Club Argentino de Mujeres

por Patricia Díaz Garbarino
patricia.diazgarbarino@gmail.com

El Club Argentino de Mujeres fue una de las asociaciones feministas más reconocidas de su tiempo. Si bien, muchas de sus asociadas no se nombraban feministas, negando o afirmando tímidamente dicha identidad, podemos afirmar que el Club Argentino de Mujeres construyó un espacio de autoafirmación y visibilización de las mujeres, en un momento de búsqueda: la emergencia de una nueva subjetividad de mujer en las primeras décadas del siglo XX. Recordemos que la mujer, como sujeto, no tenía derechos civiles ni políticos. No asistía a los cafés, tertulias o banquetes masculinos. Era considerada una menor de edad, no tenía acceso a la vida pública. Sin embargo, las mujeres ingresan al mercado laboral y las primeras universitarias crean las asociaciones feministas que visibilizarán la situación de las mujeres.

 

El Club Argentino de Mujeres construye un espacio propio, sororario.

 

Su extenso recorrido, más de cuarenta y siete años de existencia, se conoce fragmentariamente.

 

Este artículo pretende contribuir a esa historia, acercándonos a sus múltiples actividades y al rol protagónico del Club Argentino de Mujeres.

 

Los Clubes de Mujeres

 

Los primeros clubes de mujeres surgieron en Europa en las primeras décadas del Siglo XX. Iban a proporcionar a las mujeres tres posibilidades inauditas: “La de cultivar una vida social y cultural de convivencia entre mujeres, la de demostrar sus talentos y capacidades en un foro propio y, la más significante de todas, la de proponer cambios en la situación jurídica y social de la mujer”.[1]

 

El primer Lyceum Club (llamado The International Lyceum and Writers) fue fundado en Londres en 1903 por la escritora Constance Smedley y sus compañeras, Christina Gowans Whyte, Elsa Hahn, Violet Alcock, y una estadounidense, Jessie Trimble, todas ellas entonces socias del Writer's Club. En principio, como las fundadoras eran escritoras, la meta inicial del Lyceum londinense era, según Smedley, “establecer centros de vida intelectual y cultural por todo el mundo, y promover así un intercambio de ideas entre mujeres cultas de todas las naciones”. Pero ampliaron sus horizontes y optaron por incluir a mujeres profesionales que “se dedicaran o estuvieran interesadas por las artes, las ciencias y el bien público”[2].

 

Poco a poco, el Lyceum entró en el terreno de los derechos de la mujer, promocionando el voto a la mujer y la igualdad de condiciones para los profesionales de ambos sexos.

Se fundaron sedes en varias ciudades europeas: París, Berlín y Nueva York, entre otras. Y el más emblemático: El Lyceum Club de Madrid en el año 1926.

 

El Club Argentino de Mujeres, independiente de esta iniciativa –no forma parte de los Lyceum Club- comparte las mismas necesidades y similares objetivos. Los clubes de mujeres construyeron espacios de sociabilidad, creando lazos entre mujeres que tomaron conciencia de su situación de género. Lo que comenzó siendo un espacio de reunión para compartir sus talentos y capacidades, vida social y cultural, va operando como un espacio de autoafirmación y visibilización. Van construyendo un espacio de resistencia que ayudará a la construcción de una nueva subjetividad.

 

Club Argentino de Mujeres: Una habitación propia

 

El Club Argentino de Mujeres fue fundado por la Dra. Mercedes Dantas Lacombe[3] y la Prof. Lola Pita Martínez[4], el 19 de agosto de 1921 en la ciudad de Buenos Aires.

 

Mercedes Dantas Lacombe, presidenta y alma mater de la institución, se refiere a los objetivos del Club Argentino de Mujeres: “La institución nació con fines culturales y, sobre todo, con el objeto de que las señoras y las niñas tengan en Buenos Aires un punto de reunión, en un ambiente irreprochable de cultura social y de cultura intelectual. En resumen, todas estas finalidades que persigue el Club Argentino de Mujeres pueden condensarse en el deseo de que la mujer decente encuentre ayuda.[5].

 

Se puede observar que la institución se alejaba de toda actividad partidaria. Organización de componente laico y no partidario, orientaba sus actividades a las mujeres de clase media que egresaban de las diferentes carreras universitarias, profesorados o magisterio. En algunos casos, mujeres de buena posición económica que, como establece Dora Barrancos: “bostezaban por las responsabilidades exclusivamente domésticas y, disponiendo de auxilios para resolverlas en virtud de su buena posición, decidieron compartir con otras mujeres ideas, empeños y tareas cooperativas para modificar la propia condición, lo que abría compuertas a una nueva subjetividad”[6] .

 

La primera sede del Club Argentino de Mujeres en Buenos Aires estaba ubicada en la calle Ayacucho 1176; así lo constata el carnet de socias, las cartas membretadas de la época y las diversas actividades culturales.

 

En 1929, su nueva sede estará ubicada en la calle Juncal 1467.

 

En 1938, se ubicará en Maipú 924.  Seguramente existieron otras sedes, dada su larga trayectoria.

 

El 6 de julio de 1929, la revista Caras y Caretas[7] registra en imágenes fotográficas, la nueva sede del Club Argentino de Mujeres, sito en la calle Juncal 1467.  En el artículo se hace referencia a la residencia del Club: las asociadas que residen en las provincias pueden hospedarse en la sede del Club. Se registran sus instalaciones: dormitorios y salones diarios, biblioteca, salón de té, vestíbulo; salas de estudio donde se impartían cursos de guitarra, canto, dibujo, repujado, etc. Por lo tanto, podemos afirmar que el Club Argentino de Mujeres, recibía a sus asociadas residentes en todo el país, brindándoles un espacio para su alojamiento. Posteriormente, se inaugurará el Hotel en Mar del Plata; pero, desde sus inicios, la residencia en la sede del Club es un interesante punto a tener en cuenta. Las mujeres van construyendo un espacio propio. Su refugio.

 

Entre sus muchas actividades culturales, el 20 de julio de 1927 el Club Argentino de Mujeres organiza un homenaje a la poeta Margarita Abella Caprile. La conferencia estuvo a cargo de la escritora y periodista Adela García Salaberry con lectura de poemas a cargo de la poeta Beatriz Eguía Muñoz.

 

En 1924, la Compañía de Comedias del Club Argentino de Mujeres dirigida por Lola Pita Martínez, con secretaría en Lima 236, representó en el teatro Odeón la obra La madre de Rusiñol y El héroe y sus hazañas de Bernard Shaw. El elenco femenino lo formaban Blanca de la Vega, Beatriz Eguía Muñoz, Celia Tornú, Celia Botto, entre otras.

 

En abril de 1927 se publica la revista Familia: Revista mensual ilustrada dedicada a la Mujer. Patrocinada por el Club Argentino de Mujeres. Sus directoras: E. y L. Pacheco Ibáñez. Dirección y redacción: Río Bamba 145.

La Comisión directiva invitaba a sus socias a participar con poemas, artículos periodísticos, etc., en la “flamante revista” del Club[8].

 

El 29 de agosto de 1931 el Club Argentino de Mujeres organiza la Fiesta de la Poesía. Participaron leyendo sus poemas, Alfonsina Storni, Adela García Salaberry, Margarita Abella Caprile, Raquel Adler, entre otras. La prensa establecía que se “recitarían exclusivamente composiciones de autoras argentinas”. Varias fotografías testimonian este encuentro.

 

Son muchas las actividades culturales organizadas por el Club Argentino de Mujeres que testimonia la prensa de la época. Imposible delinearlas en tan breve artículo: conferencias, conciertos, recitales de poesía, teatro, exposiciones de arte, etc. visibilizaban el trabajo de las mujeres, sus talentos y capacidades. Van construyendo un espacio donde se reafirma una nueva identidad, una sociabilidad que les permite no estar solas, valorarse, crear un frente de resistencia al patriarcado que desmerecía el trabajo de las mujeres y las confinaba a las tareas del hogar. Las mujeres se dieron cuenta que la opresión no era un problema individual sino que operaba en las redes de un sistema y necesitaban alzar la voz, defender sus derechos y cambiar su propia condición. Y lo harían unidas, en un lugar propio, en esa habitación que abrió sus puertas a una “nueva mujer” o a “la mujer moderna” que, poco a poco, ganó terreno en la vida pública.

 

Hotel del Club Argentino de Mujeres

 

En 1927 se inaugura el Hotel del Club Argentino de Mujeres en el extremo norte de playa La Perla en Mar del Plata. Según lo constata la prensa, se trata de un chalet de madera inaugurado en el año 1927.  El temporal de mayo de 1928, que destruyó toda La Perla, “se lo llevó en astillas hasta el fondo del mar”.  Reconstruido en el año 1928, el chalet ofrecía en sus instalaciones: “Treinta dormitorios que permiten hospedar cómodamente sesenta pensionistas: un comedor amplio, una salita de lectura, baños calientes y demás dependencias. Las socias veraneantes abonan en concepto de pensión total — desayuno, almuerzo, té y comida—cuatro pesos por día. En este precio se integra el derecho de baño y también la ayuda del bañero. En cuanto a los pasajes ferroviarios, las socias disfrutan de una buena rebaja otorgada por el ferrocarril del Sud. El billete de ida y vuelta, 1ª clase, les cuesta sólo veintiocho pesos. La mayoría de las veraneantes son profesoras y maestras. Hay también médicas, abogadas, arquitectas, doctoras en filosofía y letras, dentistas, etc. Las socias madres de familia pueden traer sus niños. (Hasta los tres años pagan media pensión)”[9].

 

La iniciativa del Club proponía a sus socias “una estada de descanso y recreo en condiciones altamente ventajosas, desde el punto de vista económico”[10].

 

A principios del siglo XX, las mujeres no tenían acceso a la vida pública.

 

Recordemos que las mujeres no viajaban solas, no veraneaban solas. Su moral era cuestionada si estas normas se transgredían. El Club Argentino de Mujeres les propone a sus asociadas: el viaje. Alejarse, por unos días, de la rutina diaria, del ámbito doméstico, de los conflictos familiares, etc.

 

El Hotel del Club Argentino de Mujeres opera como un espacio transgresor. Espacio donde se comparten diversas actividades recreativas, un punto de reunión, de intercambio de ideas, de visibilización, de encuentro. Las socias tomaban baños de agua caliente de mar (baños de vapor), servicio que brindaba el hotel en espacios internos, acondicionados para tal fin. Los discursos higienistas del momento, que unificaban higiene y educación, alentaban el descanso al aire libre, baños de mar, de vapor, caminatas, etc. para mejorar la calidad de vida con el objetivo de prevenir enfermedades y combatir las epidemias de la época.

 

El espacio de sociabilidad que fueron construyendo, lo registra la prensa: “Impresiona agradablemente el espíritu de familiaridad que reina entre todas las huéspedes de tan simpático hotelito, la unión y buena armonía y el deseo de ser gratas unas a otras, en las horas que se reúnen para las comidas o en pláticas amenas en los intervalos que median entre unas y otras. Oyendo a Beethoven o a Bach o algún bailable de moda de buen gusto, que el disco de una victrola hace oír, transcurre el tiempo en amables "causeries", en las que pocas veces se tratan temas frívolos o superficiales.[11]

 

Los artículos periodísticos, destacan la labor de la administradora del Hotel, Cora González Carman.

 

En 1928, la Comisión Directiva del Club Argentino de Mujeres, estaba compuesta por su alma mater y presidenta, Mercedes Dantas Lacombe, Justa Gallardo de Zalazar Pringles (vicepresidenta), Lola Pita Martínez (secretaria), Carlota Rodríguez Mones (tesorera). Completan la Comisión Directiva: María Velazco y Arias, Inés Field, María Berrier, Lilia Lacoste, Pepa D. L. de Etchart, Margarita de Vedia y Mitre, María A. de Lascano, María A. de Jacobs, Sara C. de Suárez, Aspasia Muñoz de Santos, entre otras.

 

En la madrugada del 25 de octubre de 1938, la poeta Alfonsina Storni caminará hasta la escollera que está frente al Hotel del Club Argentino de Mujeres en playa La Perla en Mar del Plata…

Al otro día, su cuerpo fue trasladado a Buenos Aires y en la sede de la institución, en la calle Maipú 924, se instala la capilla ardiente; la interminable fila de público y oradoras/es, rendirán homenaje a la poeta, docente y socia del Club Argentino de Mujeres.

 

El III Congreso Femenino Internacional

 

El III Congreso Femenino Internacional, auspiciado y organizado por el Club Argentino de Mujeres se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires del 1º al 10 de diciembre de 1928.

Una oportunidad excepcional para dialogar y exponer los avances en materia de derechos.

 

Presidía el III Congreso Femenino Internacional, la Dra. Elvira Rawson.      

 

En el libro de actas del Club Argentino de Mujeres, se establece que el 20 de agosto de 1927 se realiza una asamblea general extraordinaria para tratar el proyecto del III Congreso Femenino Internacional. Se forma una comisión central y subcomisiones. Estas subcomisiones se conformarán en las secciones del III Congreso que se dividieron en Sociología, Higiene, Educación, Letras, Industrial, Artes Aplicadas y Arte.[12]            

 

En cada sección, observaremos los temas que más preocupan a las mujeres de la época y serán abordados en jornadas agotadoras que finalizan cerca de la medianoche. La prensa hegemónica (La Prensa, La Nación) difundió con mucho entusiasmo cada debate y se ocupó de incorporar a sus registros, los discursos inaugurales de Elvira Rawson y Paulina Luisi; así como los trabajos presentados en estas secciones.

Diarios y revistas de Buenos Aires dieron amplia difusión al III Congreso; así, como las gacetillas que publicaron los principales diarios y revistas literarias en Montevideo.

 

Los trabajos inaugurales del III Congreso, se realizaron en la escuela Nicolás Avellaneda de Entre Ríos a la altura del 1300 y la Sección de Sociología que sumaba el área legislativa fue -según la prensa- la más concurrida por las congresales acreditadas.

 

En este breve artículo, no podemos extendernos en los temas de cada sección. Pero, a modo de ejemplo, mencionaremos este apartado.

 

El “tema oficial” de esta sección, abordaba la “Protección a la maternidad”.

 

Preocupación que seguían discutiendo: la institución de la maternidad y su imaginario. Otros tópicos: “la moral única”, “el abaratamiento de la vida”, “equidad en la distribución de los empleos”, “trabajo a domicilio”, “el problema del celibato”. La problemática habitacional: “el conventillo (Casas de vecindad)” y un ítem final: “Concesión de la carta de ciudadanía a los aborígenes y distribución de tierra escriturada por lotes para cada familia”; tema inédito en el ambiente feminista.

 

En esta sección, la Sra. de Landaburu trató el tema “Plebiscito universal pro paz”, la Dra. Lidia Lamarque analizó “la doctrina Monroe”, la Dra. María Morera: “Salarios femeninos”, la Dra. E. Miranda: “Reformas al código civil”, etc. Temas variados y jornadas agotadoras.

 

En cada una de las secciones, podemos observar que se incluyen temas que no habían sido abordados e hicimos hincapié -a modo de ejemplo- en esta primera sección13].

 

El III Congreso Femenino Internacional finaliza con la Exposición del Libro Femenino -la primera vez que se realiza en el país- que sumaba diversas conferencias y la Exposición de Artes e Industrias Femeninas.

El diario La Nación destaca las palabras inaugurales de la Dra. Mercedes Dantas Lacombe, fundadora y presidenta del Club Argentino de Mujeres.

 

Y establece que todos los géneros (novela, teatro, poesía, crítica, filosofía, etc.) están muy bien representados. En la revista Caras y Caretas, la feminista Adelia di Carlo incluye una extensa lista de escritoras argentinas y extranjeras que forman parte de la exposición y destaca el esfuerzo de las organizadoras[14].

 

Otra conocida feminista Juana Rouco Buela, que cubrió el Congreso como periodista, escribía: “Yo tenía un gran interés en presenciar el Congreso porque quería ver cuáles eran los temas que se iban a tratar en y la forma cómo se iban a desarrollar. Sabía que venían delegadas de varios puntos de América, con las que yo había tenido contacto por medio de correspondencia. (…) Al terminarse el congreso, se organizó una exposición de libros, de pintura, escultura e industria femenina de América. Esa exposición de la producción literaria de la mujer de América, que era la primera de ese género que se realizaba en el continente, tuvo mucha aceptación y en ella expusieron casi todas las delegadas al congreso[15].”

 

El 14 de octubre de 1929, el Club Argentino de Mujeres envía una carta a la Cámara de Diputados que estudia el “proyecto sobre concesión del derecho del voto a la mujer” y expresa “su anhelo por ver en nuestro país concedido por la ley un derecho que ya la razón ha sancionado”. El debate en torno de los derechos políticos fue un tema ampliamente discutido en el III Congreso Femenino Internacional.

 

El Club Argentino de Mujeres fue un espacio transgresor, fundacional.

 

Lo que comenzó siendo un lugar de reunión para compartir sus talentos y capacidades, vida social y cultural, va operando como un espacio de autoafirmación y visibilización. Van construyendo un espacio de resistencia que ayudará a la construcción de una nueva subjetividad de mujer. Aquellas mujeres, se irán sintiendo cada vez menos solas.

 

Notas:

[1] Mangini, S. El Lyceum Club de Madrid: un refugio feminista en una capital hostil. En: Asparkia, 17; 2006. p 125-140.

[2] Mangini, S. El Lyceum Club de Madrid… op. cit.

[3] Mercedes Dantas Lacombe. Escritora y docente. Nació en Buenos Aires el 5 de julio de 1888 y falleció en Buenos Aires en 1966. Se graduó de doctora en Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires, con una tesis titulada Estudio histórico y filosófico de la fábula. Ejerció la cátedra de literatura en las Escuelas Normales N.º 8 y 10. Desde 1919 colaboró en varias publicaciones argentinas: La Nota, Nosotros, Caras y Caretas, El Hogar, Mundo Argentino, La Razón, revistas literarias, etc. En 1925 publicó su primer libro de poemas, De mi senda. También editó el libro de cuentos El pequeño unitario, el ensayo Contribución al estudio de la literatura preceptiva y El grumete de la Santa María, entre otros libros en prosa y verso. Fundadora del Club Argentino de Mujeres, cuya presidencia ejerció durante muchos años.

En la revista Caras y Caretas (5- XI- 1932), Adelia di Carlo escribe un interesante artículo sobre Mercedes Dantas Lacombe; nos acerca al personaje, analizando su obra y delineando su personalidad.

[4] Lola Pita Martínez. Escritora, periodista y docente. Nació en Buenos Aires el 6 de junio de 1895 y falleció en Buenos Aires el 18 de julio de 1976.  Egresó de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ejerció la enseñanza en los Liceos N.º 2 y 4 de la Capital. Fue directora cultural de una organización internacional de turismo. Colaboró en varias publicaciones argentinas: La Nación, Caras y Caretas, El Hogar, etc. Publicó relatos, obras de teatro, guiones cinematográficos, traducciones. Se destacan: Relatos históricos (Oriente, Grecia y Roma), La pantalla de Heródoto, Viajemos por el mundo, Las cien ciudades más bellas de Europa, Danza elíptica para un sí.

[5] de Soiza Reilly, J. J. En el balneario de las mujeres solas. Revista Caras y Caretas, N.º 1640, Buenos Aires, 8 de marzo de 1930. Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España.

[6] Barrancos, D. Devenir feminista. Una trayectoria político-intelectual. Compiladoras: Ana Laura Martín, Adriana Valobra. Buenos Aires. CLACSO. 2019.

[7] Revista Caras y Caretas, N.º 1605, Buenos Aires, 6 de julio de 1929. Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España.

[8] Archivo personal Adela García Salaberry, Museo Histórico Regional Alte. Brown, Bernal, Quilmes.

[9] Revista Caras y Caretas, N.º 1640, Buenos Aires, 8 de marzo de 1930. op. cit.

[10] Revista Caras y Caretas, N.º 1640, Buenos Aires, 8 de marzo de 1930. op. cit.  

 

[11] Revista Caras y Caretas, N.º 1536, Buenos Aires, 10 de marzo de 1928. Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España.

 

[12] Tercer Congreso Internacional Femenino. Auspiciado por el Club Argentino de Mujeres. Segundo Boletín. Buenos Aires, 1928. Tercer Boletín. Buenos Aires, 1929. Conclusiones aprobadas en el Congreso.

       Este último boletín consultado en CEDINCI, octubre 2013.

 

[13] Para una mayor comprensión sobre el III Congreso Femenino Internacional, sugiero el artículo “El III Congreso Femenino Internacional: reivindicaciones, protagonistas y repercusiones

       de la Dra. Dora Barrancos en el libro ya citado.

 

[14] di Carlo, A. Exposición de Artes Femeninas. En el Salón Nacional, patrocinada por el Club Argentino de Mujeres. Revista Caras y Caretas, N.º 1583, Buenos Aires, 2 de febrero de 1929.

       Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España.

 

[15] Rouco Buela, J. Historia de un ideal vivido por una mujer. Madrid, La Malatesta, 2012                                   

           

*Agradezco a José Luis Baute por su enorme generosidad, acercando a mi mesa de trabajo, datos relevantes del Club Argentino de Mujeres y de Mercedes Dantas Lacombe.

 

*Este breve artículo forma parte de la investigación que vengo realizando sobre el Club Argentino de Mujeres.

 

por Patricia Díaz Garbarino
patricia.diazgarbarino@gmail.com 

 

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