Sea socio fundador de la Asociación de Amigos de Letras-Uruguay

 
 

Realidad virtual
Tomás Afán Muñoz
tomasafan@hotmail.com

 
 

El mundo real está bien, tiene su encanto, pero no puede competir en estos tiempos con la realidad virtual.  Cuando me reinicio todas las mañanas, tras pasar en estado de suspensión la noche entera, y accedo a través de la contraseña a mi cotidiana existencia vital, lo primero que hago es dar un  bucólico paseo matutino por el precioso jardín en alta definición que he plantado en el escritorio de mi ordenador personal a base de verdes olivares y otras plantas autóctonas. 
 

Y tras esta diaria gimnasia que vigoriza mi cuerpo y activa mi mente, estoy listo para mis diarias cibertareas.  Me he deshecho del duplex en el que habitaba antaño de apenas 200 metros cuadrados, porque se me quedaba pequeñito y lo he sustituido por un espacio virtual de más de dos mil gigas de capacidad de almacenamiento, y en semejante inmensidad me siento dueño y señor de un amplísimo territorio que puedo habitar a mis anchas.  


Mi mujer y mis hijos me echan en cara que no escuchan mi voz desde hace mucho tiempo, y sin embargo estoy a todas horas manteniendo conversaciones, que culpa tengo yo de que no quieran agregarse a ninguno de mis cincuenta grupos de wassap, convertirse en mis seguidores de twitter o al menos añadirse a mis contactos de chat.  


Mis vecinos y conocidos se quejan porque afirman que de un tiempo a esta parte, no saben nada de mí, y sin embargo yo actualizo constantemente mi página web.  Y mi sicólogo asegura que paso demasiado tiempo en soledad frente al ordenador, el pobre no se da cuenta de que me acompañan mis 827 amigos del alma de mi red social favorita.  


Y yo no estoy en absoluto obsesionado con el facebook, lo que ocurre es que cuando me emociona una imagen, un aroma, una sensación paseando por la calle,  no encuentro la manera de pulsar ME GUSTA.  


En fin, me complace pensar que cuando un día, espero que muy lejano, me vea obligado a abandonar este mundo, mis recuerdos seguirán flotando en las memorias del ciberespacio virtual, aunque mi corazón haya dejado de latir y mis inertes restos reposen para siempre en el coqueto nicho que me he agenciado en una cercana y apacible papelera de reciclaje.

Tomás Afán Muñoz
tomasafan@hotmail.com
http://tomasafan.blogspot.com/

Publicado, originalmente, en Diario Jaén el jueves, 6 de marzo de 2014

Ir a índice de Teatro

Ir a índice de Afán Muñoz, Tomás

Ir a página inicio

Ir a índice de autores