Congreso Internacional de Literatura Infantil y Juvenil - Quito- Ecuador 23- 26 de abril de 2007

Del Niño al Libro a través de la narración

Isabel Del Prete

Algunos datos antes de comenzar

1984-Creación de la Asociación Uruguaya de Literatura Infantil (AULI).

1985- Dora Pastoriza de Etchebarne dicta cursos de Narración en Montevideo. Se crea el Primer Club de Narradores "Dora Pastoriza de Etchebarne"

1990- Creación de la Cátedra de Literatura Infantil para Niños y Jóvenes "Juana de Ibarbourou"

1994- Primer Congreso de Literatura Infantil y Juvenil

2006- Creación de la Academia Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.

La Educación para el futuro no consiste sólo en aprender a leer y a escribir, saber algo de matemática y almacenar algunos conocimientos cada vez mayores y en muchos casos cambiantes. Es deber irrenunciable, potenciar el desarrollo de las capacidades de comunicación, acceso y procesamiento crítico de la información, capacidad de identificación, planeamiento y resolución de problemas, el uso del razonamiento abstracto y científico, así como la habilidad para el manejo de los nuevos instrumentos tecnológicos al alcance de la escuela.

Asimismo, la complejidad de los problemas actuales y la universalidad de los mismos, obliga a potenciar la dimensión ética y moral de los alumnos, de forma de enseñarles a vivir con dignidad personal.

Esa doble meta de formación intelectual y moral es la que debe guiar el accionar de la Escuela.

La lectura ayuda a las personas a descubrirse, a formarse, a construirse, a convertirse en protagonistas de su propia vida. Al mismo tiempo, les permite hacerse críticos responsables y activos, observadores contumaces de las diversas realidades que los rodean y los atraviesan. Quienes leen, han vivido más, conocen más, son capaces de entender con más claridad la realidad que los circunda.

Por ello, la lectura, y especialmente la lectura literaria, contribuye a la elaboración de la subjetividad, porque, a cualquier edad, al decir de Virginia Wolf, constituye "un atajo privilegiado para elaborar o mantener un espacio propio, es una habitación para uno mismo, incluso en contextos donde no parece haber quedado ningún espacio personal".

Cuando leemos, creamos un espacio de intimidad. Al mismo tiempo, necesitamos también crear ese espacio físico, real, concreto donde llevarse a cabo. La lectura literaria en la infancia y en la adolescencia es una práctica cultural generalmente asociada al tiempo libre y a la vida escolar.

La Escuela ha ejercido a lo largo de los años, un rol de mediadora entre el niño y la literatura, por lo menos así lo declaran formalmente sus objetivos específicos. Esto implica que debe dar respuesta al desafío de promover la experiencia literaria y el goce estético en un ámbito en el que lo más importante a veces son otros deberes y obligaciones.

Por otro lado, debemos darle aún más relevancia a ese rol de mediación, ya que los datos estadísticos de la realidad en nuestro Montevideo, nos hablan de una situación realmente preocupante en cuanto al acceso de los niños y niñas al libro. Volvemos a decir que uno de los factores que inciden más positivamente en el proceso de aprendizaje y de enseñanza es el acceso a libros, revistas y todo portador de texto que podamos acercar. Sin embargo, en los últimos años, diversos estudios registraron que aproximadamente el 20% de las familias de los niños que asisten a las escuelas montevideanas no tienen un solo libro en su hogar y entre las familias más pobres ese porcentaje asciende al 41%. (Son datos proporcionados por el Departamento de Estadísticas Educativas del Consejo de Educación Primaria). Esto nos permite asegurar que alrededor de 70.000 niños de los más de 370 mil entre 5 y 11 años que asisten a las escuelas en Montevideo, no disponen de un solo libro o a lo sumo disponen de un número menor a cinco, lo que lo hace insuficiente para su desarrollo integral.

Como docentes, entonces, como mediadores entre los libros y nuestros niños y niñas, debemos buscar ese espacio concreto para la lectura, y convertir la experiencia literaria en algo placentero y formativo para los niños.

Sabemos que la escuela no puede darles todo a los niños. Cuando salgan a la vida, se enfrentarán a numerosas situaciones que deberán resolver por sí solos. Por ello, entonces, más que nunca, debemos tratar de que puedan desarrollar la conciencia de sí mismos y del mundo que los rodea, de sus sentimientos, sus actitudes éticas y sus juicios de valor. La escuela debe garantizar el derecho a la educación y por ende el derecho a la lectura.

Para nosotros, el cuento es un instrumento que nos permite:

Acercar al niño a la lectura.

Estimular su fantasía.

Convertirlo en escucha.

Dejar espacios para la reflexión sin coaccionar su participación.

Con este instrumento se desarrollará en los niños el pensamiento divergente y van a construir su personalidad en forma integral.

A todos y en todo momento, nos gustan los cuentos. Aún en un grupo de adultos, las palabras mágicas "Había una vez" transforman el rostro y las actitudes de las personas..

Como dice Sylvia Puentes: "el cuento es un regalo de amor" y cuando nos disponemos a contar, sabemos que lo que dejaremos en el alma de quien escucha es una huella que dejó ese amor.

¿Por qué el cuento?

El cuento se une a la historia del hombre desde los albores de su humanidad. Dentro de la literatura de la infancia es un género importantísimo.

La documentación nos remite a la presencia de narradores orales desde hace seis mil años. Hoy llamamos genéricamente narradores a quienes cultivan la magia del cuento oral.

La fundación Martha Salotti insiste en la valoración de la palabra, en redimensionar el sentido del oído y aprender a escuchar o para ejercitarse en el pensamiento y hacer luego una lectura fermental. La narración, según este camino, debe carecer de imágenes visuales. La no utilización de láminas es uno de los objetivos primordiales de esta escuela salottiana, que afirma "la narración en vivo es costumbre ancestral recuperada, pero no tecnificada".

Los narradores desempeñan un importante papel, no sólo para hacer más placenteras las horas de clase en el caso de los Maestros, sino para el disfrute de toda la comunidad con sus diversos grupos etarios, ya sea en los hogares, bibliotecas, hospitales, geriátricos y otras instituciones.

El hecho que definamos nuestra postura frente a la narración en vivo, no significa que sea la única ni la más valedera, sino, simplemente, es la que emplean los Clubes de Narradores de A.U.L.I.

Dónde y para quiénes narramos modificará cómo lo hacemos; por lo tanto habrá diferentes técnicas y lenguajes expresivos, de acuerdo con cada circunstancia(geografía, entorno socio-cultural, auditorio, por ejemplo). De una u otra forma, nuestro interés está centrado en la palabra como proyección de imagen, afecto, sonido, expresión plástica y entrega vivencial que permite una comunicación inmediata entre narrador, cuento y público.

Cuando realizamos nuestro trabajo en las clases, tenemos en cuenta:

Clima: éste se logra cuando podemos ubicarnos en un lugar al que no se tenga acceso continuo y que nos permita crear ese ambiente intimista que es necesario para la realización de la actividad

Narrador: cualquiera puede narrar. Simplemente debe tener algunas características tales como buena memoria, dicción correcta. Pero lo más importante es que guste de los cuentos y que los internalice de modo que se hagan suyos.

Cuento: debe estar de acuerdo a las circunstancias: edad de los escuchas, momento, circunstancias contextuales, etc.

Preparación: no podemos ir a contar un cuento luego de haberlo leído una vez. Para narrar un cuento debemos exigirnos una tarea que implique la memorización del mismo, con todas sus condicionantes.

Estilo: cada narrador tiene en suyo. Luego de muchos años de contar y que nos cuenten, hemos aprendido que no hay un estilo solamente de narración, sino que cada uno adapta las distintas formas a sus condiciones personales y de esa forma se encuentra consigo mismo a la hora de narrar.

Llaves de apertura y cierre: son fundamentales para crear el clima y para dar un cierre a la actividad.

Ubicación: como ya dijimos en la creación del clima interviene la ubicación de los escuchas y del narrador. Generalmente buscamos un lugar diferente a la clase, si es posible en la biblioteca, ya que es el ámbito natural de los libros.

Frecuencia: depende de la clase y de la institución. Podemos marcar un día a la semana como la hora del cuento y no cambiarla de ninguna manera. Eso forma parte del hábito y la creación del interés de parte de los niños

Participación del auditorio: generalmente, tratamos de que el auditorio intervenga una vez que el cuento terminó. Por ello, debemos manejar muy bien el vocabulario, a fin de que no haya dudas en los términos y provoque una distracción en el mismo.

Acompañamiento de otras formas artísticas: muchas veces, agregamos a la voz y a los gestos, otras formas tales como música, canto, movimientos que ayudan en el desarrollo del cuento

Ejercicios preparatorios: para preparar nuestro órgano de fonación, generalmente realizamos ejercicios preparatorios incluso posturales, a fin de potenciar al máximo nuestras condiciones.

Después de todo lo expuesto, ustedes dirán, pero ¿y el libro? ¿Cuándo lo potenciamos?

Puedo asegurarles que, una vez que los niños y niñas escuchan una narración, van a querer "ver" el libro del cual nosotros hacíamos el cuento. No nos ha fallado nunca este objetivo. El libro se transforma en el tesoro que encierra esas hermosas palabras que escuchamos. Incluso, cuando llegamos a la ilustración, muchos niños quedan asombrados ya que su "príncipe", su "princesa", su "patito" o su "flamenquita" son diferentes a los que ellos imaginaron. Y esa es la riqueza del cuento narrado. Abrir la imaginación, para que cada uno pueda recrearlo según sus experiencias personales y su riqueza interior.

Y como esta es una hipótesis que debe demostrarse, narraré un cuento para ustedes y veamos si, después de hacerlo, no me pedirán el libro para poder continuar conociendo las bellezas que éste encierra (Narración del cuento:"Mariposas" del libro de Edna Iturralde "Cuando callaron las armas").

Bibliografía:

Puentes de Oyenard, Sylvia:El cuento y los cuentacuentos-Montevideo-Auli-2004

Jolibet, J. Formar niños lectores de textos Santiago de Chile-Hachette-1991

Graves, D.: Estructurar el aula donde se lea y se escriba-Buenos Aires.Aique-1991

Coll,C y otros: El constructivismo en el aula.-Barcelona-Graó-1994

María Isabel Del Prete de Brondo
Abril de 2007 - Uruguay

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