muy guapa. El ejemplo tal vez más gracioso sea el dragón melómano vergonzoso de Fragmentos de Apocalipsis.

Como ejemplos de gigantismo o exageración se puede mencionar al loro del boticario en La Saga / fuga de J. B. que era por lo menos tan viejo como la ciudad — lo que se supone debido a las frases en gallego arcaico que se le escapaban de vez en cuando —, que sabía hablar y cantar en algunos idiomas y, además de eso, conocía de memoria todo el discurso de defensa del último "Rey Artús".

Estos pocos ejemplos escogidos de las obras ya mencionadas de G. Torrente Ballester comprueban que el problema tratado en este artículo es por lo menos racional. Después de un análisis detallado de las novelas podríamos suministrar un número mucho más elevado de ejemplos. Sin embargo nos parece que ya ahora, basándonos en los puntos claves que forman un esbozo de la definición del concepto del realismo mágico, podemos constatar que, a pesar de todas las enunciaciones desfavorables, Gonzalo Torrente Ballester puede ser considerado como un escritor mágicorrealista.

Referencias

BARROSO VIH, Juan. 1977. “Realismo mágico” y “Lo real maravilloso’' en “El reino de este mundo” y “El siglo de las luces”. Miami, FA, Ediciones Universal.

BECERRA SUAREZ. Beatriz. 1,990. Guardo la voz, cedo la palabra - conversaciones con G. Torrente Ballester. Barcelon, Anthropos.

BRAVO, José Antonio. 1984. Lo real maravilloso en la narrativa latinoamericana actual.

CARMELO. Urza. 1981. “Historia, mito y metáfora en la Saga/fuga de J.B.”. (tesis doctoral inédita). University of lowa.

CHANADY, Amaryl Béatrice. 1985. Magicat Rcaíism and the Fantastic. Resolved versus Uriresolved Antinotny. New York & London.

MARQUEZ RODRÍGUEZ, Alexis. 1982. Lo barroco y lo real maravilloso en la obra de Alejo Carpentier. México, Siglo XXI Editores.

SÁNCHEZ FERRER, José Luis. 1995. “Realismo mágico: génesis y desarrollo de un concepto equívoco” (tesis doctoral inédita). Madrid. Universidad Autónoma.

VALBUENA BRIONES, Alfonso. 1969. “Una cala en el realismo mágico’'. Cuadernos Americanos. 164 (sept.- oct.).

Novelistas Españoles Contemporáneos: Gonzalo Torrente Ballester.

Ensayo de Wojciech Charchalis
Universidad Adam Mickiewicz, Poznañ (Polonia)


Publicado, originalmente, en: Itinerarios 2000; 3 (1): 133-139

Revista Itinerarios se edita desde 1993 en el Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de Varsovia.

Link del texto: https://itinerarios.uw.edu.pl/resources/html/article/details?id=224614

 

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