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La pobre cultura
Tomás Afán Muñoz
tomasafan@hotmail.com

 
 

Qué mal trago.  Anoche me crucé con la Cultura por la calle.  Como es natural, nada más verla cambié de acera para no cruzármela, en parte porque tenía prisa (a esa hora echaban mi reality show favorito por la tele), y en parte porque me daba apuro verla en aquel estado, andrajosa, con lo que ella ha sido que en otros tiempos vestía las mejores galas.  Soy un tipo curioso.  Así que me quedé observándola un rato, agazapado entre sombras.  Y me dio un poco de pena y todo, la mujer.  Pensé en comprarle un bocadillo o algo, pero con lo orgullosa que es, temí que me lo rechazara con malos modos.  La verdad es que se la  veía muy desmejorada a la pobre, ojerosa, con andar cansino, desorientada.  La gran mayoría de los transeúntes normales la evitábamos, y claro, ella lo notaba.  Y debe ser duro, tantos cientos de años sintiéndose elogiada y mimada, después de dar a luz a montones de hermosas criaturas, de engrandecer nuestros idiomas, de ensanchar el pensamiento de las generaciones que nos precedieron.  Y ahora… Quién la ha visto y quién la ve a nuestra pobre Cultura. 

Debe ser muy duro verse ahora convertida en una especie de excentricidad subversiva, notarse reducida a una molesta rareza a la que hay que cargar de impuestos y de trabas.  Pero en fin, así son las cosas.  Cada uno tiene lo que se merece, imagino.

Y el caso es que hay veces en las que uno se pregunta.  Oye… y si resulta que la Cultura sirve para algo.  No creo porque en tal caso estaría en la tele a todas horas y los poderes públicos facilitarían el acceso de los ciudadanos a sus actividades y sería una prioridad de toda la sociedad.  Pero aun así, a veces uno se cuestiona: Y si el teatro, la danza, la música, el cine, la literatura y demás, tuvieran alguna utilidad real y constatable, y si fueran capaces de aportarnos cosas, más allá del entretenimiento de encefalograma plano y la evasión.  En ocasiones incluso me dan ganas de probar, y de acercarme a la Cultura un día para ver lo que me cuenta.  Huy, pero corto el rollo, que ya se acaban los anuncios y empieza otro programa de cotilleos en la tele.  Con tanto pensar casi me lo pierdo.

Tomás Afán Muñoz
tomasafan@hotmail.com
http://tomasafan.blogspot.com/

Publicado, originalmente, en Diario Jaén el jueves, 12 de diciembre de 2013

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